sábado, 1 de marzo de 2008

En el paseo de José Aguado






¡Yo soy!





Mi sombra contempla una pareja atípica sentada en uno de los bancos del paseo.
Él, pasa de los ochenta. Ella, no llega a los veinte. La mujer, sudamericana, está muy pegadita a él y le habla tan bajito que... ni yo como sombra me entero de lo que dicen.

El viejecito por la edad... ha de estar mas bien teniente. Pero...su sonrisa bobalicona nos dice que lo de menos es entender lo que le está diciendo la joven. Yo, para no husmear demasiado, decido escuchar a los transeúntes:

_¡Será asqueroso el viejo verde!, Si podía ser su nieta, (comentan dos ancianas).

_¡Será puta!, lo que buscan es dinero y papeles, (dos hombres maduros).

_¡Mira el viejo como se aprovecha! _son dos chicos jóvenes_ y encima está buena la tía.

_¡Será cabrón el abuelo! _comenta el otro_ no creo que a su edad se le levante _risas de los dos mientras se alejan mirando hacia atrás.


Yo sigo mirándolos y pensando en una frase de Péladan: "No hay nada indiferente a la pasión: se goza con una nadería y se sufre con menos todavía".




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