¡Yo soy!
La única quinta de mi sombra en el pueblo es Josefina, "La Cuca". Además de quintas, somos amigas desde niñas. Ella está en Cataluña, pero seguimos en contacto.
Mi amiga, cuando la dejó su marido, se fue a París a trabajar para sacar a sus tres hijas adelante.
Allí sacó el carnet de conducir porque lo necesitaba para trabajar. Se compró un "Renault 9 rojo" y poco después de estrenarlo, se puso a estacionarlo en una calle de la gran urbe. Para atrás y para adelante y nada. Se iba formando una fila detrás y ella cada vez más nerviosa no conseguía encajar el coche en el sitio.
Por fin, el conductor del primer coche, salió del suyo y le dijo:
_ ¡Mais Madame, n´ est pas possible! (¡Pero señora, no es posible!) _ mientras levantaba los brazos. Ella paró el coche, sacó las llaves y se las puso en la mano al que la increpaba diciéndole en su español-afrancesado:
_ Tenga les clefs, aparqué vous. El señor un tanto sorprendido cogió las llaves y le aparcó el coche.
_Merçi beaocoup. Le dijo mi amiga, cuando le devolvió las llaves y se fue. ¡Así, con dos ovarios!
No supo si fue valor o miedo, mi sombra piensa que ambos sentimientos: "El valor espera, el miedo va a buscar" de José Bergamín..
Hay que ser valiente para vencer el miedo.
ResponderEliminarA mí con mi smart, me quieren comer los más grandotes, pero despues resulta que siempre nos encontramos en los semáforos y resulta que los grandotes sólo pueden ir a 120 como mi pequeñin y puedo aparcar en sus sitios y en los pequeñines y ahí ya no me quieren tragar, muy lista la cuca...
ResponderEliminarOtra cosa no habrá al volante pero "listos"...
Besines y como siempre un placer, menuda sombra tienes.
Irma.-
Muy de acuerdo en eso, Cesc. Saludos.
ResponderEliminarIrma, como sigamos así, por León ya no podremos aparcar ni los grandes ni los pequeños, tendremos que ir en bici. Un beso cazurro.