jueves, 25 de febrero de 2016

Magena





Magena ser mi nombre. Significar "Luna creciente" 

Caminar, no mirar atrás montañas de antepasados. Espíritu Guerrero no encontrar. No poder mi maltratar más. Magena no ser de Espíritu Guerrero. Huír...

No tener futuro en Mil Praderas. No más castigar. Marchar lejos donde Espíritu Guerrero jamás hallar. 

Pero sí llorar. Llorar por madre, llorar por padre, llorar por hermano. Ellos no querer mi marcha pero mi no poder más. Despedir pequeña tienda de niñez. Despedir praderas verdes. Despedir búfalas madres de pequeñas crías. Despedir cielo de estrellas muchas. Despedir árboles que muchas veces guardar. Mi agradecer.

Marchar triste con hijo en entrañas. Volver jamás mientras Espíritu Guerrero estar vivo. Morir de amor por Ojos Penetrantes, por niños, por mujeres, por caballos... Llevar dentro corazón, madre, padre, hermano. ..

Avanzar. Magena ser fuerte. Caminar noche, estrellas guiar, sentir brisa, subir riscos,  encontrar lugar descansar, buscar agua, comer frutos de madre tierra, pisar hierba, borrar huellas...

Llegar lejos, hasta que Espíritu Guerrero cansar de buscar. Si seguir allí, él matar madre, matar padre, matar hermano por mi proteger. ¡Por Magena, nunca ellos morir! 


Hace falta fuerza y valor para cerrar puertas: "Sólo cerrando las puertas detrás de uno, se abren ventanas hacia el porvenir" de Françoise Sagan. 


martes, 23 de febrero de 2016

Falta sentido común





Es la madre de un niño de cinco años al que, según ella, su tutora maltrata de forma constante físicamente.

Su cuenta en facebook suma más de mil seguidores. Se le ha ocurrido pedir consejo sobre el tema en la red a sus agregados poniendo el nombre del colegio al que lleva a su hijo, además del de su tutora con apellidos incluidos. Por favor, se dice el pecado pero no el pecador, por lo menos hasta que se demuestre lo que dice.

Lo que llama la atención es que entre sus muchos seguidores la mayoría ponen a parir a la profesora, al colegio y a toda la educación que se está dando en España.  Los comentarios en cuanto a la educación de los que los escriben deja mucho que desear. Seguramente es el colegio y la aludida los únicos que no saben nada del malestar de esta madre. 

Mi sombra se pregunta: ¿Es por las redes sociales por dónde deben empezar nuestras quejas ante un tema así?  No, no señora. Si tiene un poco de respeto por las personas que se encargan de la educación de su pequeño, debe de saber que en todos los colegios de nuestro país hay un protocolo a seguir.

Antes de poner a bajar de un burro a la persona que se encarga de la educación de su hijo, lo primero es ir a entrevistarse con ella y darle sus quejas. Luego si de verdad siguen los malos tratos va usted a la dirección del colegio y si no se pone remedio, siempre que se demuestre la veracidad de los hechos, lo que sinceramente pongo en duda... El paso siguiente sería el que la mayoría de sus "amigos" de la red le aconsejan hacer de inmediato, ir al juzgado y poner la denuncia.

 Usted ha comenzado por lo menos indicado que es denigrar a una persona dando su nombre y el del colegio donde da clase. Como madre, un poco de sentido común. Sobre todo por su hijo al que muestra un camino muy poco ejemplarizante. Ya ha borrado o han borrado sus conversaciones, pero en la Red todo queda. Mi sombra por ser maestra siempre ha sentido una sensibilidad especial a los temas educativos y me entristece que no se valore el trabajo de los profesionales de la educación, que en su mayoría cumplen y se comprometen con ella.


 Por el bien de la materia humana con la que se trabaja:"No les estoy pidiendo que crean en mí, les pido que crean en ustedes" de Barak Obama.



jueves, 18 de febrero de 2016

La "Cencerrada"




En algunos pueblos de León antiguamente se celebraba "La Cencerrada".

