martes, 19 de enero de 2016

¡Yo también soy Carolina!




¡¡Sí!! Se habla en el Congreso: de rastas, de piojos, pero sobre todo del bebé de Carolina Bescansa.

No será mi sombra la que la critique. ¿Por qué? Porque yo también fui con mi bebé de tres meses a mi trabajo. Allí la tuve, en su capacito. Dándole el pecho durante el recreo, hasta que encontré una persona que me la cuidara durante mi horario de trabajo y claro tuve que dejar de darle el pecho. En los pueblos ni hay ni había guardería; así que o dejaba mi trabajo o dejaba a mi hija y decidí no dejar ninguna de las dos opciones.

Pero no ocurrió sólo con mi primera hija. En esa época sólo te daban un mes después del nacimiento de un hijo y dos antes del mismo a las funcionarias. No podías dejar los dos meses anteriores para después del parto que era mucho más lógico, así que con tu hijo de un mes... a dar clase. Tuve suerte porque nació en mayo y mi permiso se unió con las vacaciones del verano.

Lo peor fue cuando nacieron mis mellizos a finales de noviembre. Quizás alguien piense que siendo dos el tiempo de permiso se doblaría. Lo que sería muy justo. Pues... ¡Nanay de la China! Escribí a Madrid solicitando un permiso más amplio por parto múltiple, pero... Que si quieres arroz Catalina, mejor dicho: ni puto caso, ni siquiera se molestaron en contestarme.

El médico me dio un mes más de recuperación, o sea que con cuatro hijos dos de menos de dos años y dos de dos meses, te las arreglas como puedas. Mi destino Los Barrios de Nistoso, para quien lo conozca sabe que no es un lugar a donde se pueda ir a trabajar diariamente desde León y menos en invierno. Pedí permiso por Asuntos Propios lo máximo tres meses, sin sueldo por supuesto.

En abril, al finalizar el permiso, hablé con la compañera interina que me sustituía nombrada por el Ministerio. Le abonaría los tres meses por mi cuenta para no tener que incorporarme. Accedió a cambio de que le abonara el verano, porque entonces el Ministerio así lo hacía. Acepté, qué remedio, todo por mis peques. 

De nuevo al comienzo del nuevo curso tuve que llevarme a mis hijos a mi trabajo. Suerte que tenía casa. Desempeñé mi trabajo con ilusión, como siempre lo hice. Es verdad que tenía los ojos cerrados. Si hubiera sido hoy, habría pedido la baja por depresión el tiempo necesario y me habría parecido una causa justa. 

Que Carolina lo hizo por la foto ¡me da igual! por la foto y por la situación angustiosa que viven muchas madres, al menos mi horario era bueno, teniendo que llevar a sus bebés al programa "madrugadores" para no perder sus trabajos de mier...¡Mejor me callo! 


Lo importante siempre está detrás:"Si los jóvenes escucharan siempre a los viejos acabarían por echarse a morir" de Enrique Rodríguez Larreta.




10 comentarios:

  1. El camino no siempre es fácil. Sin embargo las mujeres superan muchas dificultades pues viven cargadas de mucha fortaleza.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu visita Ricardo. La verdad es que lo del "seso débil", no nos cuadra en absoluto. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Con perdón por la expresión tenéis muchos cojones, y de sexo débil nada de nada. Menuda la que liaron con los problemas tan gordos que hay. Ya veo también la odisea que pasaste tú con tus hijos.

    Saludos y gracias. Mara.

    ResponderEliminar
  4. Gracias Rafa, ojo que me refiero al "seso" no al "sexo" je, je pero estoy de acuerdo. Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Creo que su actitud ha conseguido al menos que se hable y mucho sobre la crianza, la maternidad y los diferentes papeles.
    Un beso

    ResponderEliminar
  6. Así lo creo yo también, Pilar, un bebé necesita mucha madre. Besos.

    ResponderEliminar
  7. A mí me crió mi madre en la cocina de nuestro bar, tal vez por eso tengo cara de croqueta. Enhorabuena a todas las madres trabajadoras. Un saludo

    ResponderEliminar
  8. A mí me crió mi madre en la cocina de nuestro bar, tal vez por eso tengo cara de croqueta. Enhorabuena a todas las madres trabajadoras. Un saludo

    ResponderEliminar
  9. Gracias ifbmurcia, cuántas madres han tenido que hacer su trabajo con sus hijos y lo peor es que han de seguir haciéndolo. Saludos.

    ResponderEliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar