martes, 18 de septiembre de 2012

¡¡El AFILADOOOR...!!



¡Yo soy!



Martes, 11 de septiembre. Elisa, escuchó en la calle el sonido, que a ella le parecía precioso, de la  "mini flauta" de un afilador subiendo hasta su piso en un edificio de la Plaza del Huevo.   Esa música la transportó al pueblo de su infancia en el que pasaba sus vacaciones estivales. La añoranza y la melodía le hicieron pensar en unas tijeras que apenas cortaban.

 Siempre le pareció un bonito oficio, que en la ciudad era difícil de encontrar. Así que, al oír ¡EL  AFILADOOOR! en el portero automático, contestó:

 _¡Un momento que bajo unas tijeras!  Ya en el ascensor recordó sus cuchillos que no cortaban apenas, así que subió de nuevo y esta vez bajó con las manos llenas: Dos tijeras normales, unas pequeñitas que usaba para la manicura y seis cuchillos.

Al joven afilador le brillaron los ojos. Debió de pensar que tenía el día hecho y que aquella joven nunca había mandado afilar nada, como así era. En poco más de diez minutos dio cuenta con su rueda de todos los utensilios. Al finalizar soltó:

_¡Son 30 €!  _se fijó en la cara de pasmo de la clienta que llevó  su mano a la frente: 

_¡Me parece carísimo!  No se le había ocurrido pedir un presupuesto y el trabajo ya estaba hecho.

_Ya, _dijo el afilador_  son 5 € por cada tijera grande,  2 € por la pequeña y 3 € por cuchillo, total 30 €  justos.

 Elisa pagó religiosamente, los afiladores no dan factura. Subió a su piso pensando que a ese paso, el afilador ganaba más que ella con su sueldo de profesora. ¡Y...pensar que su padre compraba cuchillos en el Rastro, al señor Carballo que los hacía él mismo estupendos,  por 3 €! Primera y última vez que se dejaba llevar por la añoranza de su niñez.  

¡Eso sí, a ella se le cortó el aliento, pero los cuchillos ahora cortan hasta el aire! 



 Mi sombra esbozó una sonrisa: "Enmarca  todo "desastre" con estas palabras: "En cinco años, ¿esto importará?"Consejos de una bloguera de 90 tacos: Regina Brett de Cléveland 



                                                                                

3 comentarios:

  1. Jajajajaa qué bueno! yo también tengo vagos recuerdos del afilador pero espero no toparme con ninguno ahora que sé lo que cobran! jajajajja
    Besitos

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  2. Ra, ya te imaginas quién. Besines.

    Nada de afilar los cuchillos, Silver, como ves sale más barato comprarlos por muy bueno que esté el afilador, je, je. Un abrazo.

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