jueves, 10 de marzo de 2016

"Señora de..."



 Hay miles de tradiciones hermosas en la cultura española. Una costumbre que me gusta especialmente es que las mujeres casadas seguimos usando nuestros propios apellidos después de haber contraído matrimonio. 

En muchos países la mujer al casarse pierde sus apellidos para pasar a ser "Señora de" es como si perdiera su identidad. Nunca me acostumbré a poner en las cartas a una tía mía que vivió y se casó en Francia, Mme. Legalic, que era el apellido de su marido, cuando su apellido de soltera era Fernández. Es verdad que es un apellido muy corriente, consecuencia de nuestra ley que obligaba a poner a los hijos el apellido del padre en primer lugar. Estoy muy de acuerdo en que por fin esta ley haya cambiado y se pueda elegir entre poner primero el apellido del padre o el de la madre a nuestra descendencia. Mis hijos apellidan Fernández. Siempre dijeron que se lo cambiarían cuando la ley lo permitiera, pero ya es un poco tarde para hacerlo. Los hijos de mis hermanos llevan en primer lugar mi apellido que es mucho más original y escaso, pero así era la ley.   

Recuerdo una vez en Egipto que se me ocurrió decirle al guía que los hijos deberían llevar primero el apellido de la madre, porque la madre siempre es segura y el padre no. Me fulminó con la mirada. Para ellos eso es una "herejía". En el mundo árabe sólo es importante el padre siguiendo La Biblia donde la mujer no cuenta, en ese mundo sólo cuentan las generaciones de hombres.

 Me llama la atención que mujeres importantes en la política internacional con poder de decisión para cambiar esta costumbre se dejen llamar "Señora de ". Por ejemplo, Ángela Merkel cuando su apellido es Kasner o la desaparecida Margaret Thacher que se apellidaba Roberts. Estoy con Saramago cuando aconsejó a Hillary Clinton usar su apellido de soltera, Rodham. También soy de la opinión del desaparecido escritor portugués cuando dice que usar el apellido del esposo es una práctica de disminución y sumisión hacia la mujer. Cada mujer con su apellido sería lo ideal en todos los países.


Estoy contenta de que en España no se siga esta costumbre: "Cuando se habla de la libertad de la mujer, el hombre dice sí con la palabra, sí con la cabeza y no con el corazón" de Nuria Espert.



33 comentarios:

  1. Estoy contigo y con Saramago, sin duda dos buenos referentes. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy de acuerdo también, ifbmurcia, pero se ve que Hillari Clinton no le hizo caso por las presiones. Saludos.

      Eliminar
  2. Completamente de acuerdo
    Pero por aca somos señora de....
    Cariños

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bien, Abu, pues siempre se estará a tiempo de cambiarlo. Besos.

      Eliminar
  3. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Espero que en otros países sea también una costumbre que poco a poco caiga en desuso.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así lo esperamos, Eme, yo diría que la mayoría de las mujeres. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Eres quien eres y no con quien convives, cierto, y es una de las pocas cosas que curiosamente hacemos bien. No me había parado a pensarlo, gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, Pilar, por comentar. La verdad es que aquí por no usarlo lo tenemos por normal y en los países que lo utilizan también. Serán mujeres de otros paísees las que pidan cambiarlo, de lo contrario seguirá igual mucho tiempo. Un beso.

      Eliminar
  5. Querida Mara:
    Mi suegra , austriaca, se cabreó muchísimo porque me negué a llevar el apellido de mi marido y reeviniqué mi identidad. Lo encuentro una forma de machismo alucinante e incomprensible.
    Mil gracias por tu cariñoso comentario.
    Muchos besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bien hecho, Crónicas, tuviste mucho valor como sé que tienes para superar todas las dificultades. Abrazos.

      Eliminar
  6. lo he dicho mal, pero tú me entiendes: reivindiqué, creo, el español se me olvida con el alemán :(

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te he entendido perfectamente, reivindicaste tus origenes familiares que son de cada una y nadie tiene derecho a anularlos. Besos.

      Eliminar
  7. Ups! acá no hay esa opción....! =((((

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero la habrá, Liliana, todo se puede cambiar si se intenta. Un abrazo.

