lunes, 25 de mayo de 2009

Mayor de edad





¡Yo soy!





Contempla los patos pensativa. Hace dos meses que cumplió los dieciocho.

Él, un hombre que doblaba su edad. Vivían en la misma pensión. Llevaban dos años amándose. Para ella era el primer hombre y sólo escuchó su corazón. Él es "perro viejo" en estos lares. Ella sabía su lío con la dueña de la pensión, una mujer mucho mayor que él. Estaba segura que la dejaría por ella. ¡No había comparación! En cuanto fuera mayor de edad, él ya no pondría pegas. Se autoconvenció.

La prueba de "la rana" dio positivo. Se lo dijo hace un mes...y... le parece que han pasado años. Él, como esperaba, la colmó de caricias pero... "Mira, eres muy joven, estás estudiando, no los puedes tirar todo por la borda...yo conozco a una señora que con una aguja de tejer... no tengas miedo...yo me encargo de los gastos...será un momento... yo te acompañaré..."

La acompañó allí y allí mismo se despidió. El dolor físico pasó. El otro dolor... marcó su mayoría de edad.


Ya lo dijo Campoamor: "Todo el amor es triste, más, triste y todo es lo mejor que existe".




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