jueves, 22 de mayo de 2008

En la calle del Cid





¡Yo soy!





Abandono mi sombra entre la sombras de esta pequeña placita. Mientras miro las hojas de los árboles, un grupo de japoneses hace fotos en el jardín del Cid.

Mi mente rebobina:
_Hace unos años en París, estoy en una larga cola del Louvre para sacar la entrada. Se acerca un grupo de japoneses de otra cola que cruzan nuestra fila . Uno de ellos se dirige a mí y me entrega dos entradas. Sólo me da tiempo a darle las gracias en inglés. ¿Por qué a mí? ¿Fue una casualidad? Nunca lo sabré.

_Con 12 años vi con mis hermanos, un teatro de titiriteros en la cantina del pueblo. Había hombres, mujeres, niños y niñas. Con las dos pesetas que me sobraron de las entradas, compré dos rifas. Los mayores compraban muchas. ¡Me tocó a mí!

_El premio: una libra de chocolate y un bote de melocotones en almibar. Recuerdo que me dio algo de vergüenza que me mirara la gente. Pero fue como si me hubiera tocado el Gordo de Navidad. ¿Otra casualidad?

_En 1.990 por la cadena de supermercados CENCO me tocó una semana de vacaciones para dos personas con todos los gastos pagados a Torremolinos. Hoteles, visitas, productos...¡Todo gratis!

_¿Soy una sombra con suerte?



Como dijo Voltaire:"La casualidad, no es ni puede ser más que una causa ignorada de un efecto desconocido"




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