Fiesta con rifas. En verano llegó de nuevo la Fiesta de la Amistad. Era el 4º año que se celebraba, no fue tan exitosa como el primer año pero estuvo bien, con misa, pinchos, baile, juegos y rifas con distintos regalos.
Dos o tres familias muy numerosas, entre ellas la familia Seco, suele llevarse muchos premios y comienzan a surgir rumores sobre ella. Este año se cambió la fecha de la fiesta y por si la familia Seco no lo sabía, ya que habitualmente no residen en el pueblo, nada menos que tres avisos le pasaron en distintos días para que se apuntaran.
La familia se apuntó, "con la mosca tras la oreja" dicen que si... El primer año genial. El segundo no les quisieron vender las últimas papeletas que quedaban porque ya habían llevado varios premios. El tercer año la última rifa era un jamón que le tocó a un miembro de la saga, sólo que al ir a recoger el premio en vez de un jamón le entregaron un reloj. Por no armar jaleo no protestó. Dejó el reloj sobre una mesa y desapareció al momento sin dejar rastro.
Este año quedaban pocas papeletas y a Miguel, uno de los Seco, les vendieron sólo tres cuando pidió cinco. A la siguiente persona que fue a comprarlas tras él, le dieron diez. Ya están un poco hartos de que digan que son ellos los que se llevan todos los premios. Si es la familia que más papeletas compra, ¿será normal que les toquen premios, no?.
En la tienda del pueblo y en el bar, cuando se va acercando la fiesta se escucha con retintín: ¡Sí y los premios como siempre serán para los Secos! La familia ya está un poco harta.
A los Seco se les están empezando a hinchar las narices y uno de los miembros de la familia comentó: ¿Y... si el próximo año nos ponemos de acuerdo y no compramos ni una rifa?
Me pregunto: ¿Seguirán los Seco animando con su presencia la fiesta de la Amistad?
El próximo año lo sabremos: "Quieren ser libres y no saben ser justos" de José Manuel Siéyes.