¡Yo soy!
¡Se acabaron las fiestas! Recordaré aquello de:
_ ¿A dónde vas?
_¡¡A los toros!! _con alegría.
_¿De dónde vienes?
_De los toros _con abatimiento y tristeza.
Se acabó el caminar por el centro de las calles principales de nuestra ciudad, por la noche, sin tráfico, con una temperatura agradable, entre cientos de personas que caminan despacio hacia los lugares donde hay alguna atracción.
La Noche de San Juan, miles de personas nos congregamos en la explanada frente al edificio de La Junta, para ver unos fuegos que comenzaron tímidos sin apenas ruido. Mi sombra pensó: ¡Ya está, éstos (nuestros mandatarios municipales) comienzan a ahorrar por la comida del pájaro! Sin duda los fuegos de la noche de San Pedro, con mucha menos presencia humana, le dieron cien vueltas a los del día 23.
Pero... para mí la magia de la Noche de San Juan, se la dio la hoguera, la muchedumbre y el buen tiempo. Mientras mi sombra sentía el césped blando excepcionalmente bajo los pies, miraba la enorme llama de fuego y el agua que los bomberos rociaban por los alrededores de la hoguera y me sentí eso: tierra... fuego ... agua...
Una mujer sacó del bolso un pequeño papel doblado en el que había escritos sus deseos y lo quemó con la ayuda de un mechero, lejos de la hoguera pero con su intención en ella. ¡Que el fuego haya consumido virtualmente todo el "lastre" negativo que arrastramos! ¡Feliz verano!
Ya lo dijo Groucho Marx: "¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!