Concretamente en Villa de Soto, un pueblecito cercano a la capital, era una costumbre que se celebraba cuando se casaban dos personas "viudas" o de bastante edad.

La gente del pueblo sin que los novios se enteraran les preparaban un carro con "cencerros" de las vacas o de las ovejas, de ahí el nombre. Ponían  además botes de metal a los lados del carro y lo engalanaban con ramos. Tiraba del carro una  "reata" de burros también engalanados. Dentro del carro donde habían de estar los novios ponían un  brasero encendido con ruda y pimiento picante para hacer estornudar a la pareja.

Una vez casados, a la salida de la iglesia les esperaba el carro preparado. Hacían subir a él a los novios y los llevaban por todo el pueblo hasta la casa de la viuda cantándoles canciones. 

Por la tarde la madrina hacía un mazapán y las mozas y mozos iban a la casa de la novia, bailaban la jota y comían el roscón. 

El segundo día después de la boda también le hacían la"Cencerrada" a los casados y todos disfrutaban con ella. Algunas veces , si algún bruto se empeñaba, después del paseo, tiraban a los novios al pilón del "caño·".


Lo del pilón... "No quiso la lengua que de casado a cansado hubiese más que una letra de diferencia" de Lope de Vega.




martes, 16 de febrero de 2016

¡Se me paró la vida!


fotografía tomada de la Red

Celia trabaja en una residencia de ancianos. Le cae muy bien la señora Lidia. Pasa de los ochenta, pero le gusta estar ocupada y su mayor entretenimiento es pintar, le encanta. Su mente sigue muy lúcida, se interesa por todo, es amable y a Celia siempre la recibe con una sonrisa.

Hoy la cuidadora se acercó a Lidia que sentada en un banco observaba el jardín. La saludó y le pidió que le contara alguna historia de amor de su vida. La anciana no se hizo de rogar:

_¡Ay hija! si te cuento... es más bien una triste historia. Viví en Madrid casi toda mi vida, pero cuando cumplí los ochenta vine para León para estar cerca de mis hijos que viven aquí. Me casé antes de los veinte con un chico de buena familia con negocios en los que él trabajaba. Tuvimos dos hijos y me dejó viuda cuando cumplí los veintitrés. 

_¿Nunca se volvió a casar?

_Sí, hija sí, mejor que no lo hubiera hecho. Mi marido tenía un hermano que prometió hacerse cargo de sus sobrinos y de mi, mientras él viviera, así nunca nos faltaría de nada. Yo nunca había trabajado y con dos niños...
Cuando pasó un año de la muerte de mi marido, mi cuñado me pidió que me casara con él. Acepté, era nuestro sustento y hasta se lo agradecí. 
Unos días antes de la boda me dijo que sería su mujer pero nunca haríamos uso del matrimonio, me respetaría siempre como la mujer de su hermano. Yo acepté, qué remedio, mis hijos y yo dependíamos de él y de mis suegros. 

Así convivimos durante  más de 40 años. ¡Nunca me tocó! Mientras vivimos en Madrid íbamos juntos a la Ópera, al teatro, al cine... De puertas para afuera éramos un matrimonio normal. De puertas para dentro cada uno tenía su habitación y jamás cruzamos juntos la puerta de un dormitorio.  Si hubiera sido hoy hubiera sido distinto. "Se me paró la vida" 

_¿Y él salía solo? ¿No sería "gay"?

_Sí, claro salía a trabajar, con amigos... fíjate nunca mientras convivimos lo pensé porque en mi época eso... pero desde su muerte lo he pensado más de una vez. 


A pesar de todo, la vida no se para: "El ser humano ha nacido libre pero vive encadenado en todas partes" de Jean-Jacques Rousseau.




jueves, 11 de febrero de 2016

Amador



Por San Valentín, la publicidad machacona me ha hecho recordar los amores importantes de mi vida. Bien pues Amador se llamaba y se llama mi "primer amor". Estoy segura de que nunca leerá este blog, pero si lo hiciera, nada de lo escrito sería nuevo para él. Cuando una pasa de los sesenta no le importa contar más de una vivencia.

