jueves, 11 de febrero de 2016

Amador



Por San Valentín, la publicidad machacona me ha hecho recordar los amores importantes de mi vida. Bien pues Amador se llamaba y se llama mi "primer amor". Estoy segura de que nunca leerá este blog, pero si lo hiciera, nada de lo escrito sería nuevo para él. Cuando una pasa de los sesenta no le importa contar más de una vivencia.

Mi sombra contaba entonces quince abriles y Amador tenía 25 años. Por muchos motivos hoy y ayer esa relación sería muy difícil. En aquellos años y en un pequeño pueblo, era imposible. Amador trabajaba en el alambique que mis padres tenían. Nos veíamos a diario. Fui una adolescente muy madura, aún así, se podías haber aprovechado y nunca lo hizo. Siempre conté con su respeto.

En el pueblo había un lugar, "La Pista" donde se reunían para bailar los domingos, los chicos y chicas del pueblo y alrededores. Bailábamos música disco: pasodobles, vals, música del Dúo Dinámico, de Juan Pardo... En esos años la costumbre era que cuando una chica bailaba con un chico otro chico podía cortar el baile si la chica le decía que sí, así, en una misma pieza podías bailar con tres o cuatro parejas diferentes. A los chicos del pueblo nunca les decíamos que no, por supuesto, yo bailaba hasta con "Carracón" que me caía fatal.

Sobre las cinco o seis de la tarde comenzaba el baile. Una hora y media más tarde aparecías e ibas a sacarme a bailar. ¡Por supuesto que te decía que sí, soñaba con ese momento! Lógicamente ningún adolescente de mi edad se atrevía a cortar el baile a un hombre hecho y derecho como tú. Por lo tanto el resto de la tarde era totalmente nuestra.

Amador bailaba muy bien y yo me dejaba llevar en todos los sentidos. Los bailes lentos se bailaban muy juntos y tenías una forma tan delicada de apretarme contra tu pecho, con tanta suavidad, tacto y delicadeza que yo en tus brazos me sentía la Reina de Saba. Cuando tus labios rozaban mi pelo o mi frente en un disimulado beso, un estremecimiento recorría todo mi cuerpo como si recibiera una descarga eléctrica. En tus brazos me sentía frágil, bella y feliz, sobre todo feliz, nada comparable como cuando bailaba con los chicos de mi edad.

Ponías tanta atención, cuidado y respeto en nuestra relación, por la cuenta que te traía, claro está, que todo el mundo lo sabía a nuestro alrededor pero nadie decía una palabra o hacía una broma al respeto. Era, para todo el mundo, un secreto a voces que nos amábamos. 

Un día por la mañana me preguntaste: ¿Estuviste ayer con "el Pego"?. El Pego era mi vecino un año mayor que yo. Por supuesto que no, te contesté. Es que... _continuaste_  me han dicho que os vieron charlando ayer al atardecer. Mis ya dieciséis años explotaron de alegría por dentro, aunque por fuera me mantuve seria. Aquello para mí fue un gran cumplido. ¡Tenías celos de mi vecino! 

El tiempo transcurría mucho más despacio de lo que ambos deseábamos. Un mes antes de cumplir los 17 abriles, se me abrió una puerta en forma de oportunidad que decidí atravesar. Nunca me arrepentí de haber cogido ese tren. Me fui a Cataluña a Ripoll, a la SAPHIL, a trabajar y a estudiar y la distancia se encargó de lo demás.

Me amaste y te amé pero nunca salió palabra alguna de nuestras bocas confirmándolo. ¡No hacía falta! Ambos sabíamos que debíamos dejar pasar el tiempo antes de permitirnos gritarlo a los cuatro vientos. A tu lado brillaba mi mirada y una aureola de rubor cubría permanentemente mis mejillas. Hablábamos de todo, pero no de lo nuestro. No hacía falta palabras, el amor no se puede ocultar. Tú te perdías en mis ojos claros, "ojazos" me llamabas, yo sólo deseaba ser mayor. Bailábamos y bailábamos pegados el uno al otro, éramos una pareja... un tanto especial. 

Un día de abril me alejé de ti llevando tus manos en mi cintura, con la canción de Adamo,  tu respiración en mi cuello,  mi pecho en el tuyo, tus labios rozando mi frente, mi pelo en tu cara, no te dabas permiso para más. Sabías que esa chiquilla que era yo, te correspondía, entonces... ¿Por qué se fue...?

