sábado, 9 de febrero de 2008

En la glorieta de Guzmán el Bueno







¡Yo soy!





Soy la sombra que sentada en la parada de autobuses de la glorieta de Guzmán, escucho como una pareja de jóvenes discute a mi lad0. Es ella la que reprocha al joven:

_¡Parece mentira!. Vine desde Burgos a pasar el fin de semana contigo. Le dije a mi madre que venía a ver a mi prima y te pillo en el rellano morreándote con ella. ¡Qué poca vergüenza!

_Te digo que sólo fue un pico sin importancia, ya te lo dijo ella.

_Sí, y yo me chupo el dedo. ¡Es una guarra y una zorra! aunque sea mi prima.

_¡Tú no te hagas la lista! Recuerda el día que te pillé el mensajito de ese cabrón...

_¡Serás perro! No compares. ¿Sabes que te digo? Que me piro en el primer tren que salga.

_Pues mira ahí tienes a Guzmán, ya sabes lo que señala: "El que no quiera estar en León... por ahí se va para la estación".

La chica se levanta y camina unos pasos, el joven la sigue a poca distancia. Ella se vuelve. Corren uno hacia el otro y se funden en un abrazo y un beso largo...largo... Guzmán les mira.
Yo diría que ha sonreído.


Me quedé allí sentada, pensando en unos versos de Cervantes:
Riñen dos amantes;
hácese la paz;
si el enojo es grande,
es el gusto más.




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