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martes, 8 de octubre de 2024

¡Vaya show!




Pues sí, verdaderamente... ¡Vaya cuadro!

La frente de Hermeregilda, (Herme), chorreando. Sus manos pringadas, el suelo embadurnado... El cuenco en el suelo moviéndose en semicírculo formando un arco-iris de color rojizo oscuro, un poco más allá la paletina del tinte descansaba relajada. 

La anciana limpiaba sus manos en su propio vestido. Acudieron las cuidadoras que no sabían por dónde empezar a ordenar. Entre dos asistentas llevaron a Herme  hacia la ducha, mientras pataleaba y refunfuñaba. 

Y la peluquera, Deli, ¿qué hacía la peluquera? Se llevaba las manos enguantadas a la cabeza como si no quisiera creer lo que veía. Ya le había dicho a la directora de la residencia que no quería volver a teñir a la octogenaria porque siempre se alteraba muchísimo y era muy difícil. 

La responsable del centro le comentó a la peinadora que Herme tenía una sobrina que cada semana la visitaba. Y... Había dejado bien claro que a su tía había que teñirle el pelo una vez al mes, así cayeran chuzos de punta. Según la sobrina, su tía había sido muy coqueta y aunque su memoria le fallaba, ella en sus visitas quería verla bien guapa costara lo que costase. 

La profesional del pelo, insistió en su negativa a teñir el pelo a Herme, pero ni caso. Que la sobrina había dicho...

 A la siguiente semana la peluquera determinó darles un ultimatum a la sobrina y a la jefa de la residencia. No estaba dispuesta a tener que soportar de nuevo una situación semejante. Como ella no se podía negar a hacer su trabajo, tomó la decisión de dejar el centro. 

Ante esta disyuntiva ambas, tanto la directora como la sobrina, entraron en razón. Apreciaban a la peluquera por su profesionalidad y no querían quedarse sin su asistencia una vez a la semana. Ya habían tenido algún altercado con un anciano testarudo que se había puesto muy agresivo con ella y lo había sabido resolver sin ayuda. Deli, tenía buen carácter y paciencia con los mayores y eso era muy importante para la residencia. 

Con los mayores la paciencia es un grado:"Cuando los sentidos faltan, la razón debe intervenir" de Galileo Galilei. 


jueves, 9 de noviembre de 2023

El "echarpe"




El pasado martes nos reunimos varias compañeras para comer, como hacemos de vez en cuando, para saber unas de otras. Como casi siempre, a estas edades, entre otros temas, se habla, yo diría demasiado, de colesterol, glucosa, arritmias... 

Arcadia nos contó una anécdota que la marcó cuando vivían sus padres y que nos hizo sonreír. Ella dejaba a su familia para ir a dormir al piso de sus progenitores delicados de salud sobre todo por la falta de movilidad de su madre que necesitaba ayuda para todo. 

Una noche sonó con insistencia el telefonillo del edificio sobre las cuatro de la madrugada. Arcadia se levantó soñolienta y fue primero a la habitación de su padre, todo normal. Luego fue hacia la estancia de su madre y ésta no estaba en su cama... ¡Había desaparecido! Corrió hacia el interfono y abrió el portal del inmueble. Al momento sonó el ascensor que se paró a la altura de su piso. 

_¡Policía, abra la puerta, por favor! 

Arcadia abrió apresurada la puerta y allí, en el umbral, su madre completamente vestida sonreía entre dos policías. Arcadia no se lo podía creer. 

El echarpe, eso fue lo que llamó la atención de un vigilante que vio a una anciana a las tantas  de la madrugada arrastrando el echarpe como si de la cola de un vestido de novia se tratara. Aquella estampa en plena noche no era normal por lo que decidió llamar a la policía. 

La madre de Arcadia, sin apenas movilidad, se había levantado, se había vestido, había cogido las llaves de un lugar bastante difícil, según su hija y se había ido a la calle en plena noche con su echarpe de lana preferido.  

Arcadia no se lo explica. Lo curioso es que la anciana dijo a la policía dónde vivía: Calle, número y piso, además de recomendarles que no le dijeran nada a su hija porque la iba a reñir mucho. Pasado el tiempo dice Arcadia que a su madre no le gustaba que le recordaran el episodio.


El poder de la mente humana es incomprensible: “¿Adónde vas? ¿De qué regiones vienes? ¿Quién da a tu rostro ese celeste olvido? ¿Qué Dios sin fuego con su  luz te viste?” de Vicente Gaos.


"Echarpe": Prenda de vestir femenina que consiste en una pieza alargada o curvada, generalmente de seda, lana o piel, que se lleva sobre los hombros y los brazos como abrigo o adorno.

  

lunes, 19 de junio de 2023

"Gurús"

 


 Desde que soy viuda, pronto va a hacer un año, no he parado re recibir: notas, visitas, llamadas...

-Notas de personas interesadas por mi estado de ánimo que no me conocen pero que las escriben, como si me conocieran de  toda la vida. 

-Cartas sin remite en mi buzón, para que contacte con personas que pretenden paliar la supuesta soledad de mi sombra. 