La despedida fue triste. Lejos de ti bailé otros bailes, conocí otros brazos, besé otros labios... Pasaron los años, creo que ambos hemos tenido suerte y la vida nos ha tratado muy bien. Hace un tiempo coincidimos en un entierro. Nos dimos un abrazo y dos castos besos como si hiciera tan sólo un mes que no nos veíamos. Siempre he guardado de ti un grato recuerdo.  El tiempo pasó... Hoy soñé que ponías tus labios suavemente en los míos, me estremecí y me desperté. 



Todo ocurrió en silencio: "No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay" de François De La Rochefoucauld.



29 comentarios:

  1. Qué bonito homenaje a tu primer amor, Mara. Seguro que le encantaría leerlo :)
    El primer amor parece que nunca se olvida.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Crónicas, así es siempre queda el recuerdo. Un beso.

      Eliminar
  2. Bello relato, que nos remite a un tiempo en el que reinaban los ensueños...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un tiempo muy muy lejano, Idelfonso, pero que fue importante. Saludos.

      Eliminar
  3. El primer amor es siempre el que más huella deja. Puede uno querer con locura a su pareja actual, y llevar muchos años con ella, pero el que más marca es el primero. Pero lo es, porque anteriormente no se ha conocido otra cosa, y ese abrazo, roce o primer beso siempre queda, porque como uno es joven, y todavía no ha salido del cascarón todo lo ve de color de rosa. Cuando uno ya se convierte en adulto, madura, y si ya ha tenido otra o varias parejas, antes de la definitiva, de las anteriores, aunque haya pasado poco tiempo, las olvidas por completo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te doy la razón en la primera parte Rafa, pero que conste que en mí han dejado huella más de una relación. Un saludo.

      Eliminar
  4. Qué lindo Mara!!!! ahhhhhhhhhhhhhhh......!

    =))))

    ResponderEliminar
  5. Seguro que a él le gustaría leerlo.
    Es muy tierno Mara.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que no ocurrirá nunca, no lo imagino ante un ordenador. Gracias. Un beso.

      Eliminar
  6. Un bonito relato que nos lleva a los años de nuestras primeras experiencias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Helio, como dice Rafa es por eso que no se olvidan, pero fueron muy importantes en mi vida. Saludos.

      Eliminar
  7. Qué ternura de relato... ha sido como transportarte por un momento a aquellos días y poder veros bailando en "La Pista".
    Precioso recuerdo a tu primer amor, Mara, ojalá pudiera leerlo porque de verdad que es pura delicadeza.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que te haya gustado Eme, gracias, así lo viví yo y así lo cuento. Un beso.

      Eliminar
    2. Gracias a ti por compartirlo :)

      Eliminar
  8. Precioso recuerdo de un amor pleno, que no precisó de más para marcar a fuego tu forma de entender el amor.
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es Pilar, a esa edad no se precisa consumar el amor para vivirlo intensamente. Hoy no se valora así. Un abrazo.

      Eliminar
  9. Que bonito y tierno recuerdo querida Mara, y es que el amor tiene muchas maneras de expresarse, pero cuando es verdadero por mucho tiempo que pase permanece intacto en el corazón.
    Besos y Feliz dia del amor y la amistad

    ResponderEliminar
  10. Por cierto se me olvido darte las gracias por tu visita y comentario en mi blog. Se bienvenida a ese rincón de letras.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras, Ilesin, tú lo has dicho muchas maneras de expresarse y no por eso es menor el amor. Seguiré visitando tu rincón. Saludos.

      Eliminar
  11. Pasé a devolverte la visita y la verdad que me llevo un grato momento en "mi mochila". Preciosa historia y preciosa forma de contarla. Cuenta con mis próximas visitas. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que te haya gustado, Castigadora, gracias a ti, cuenta también con mi visita. Saludos.

      Eliminar
  12. Como no recordar el primer amor, ese que uno siente entre los 15 y los 20 y que queda marcado para siempre en nuestras vidas. Lo has contado muy bien.
    Con tu permiso me quedo en tu blog.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es Ambar, el primero marca mucho aunque no se pueda gritar a los cuatro vientos. Gracias por tu visita. Un saludo.

      Eliminar
  13. Una historia encantadora, dulce como ese primer amor que queda en suspense por los avatares de la vida.
    Me ha encantado como lo relatas.
    Un abrazo, y gracias por tu visita.

    ResponderEliminar
  14. Muchas gracias a ti por tus palabras. Te seguiré visitando. Saludos.

    ResponderEliminar
  15. Muchas gracias Swagbucks, muy agradecida por tu visita y tus palabras. Saludos.

    ResponderEliminar