Mi sombra contaba entonces quince abriles y Amador tenía 25 años. Por muchos motivos hoy y ayer esa relación sería muy difícil. En aquellos años y en un pequeño pueblo, era imposible. Amador trabajaba en el alambique que mis padres tenían. Nos veíamos a diario. Fui una adolescente muy madura, aún así, se podías haber aprovechado y nunca lo hizo. Siempre conté con su respeto.

En el pueblo había un lugar, "La Pista" donde se reunían para bailar los domingos, los chicos y chicas del pueblo y alrededores. Bailábamos música disco: pasodobles, vals, música del Dúo Dinámico, de Juan Pardo... En esos años la costumbre era que cuando una chica bailaba con un chico otro chico podía cortar el baile si la chica le decía que sí, así, en una misma pieza podías bailar con tres o cuatro parejas diferentes. A los chicos del pueblo nunca les decíamos que no, por supuesto, yo bailaba hasta con "Carracón" que me caía fatal.

Sobre las cinco o seis de la tarde comenzaba el baile. Una hora y media más tarde aparecías e ibas a sacarme a bailar. ¡Por supuesto que te decía que sí, soñaba con ese momento! Lógicamente ningún adolescente de mi edad se atrevía a cortar el baile a un hombre hecho y derecho como tú. Por lo tanto el resto de la tarde era totalmente nuestra.

Amador bailaba muy bien y yo me dejaba llevar en todos los sentidos. Los bailes lentos se bailaban muy juntos y tenías una forma tan delicada de apretarme contra tu pecho, con tanta suavidad, tacto y delicadeza que yo en tus brazos me sentía la Reina de Saba. Cuando tus labios rozaban mi pelo o mi frente en un disimulado beso, un estremecimiento recorría todo mi cuerpo como si recibiera una descarga eléctrica. En tus brazos me sentía frágil, bella y feliz, sobre todo feliz, nada comparable como cuando bailaba con los chicos de mi edad.

Ponías tanta atención, cuidado y respeto en nuestra relación, por la cuenta que te traía, claro está, que todo el mundo lo sabía a nuestro alrededor pero nadie decía una palabra o hacía una broma al respeto. Era, para todo el mundo, un secreto a voces que nos amábamos. 

Un día por la mañana me preguntaste: ¿Estuviste ayer con "el Pego"?. El Pego era mi vecino un año mayor que yo. Por supuesto que no, te contesté. Es que... _continuaste_  me han dicho que os vieron charlando ayer al atardecer. Mis ya dieciséis años explotaron de alegría por dentro, aunque por fuera me mantuve seria. Aquello para mí fue un gran cumplido. ¡Tenías celos de mi vecino! 

El tiempo transcurría mucho más despacio de lo que ambos deseábamos. Un mes antes de cumplir los 17 abriles, se me abrió una puerta en forma de oportunidad que decidí atravesar. Nunca me arrepentí de haber cogido ese tren. Me fui a Cataluña a Ripoll, a la SAPHIL, a trabajar y a estudiar y la distancia se encargó de lo demás.

Me amaste y te amé pero nunca salió palabra alguna de nuestras bocas confirmándolo. ¡No hacía falta! Ambos sabíamos que debíamos dejar pasar el tiempo antes de permitirnos gritarlo a los cuatro vientos. A tu lado brillaba mi mirada y una aureola de rubor cubría permanentemente mis mejillas. Hablábamos de todo, pero no de lo nuestro. No hacía falta palabras, el amor no se puede ocultar. Tú te perdías en mis ojos claros, "ojazos" me llamabas, yo sólo deseaba ser mayor. Bailábamos y bailábamos pegados el uno al otro, éramos una pareja... un tanto especial. 

