martes, 12 de febrero de 2013

"Noche de Chispas"







 Gritaban sus ojos, gritaban sus mejillas enrojecidas y también su boca gritaba en silencio. 

Había pedido la separación después de muchos años de convivencia. Incluso lo había comunicado a sus hijos. Él exigía los motivos y daba explicaciones: cambiaría. estaría más pendiente de ella, la ayudaría en las tareas cotidianas, saldrían más a menudo juntos... Ella sólo le dijo dos palabras que le costó mucho pronunciar: ¡Me enamoré! 

Entonces las preguntas fueron otras: ¿Es alguien conocido? ¿Pertenece a nuestro entorno? ¿Trabajáis juntos?  Nunca respondió a sus preguntas..

  Fue una "Noche de chispas" en La Bañeza. Las cabezas adornadas con sombreros multicolores, como manda la tradición, las bengalas y el bullicio llenaban la Plaza. Se escucharon los versos, que desde la tarima levantada para la ocasión, se recitaban cada año con solemne entonación dando así comienzo a "Los Carnavales" .

 En ese momento, un sombrero de copa que sobresalía por encima de los demás, se acercó a la pareja. Habló de que hacía una noche hermosa y plagada de brillantes estrellas. Los tres sombreros miraron hacia arriba. Sobre sus cabezas el planeta Júpiter aparecía nítido. Sintió la mano de su compañero apretar la suya. El alto sombrero les invitó a observar las estrellas más de cerca a través de su telescopio permanentemente instalado. La boca femenina acertó a decir  tres palabras: "No, otro día"

El regreso a casa fue silencioso. Apenas traspasada la puerta del piso escuchó sus palabras: 

_Ya no hacen falta más preguntas. No parecías la misma cuando se acercó. Tu mano temblaba en mi mano. Tus ojos no querían mirarle, tu cara se encendió... ¡Sólo te pido tiempo! La estrechó entre sus brazos. Se dejó abrazar. Le amaba, no quería hacerle sufrir, pero nada podía evitar lo que sentía. 

 Eran sus pulmones quienes paraban su respiración. Era su corazón quién decidía, quien latía con fuerza, quien le hacía sentir aquel placer-dolor, pasión-angustia, felicidad-sufrimiento, confundiéndola. Todo aquello seguía en el centro de su pecho y subía hasta su garganta atenazándola. Sabía lo que era aquello, no era la primera vez que lo sentía.


Ama y enamórate:  "Las almas se miden en silencio, y las palabras que decimos sólo tienen significado gracias al silencio en que se envuelven. Si quieres descubrirte a alguien, calla" de Maeterlinck.




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