jueves, 14 de mayo de 2009

¡A martillazos!





¡Yo soy!




Es muy cierto: ¡La realidad supera a la ficción!

Ocurrió hace un par de meses en el Crucero. Mi sombra caminaba despacio. Un joven se acerca a un señor mayor:

_¿Me da un cigarro?

_Yo no fumo joven _contesta el mayor.

Sin dar tiempo a reaccionar a nadie de las varias personas que pasaban en ese momento. El joven sacó un martillo y sin mediar palabra le da tres martillazos en la cabeza al anciano que desprevenido cae al suelo sangrando abundantemente. La gente se arremolina en torno a él.

El joven echa a correr mientras un policía de paisano le sigue. Alguien llama a la comisaría. El agresor se ha metido en un portal muy conocido por los agentes:

_ "Toxicómano" _comenta un hombre_ esta noche en chirona y mañana fuera. ¡Qué país!


Me pregunté: ¿Será posible que esto pueda pasar en León? Y mi sombra respondió: " Se encierran algunos locos en el manicomio para hacer creer que los que están fuera son cuerdos" de Montesquieu.




No hay comentarios:

Publicar un comentario