Un día de abril me alejé de ti llevando tus manos en mi cintura, con la canción de Adamo,  tu respiración en mi cuello,  mi pecho en el tuyo, tus labios rozando mi frente, mi pelo en tu cara, no te dabas permiso para más. Sabías que esa chiquilla que era yo, te correspondía, entonces... ¿Por qué se fue...?

La despedida fue triste. Lejos de ti bailé otros bailes, conocí otros brazos, besé otros labios... Pasaron los años, creo que ambos hemos tenido suerte y la vida nos ha tratado muy bien. Hace un tiempo coincidimos en un entierro. Nos dimos un abrazo y dos castos besos como si hiciera tan sólo un mes que no nos veíamos. Siempre he guardado de ti un grato recuerdo.  El tiempo pasó... Hoy soñé que ponías tus labios suavemente en los míos, me estremecí y me desperté. 



Todo ocurrió en silencio: "No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay" de François De La Rochefoucauld.



martes, 9 de febrero de 2016

¡¡Ay, qué escacharrón!!




Hay dichos que nunca sabremos de donde vienen pero se hacen tradición al repetirlos. Así recuerdo que mi madre si mis hermanos o yo nos andábamos hurgando la nariz nos decía: "Deja la nariz que se te van a hacer unas porras como las del ti Pedrón". Nunca supe quién era el ti Pedrón. 

Cuando nos abrochábamos mal la chaqueta y quedaba un lado más largo que otro afirmaba: Tú como decía el otro "Corta aquí Juana" y claro se la volvía a abotonar y sobraba por el otro lado y repetía: "Corta aquí Juana" y así hasta que se quedó sin chaqueta. Seguro que ni ella misma sabía quien era el autor de la frase, que suponíamos sería del marido de la tal Juana. 

También cuando nos limpiábamos con la manga nos sentenciaba: "No te limpies con la manga que van a parecer las mangas de D. Domingo Barros" y nunca nos dijo quien era ese tal D. Domingo Barros con nombre y apellido si es que lo sabía. 

Así, cuando mi sombra tenía nueve o diez años íbamos por el pueblo a "correr los Carnavales", decíamos. Y así era porque teníamos que correr. Los chicos más mayores construían un toro con cuatro palos cruzados. Le ponían unas varas de alero a los lados que curvaban para darle forma. Le colocaban una sábana encima y dos astas de vaca a los extremos de los palos de delante e iban a correr tras la chavalería. Otro chico hacía de guía del toro con un palo en la mano. 

Si las niñas iban vestidas con el traje regional no iban tras ellas por temor a romperles la ropa. Pues eran trajes muy antiguos con manteos bordados y mantones de Manila que las abuelas sacaban del arca y nos los prestaban a condición de cuidarlos mucho. Pero cuando  no íbamos  disfrazadas  iban a por nosotras y teníamos que correr. 

Un Martes de Carnaval llegué a casa diciendo: Corría delante del toro pero me alcanzó y me dio un palazo en el culo ¡Ay que escacharrón! o sea ¡ay qué risa! 

A raíz de esa frase que no me dejaba en muy buen lugar, cuando a alguien le pasaba algo desagradable en mi casa pero lo contaba de forma divertida riendo, se quedó el dicho. Tu como decía la otra: ¡Me dio una palazo en el culo, ay que escacharrón! 

La verdad es que desde entonces tanto mi hermana como yo, procurábamos disfrazarnos de maragatas y así todo era mucho más tranquilo. 

El dicho quedó en la familia muy a mi pesar: "A nadie perjudicó el haber guardado silencio" de Catón el Viejo.



jueves, 4 de febrero de 2016

"Juan Trampas"





En los pueblos leoneses, como en todos los pueblos, hay costumbres que se han perdido pero que las personas mayores recuerdan con nostalgia.

Así, hace años, el día del Antruejo por la zona de La Valdería concretamente en Felechares, los mozos visitaban de forma especial los filanderos o filandones de la zona. Sobre todo aquellos en los que había más mujeres jóvenes. 