      Eliminar
    2. Después me quedé pensando, de todas formas tiene uno que utilizar su nombre de soltera para fines laborales!!! jajajaja el otro no pinta! =))))

      Eliminar
    3. ¿Ves? Al final a la administración no le vale para nada. Un beso.

      Eliminar
  8. Al menos en nuestro país tenemos esa suerte.
    Cuanta razón tienes.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y además, Inma, por lo menos por mi parte y veo que por la mayoría orgullosas de tenerla. Abrazos.

      Eliminar
  9. Todos tenemos en nuestro interior un linaje que nos hace ser quienes somos y no podemos renunciar a el por el echo de haber pasado de un estado civil a otro. Las personas deben continuar con su propio legado que les hace ser quienes son.
    besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo, Ilesín, si a mi a estas alturas me obligaran a hacerlo, me sentiría un cero a la izquierda. Un abrazo.

      Eliminar
  10. miga Mara,todos los paises arabes,estan muy alejados de la cultura europea,porque estan influenciados por su religion

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro, JUAN, la religión influye muchísimo en los países musulmanes, pero me parece raro que países tan avanzados como Francia, Reino Unido o Norteamérica también sigan utilizándo el "Señora de" Saludos.

      Eliminar
  11. La verdad es que es un disparate que la mujer pierda sus apellidos por el simple hecho de casarse... Es un sinsentido en estos tiempos

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un disparare, tú lo has dicho Idelfonso, pero se sigue haciendo, menos mal que aquí no, disfrutaremos de ello y aquí está mi grano de arena para que en otros países se cambie. Abrazos.

      Eliminar
  12. Hay miles de tradiciones, cierto, y de todos los colores como bien sabes. La que señalas, una de ellas. Si es buena o mejor no sabría qué decir. Personalmente no la valoro. Recuerdo sí que de joven, unos 16 años, 1964, quise comprarme una esclava de oro, pulsera de hombre, que se usaba entonces. La compró mi madre y se encargó de ir pagándola por meses… Tuvo que pedirle a mi padre que pasase a firmar dándole su conformidad. Por cierto, y si bien la usé algunos años, pocos, hoy todavía la conservo.

    Respecto a la política, y por hacer un juego inocente de palabras, diría que si el cambio de apellido supusiese un cambio de la propia política en sí seguida por esas dirigentes, bienvenido! Pero no lo creo.

    "No veo la miseria que hay, sino la belleza que aún queda" de Anne Frank

    Un abrazo, Mara. Buen finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, miles Ernesto, pero muchas van en contra de las opiniones de las mujeres e intentan desvalorizarlas. Lo de pedir permiso al marido para todo gracias a dios también lo hemos superado, tenía que ser duro tener que hacerlo. Todo cambio por pequeño que sea influye en la sociedad para bien o para mal, pero influye. Nos quedaremos con la frase de Anne Frank, me parece preciosa. Saludos.

      Eliminar
  13. De acuerdo contigo Mara. Paises muy modernos que siguen con normas muy antiguas y de los árabes se puede esperar cualquer cosa. Orgullosa de ser Laura Mendoza. Casada con Paco ;)
    Buen fin de semana.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Laura, me ha hecho gracia tu última frase, "casada con Paco" así es. Me parecería rarísimo tener que usar el apellido de mi marado, claro que si se hiciera desde hace siglos igual lo encontraríamos normal como ocurre donde lo usan. Besos.

      Eliminar
  14. Así es Rafa, a mí me parece estupendo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. No podría estar más de acuerdo contigo y con Nuria Espert.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las españolas estamos encantadas, Castigadora, meonos mal que en algo tan importante coinciden los hombres con nosotras, a pesar del "no con el corazón".

      Eliminar
  16. Totalmente de acuerdo contigo. En España las mujeres nunca hemos tenido que perder la identidad y me parece aberrante que suceda en otros paises,
    Besos

    ResponderEliminar
  17. Es verdad, Ambar, con lo fácil que sería cambiar algo tan sencillo. Ni siquiera eso, basta con dejarlo como estaba antes de casarse. Pero... Abrazo.

    ResponderEliminar