viernes, 28 de enero de 2011

"El Camino de Santiago" (16)



Corría el año 1.993:



Jueves 29 de Julio:





Seguimos al hombre de uniforme rojo que se alejó de la entrada principal del Hostal Reyes Católicos ¡Éramos Pe-re-gri-nos! Nos llevó varios metros más allá, supongo que por la entrada del servicio. Después de pasar por un garaje subimos una vieja escalera de granito que nos dejó en un cuartucho de azulejos blancos y viejos, antigua cocina, ya que aún se veían los agujeros de los grifos inexistentes.

Sobre la entrada ponía: "Comedor de Peregrinos". En el centro de la sala una vieja mesa rectangular de madera y a su lado una camilla con hule "supercutre". Alrededor de la primera mesa, viejas y diferentes sillas de madera . Nos mandó sentar. Me tocó enfrente del mestizo, con su melena negra sin brillo, ojos penetrantes y dientes entre amarillos y negros.

Nada más sentarnos, el cicerone nos mandó subir otras escaleras. Pensamos, entre bromas, que nos iban a hacer ganar la cena. ¡Por fin llegamos a una enorme cocina! El cocinero, un gallego muy salao, nos dijo que cogiéramos unas bandejas y comenzó a servirnos. Primero una especie de sopa espesa, mezcla de caldo y potaje, luego patatas con carne o pollo frito pero no los dos platos, pan y agua del tiempo en pleno julio. De postre manzanas arrugadas del año “pum” impresentables. Pedimos agua fresca y... ¡No había en un Hostal de cinco estrellas!

La mayoría comían como si realmente tuvieran mucha hambre. ¡Yo disimulaba mi falta de apetito! Comí cuatro cucharadas de sopa. Sentía vergüenza de no tener hambre viendo a los hombres comer con ansia de haber ayunado 24 horas. ¡¡Y todo por curiosidad!!

 El indio dijo que nadie tirara nada si no lo querían, que nunca se tenía que tirar la comida habiendo gente que pasa hambre. Al oírle, intenté comer mi trozo de pollo. ¡Imposible! Nada más terminar con sus patatas con carne, uno de los hambrientos me dijo que le pasara mi plato. ¡Encantada se lo pasé y lo dejó limpio!

Uno de los vagabundos comentó: "Pues por esto te cobran 1000 pts en cualquier parte". Tenía razón pero...

El mestizo nos contó que su madre era gallega y su padre mexicano, pero que él se sentía español. Uno de los jóvenes habló de las “papas” y dijo que por tierras de León si dices “papas” no te entienden. Yo le dije que sí le entenderíamos pero que era una palabra que no se usaba en nuestra tierra.

 ¡¡Esto sí que fue toda una experiencia!! En mi opinión no nos trataron con dignidad. Salí de allí pensando que si quieren cumplir con la tradición que lo hagan bien o no lo hagan.

Al final, las personas con las que compartimos la cena fueron muy dignas y las únicas que hicieron que para nosotros, fuera una "BELLA TRADICIÓN".



Nota:  Foto obtenida de la Red del citado comedor en la actualidad. ¡Finalmente adecentado!





2 comentarios:

  1. Justo estos días estoy dándole vueltas a la posibilidad de hacer el Camino, voy a tener que leer tu crónica con muuuuucha atención ;)

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  2. Aida, en invierno ni se te ocurra, mejor al final de la primavera o principios del verano. Un abrazo.

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