sábado, 18 de octubre de 2008

En la calle Astorga






¡Yo soy!





Mi sombra sigue a una anciana, que apoyándose en dos muletas muy despacio va hablando sola:

_Que yo le guardo el tabaco, que le escondo los mecheros... Está perdiendo la memoria y yo tengo la culpa de todo. ¡Qué triste es hacerse viejo! Me da miedo dejarlo sólo y siento temor al regreso. Cualquier día me da un trancazo y seré la 57 ó la 59... ¿Qué más da? Esto no es vivir. Ya le enseñó bien su madre y aún lo dice muchas veces: "A la mujer y a la burra cada día una zurra". En tiempos... algunas me dio pero ahora... ¡Qué ni se le ocurra porque lo tumbo de un muletazo! Lo malo si me coge desprevenida o durmiendo...


Me alejé triste y mi sombra recordó: "¡Qué horrible espantajo de fealdades es la vejez si la bondad no la embellece! de D. Jacinto Benavente.




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