Llegaban a los filanderos, varios mozos disfrazados y otros sin disfraz. Primero entraban algunos mozos sin disfrazar y decían que traían a "Juan Trampas". Nada más anunciarlo las mozas se asustaban y no sabían donde meterse, normalmente se escondían detrás de las mujeres mayores. Luego entraban los disfrazados con Juan Trampas, que buscaba a las chicas para asustarlas y así todos se reían, lo pasaban bien, y disfrutaban saboreando los dulces típicos de carnaval.

Juan Trampas era un mozo vestido de muerto envuelto en una sábana con una vela encendida que llevaba sobre la cabeza o en la mano. Este personaje se hizo muy famoso y los mozos se turnaban cada año para vestirse de "Juan Trampas". 

Cuando acababa la velada algunos mozos del pueblo se iban a otros pueblos cercanos y se metían en las bodegas a beber vino. Cuando regresaban a Felecchares, al llegar a "Los Corrales del Medio" empezaba a amanecer, con lo que la juerga duraba toda la noche. Ya se sabe: "En Carnaval todo val"


¡Vivan los carnavales!: "Yo no he sido tanto yo como los personajes que representé en este carnaval literario. Ellos son, pues, en buena parte mi biografía" de Miguel Delibes.



martes, 2 de febrero de 2016

My "twitter" (28)



Lunes 18 de enero:
Dicho en peligro de extinción porque los jóvenes no saben lo que era una perra gorda: "Para ti la perra gorda" o en Asturias: "para ti el prao y la hacienda". Se dice cuando se cansa uno de discutir con alguien y se le da la razón al contrario.

Martes 19 de enero:
Tiene nueve años y ya sabe que los Reyes Magos son los padres. Le pusieron los regalos el día de Papá Nôel para que le diera tiempo a jugar.. El día de Reyes un detalle por ser ése día. El día 24 recibió los regalos de los amigos que celebraron con él su cumpleaños, los de los abuelos, los tíos.... ¿Alguien da más? ¡Así nos luce el pelo!

Miércoles 20 de enero:
¡Por fin unos padres que cumplieron su promesa, olé por ellos! Los dos hermanos de cinco y seis años se habían portado fatal, peleándose mucho, insultándose y demás. Los Reyes Magos le trajeron una vieja bolsa llena de carbón, pero no carbón de caramelo, carbón de verdad.

Jueves 21 de enero: 
Es un adolescente de 14 años. Fueron a comer a un restaurante y le llevaron un bocadillo para él. Porque a sus 13 años sólo come los purés que le hace su madre y algo de embutidos.

Viernes 22 de enero:
Lleva de la mano a sus hijos de 9 y 10 años, se diría que es un "padrazo". Si no fuera porque mi sombra sabe que nunca ha pagado la pensión de alimentación. Que aparece y desaparece como el Guadiana. Que se pasa hasta año y medio sin llamar a sus hijos por teléfono y encima le pide dinero a todo el mundo.

Sábado 23 de enero: 
Conversaban. Ella le comentó: Mira yo me pongo a jugar con el "Criminal Case" y me ciego no puedo parar y él remata muy serio: A mí me pasa lo mismo con el porno.

Domingo 24 de enero:
En la peluquería se fue la luz. Dueña y clienta ésta con la cabeza mojada esperan a que vuelva. Esperan, ya está oscureciendo. La peluquera hace una llamada. En el Barrio de Arriba hay luz. Salen las dos. La profesional con: secador, peine, cepillo, tijeras... En el bar del Barrio de Arriba la peluquera hace su trabajo. Al regreso ha vuelto la luz. Alguien dijo: ¡Nada más iros, llegó la luz! Pues qué bien.



Sólo estamos de paso: "El presente existe, pero no perdura y, en cambio, el pasado y el futuro tienen duración, pero no existencia" de San Agustín.