jueves, 16 de febrero de 2023

¡Vaya carro!

 

                  Ya no se parece nada a lo que fue, je, je.


EL COCHE DE OLGA: Siempre que hablamos de él, echamos unas risas. Es un Opel Corsa edición 2000 con la matrícula LE  de las que ya no se ven. Por ella se sabe que es de León.  Tiene 19 años, es pequeño, de sólo tres puertas pero duro como el mármol y  de color gris. Ya cuenta con más de 327.000 km y, lo que te rondaré morena, porque sigue pasando la ITV cada año. Tiene su secreto. El día de la revisión, su dueña lo lleva al taller y desde allí, lleva la puerta de atrás disimuladamente abierta, porque si se cierra ya nadie es capaz de abrirla si no es con un instrumento de fuerza en manos de un mecánico.

Muestra orgulloso sus  tatuajes de golpes y rayados por varias partes. Va y viene por media España. Ha visitado París y su último viaje ha sido a Murcia este verano como cada junio desde hace unos cuantos años junto con los hijos de Olga, mis nietos. Otros años les acompañaba pero este verano no pudo ser por la enfermedad del abuelo. Mi miedo estuvo en que el coche les dejara tirados en medio de la autopista pero no hubo problema alguno. Por determinadas autovías ya no le dejan circular y el cerco se va estrechando. 

Cuando en la familia queremos decir que alguien es fuerte y duro añadimos: ¡Como el coche de Olga! 

La última la protagonizó junto con sus ocupantes hace unas semanas. H. y H. (los hijos de Olga) querían saber qué se experimentaba metidos en el vehículo en un tren de lavado. 

El primer susto se lo llevaron al oír el estruendo que hicieron los retrovisores, que no son plegables, al saltar por los aires. 

El segundo  H y H dentro del coche haciendo señas a su madre porque les entraba agua por las ventanas y el tercer un limpiaparabrisas que quedó doblado como si le hubiera dado un ataque de reuma.

¿Creeréis que hubo que llevarlo al taller? Nada. Mi hija volvió a colocar los retrovisores en la ranura, enderezó el limpiaparabrisas y volvió a parecer lo que es: ¡Un viejo coche duro como una roca!  Con las abolladuras y rayados que le han dado sus muchos años.


Sonriendo para recibir al Don Carnal: "La risa son unas vacaciones instantáneas" de Milton Berle.



jueves, 2 de febrero de 2023

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Soledad del cuidador/a: 

Dicho en peligro de extinción: "Me importa un pimiento".  Se dice cuando no importa nada lo que nos dicen o lo que sucede. 

Día 1:

Matrimonio mayor, ella (dicen que nunca trabajó), primero cuidó de sus padres, más tarde de un hermano y ahora de su marido incapacitado y con un temperamento irascible. Ya no sabe con quien desahogarse. 

Día 2:

El matrimonio tiene 85 años. La mujer sufre de Alzheimer. Él la cuida y escucha constantemente sus riñas y sus preguntas repetitivas. Está agotado. 

Día 3:  

Ella cuida de su suegra con demencia senil. Está al límite. A veces piensa en el suicidio.

Día 4: 

Un accidente dejó en una silla de ruedas a su compañero con 43 años. Lo peor es su mente que funciona como la de un adolescente. Intenta conformarse 24 horas pendiente del enfermo. 

Día 5:

Desde que nació está como un vegetal, hoy tiene 26 años. Sus padres la cuidan . La madre toma pastillas para su depresión. 

Día 6: 

Le detectaron el Alzheimer con 71 años. Viuda, su hijo trabaja y contrató una cuidadora a la que su madre insultaba, agredía y de un día para otro la echó de su casa. Su hijo ya no puede más.

Día 7:

Desde que tenía 6 años ya no cuenta las operaciones de tumores cerebrales. Su madre sólo vive por y para ella de hospital en hospital. Pensando en la situación, sólo teme enfermar ella. 

 Reflexión: Cada vez son más las personas dependientes. Con las últimas noticias sobre las deficiencias en las residencias de mayores; la mayoría concertadas y gestionadas por fondos privados. ¿Qué pueden hacer las personas que trabajan y no pueden dejar su ocupación para dedicarse al cuidado de sus familiares dependientes?


En mi opinión la muerte no es una desgracia comparado con estos casos de personas sanas que cuidan y no ven la luz al final del túnel: "La vejez es una condena sin derecho a recurso" de Marcello Mastroianni.