martes, 22 de enero de 2008

En el parque de La Granja













¡Yo soy!


Escucho como sombra a un profesor de Educación Física, jubilado, que junto a otro del ramo le cuenta:

_Yo, estoy encantado con la jubilación, porque hoy te denuncian por abrir la boca. Un día mi mujer, entró con mi hija en una tienda de la ciudad y escuchó a un señor que al lado de su mujer, comentaba para todo el que le quisiera oír:

_Pues no, hoy no te puedes fiar de nadie. El profesor de E. F. de mi hija, del colegio... les toca el culo por menos de nada, un día de estos voy a ir y se va a enterar ese hijo de p... no le van a quedar piernas para saltar, ni manos para sobar, al cabr... de él. Mi mujer que lo estaba escuchando saltó encendida:

_¡Oiga, que el profesor de su hija, es mi marido y lo que está diciendo es una burda mentira!.

Mi hija se encaró igualmente con el acusador, que alzó la cabeza y salió intimidándolas.
Nunca apareció por el colegio, ni tuve ninguna denuncia, que en todo caso sería falsa, pero el miedo no me cabía en el cuerpo.


Mi cabeza de sombra recordó una frase: "Se compara a veces la crueldad del homre con la de las fieras, es insultar a éstas" de Dostoiewski.



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