-Visitas de parejas masculinas y femeninas con ideas religiosas que pretenden hacer proselitismo entre personas, vulnerables, que suponen será  mi caso. Ni siquiera les dejo traspasar el umbral de la puerta de mi casa, aunque les abro porque con cuatro hijos y seis nietos de siempre abro la puerta sin mirar por la mirilla, pues aunque algunos tienen llave, casi nunca la usan. 

-Llamadas telefónicas haciéndome saber que puedo solicitar el "localizador" o botón de emergencia a personas mayores  para llamar en caso de emergencia, muy necesario según su opinión, a partir de los 65 años.

- Llamadas de responsables de ocio y tiempo libre que no se sabe de qué organismo. 

-Mensajes al móvil: "Mamá se me ha estropeado el teléfono, llámame a éste que es nuevo" y dan un     número diferente. 

En fin, gurús que pretenden unos salvarme.  Otros, directamente chantajear, en el caso de que contestes. Me pregunto cómo se enteran estas personas de mis circunstancias actuales. No me debería de sorprender, teniendo en cuenta que cada vez lo tienen más fácil para obtener datos que son, supuestamente confidenciales, pero que disponen de  ellos diversos organismos. 

Ya hace mucho tiempo que no necesito "gurús" ni conocidos, ni desconocidos.  Mi gurú va dentro de mi, como va dentro de cada uno de nosotros, si nos miramos interiormente atenta y libremente. Nadie de afuera nos dará lecciones, ni religiones ni políticas que jamás han arreglado el mundo. 

Prefiero suponer que alguna de estas personas se preocupan de buena fe. En esta etapa,  prefiero pedir ayuda cuando la necesite, antes que tomarla a la fuerza. A ser feliz se aprende aceptando lo que viene tal como viene. Escribo menos, pero estoy en paz y me siento bien aceptando desde un principio mi estado actual.


Es la Vida:  "A veces perder es ganar y no encontrar lo que se busca es encontrarse" de Alejandro Jodorowsky. 


Como ya estamos a las puertas del verano, compañer@s  bloguer@s os envío un gran abrazo. 

¡¡HATA SEPTIEMBRE!!



jueves, 2 de febrero de 2023

My "Twitter" (45)

 


Soledad del cuidador/a: 

Dicho en peligro de extinción: "Me importa un pimiento".  Se dice cuando no importa nada lo que nos dicen o lo que sucede. 

Día 1:

Matrimonio mayor, ella (dicen que nunca trabajó), primero cuidó de sus padres, más tarde de un hermano y ahora de su marido incapacitado y con un temperamento irascible. Ya no sabe con quien desahogarse. 

Día 2:

El matrimonio tiene 85 años. La mujer sufre de Alzheimer. Él la cuida y escucha constantemente sus riñas y sus preguntas repetitivas. Está agotado. 

Día 3:  

Ella cuida de su suegra con demencia senil. Está al límite. A veces piensa en el suicidio.

Día 4: 

Un accidente dejó en una silla de ruedas a su compañero con 43 años. Lo peor es su mente que funciona como la de un adolescente. Intenta conformarse 24 horas pendiente del enfermo. 

Día 5:

Desde que nació está como un vegetal, hoy tiene 26 años. Sus padres la cuidan . La madre toma pastillas para su depresión. 

Día 6: 

Le detectaron el Alzheimer con 71 años. Viuda, su hijo trabaja y contrató una cuidadora a la que su madre insultaba, agredía y de un día para otro la echó de su casa. Su hijo ya no puede más.

Día 7:

Desde que tenía 6 años ya no cuenta las operaciones de tumores cerebrales. Su madre sólo vive por y para ella de hospital en hospital. Pensando en la situación, sólo teme enfermar ella. 

 Reflexión: Cada vez son más las personas dependientes. Con las últimas noticias sobre las deficiencias en las residencias de mayores; la mayoría concertadas y gestionadas por fondos privados. ¿Qué pueden hacer las personas que trabajan y no pueden dejar su ocupación para dedicarse al cuidado de sus familiares dependientes?


En mi opinión la muerte no es una desgracia comparado con estos casos de personas sanas que cuidan y no ven la luz al final del túnel: "La vejez es una condena sin derecho a recurso" de Marcello Mastroianni.


viernes, 17 de junio de 2022

¡¡SENTADA!!

 


 Dice el anuncio: "Somos mayores, no idiotas". Pues sí, me subleva que me tomen por idiota. Este
es mi caso: Le han descubierto una grave enfermedad a mi compañero de vida durante 50 años.

El Dr. Palomo, oncólogo, nos prescribió una PET que posiblemente la mutua nos enviaría a hacerla a Valladolid. A la salida de la consulta, martes por la tarde, me dirigí a ADESLAS, nuestra mutua. 

El oficinista me dijo que volviera mañana, que él no sabía decirme el lugar de la prueba. Volví a ADESLAS el miércoles por la mañana, nada, "no se preocupe que la llamamos por teléfono. Espero y espero, el teléfono no sonó. Por la tarde volví. Ya estaba la encargada. Le espeté:

_Mi paciencia tiene un límite, ya he venido tres veces. ¿Pero tanto cuesta hacer una llamada para dar una dirección? ¿Qué hice? Me senté en una de las tres sillas y dije con calma: Yo de aquí no me muevo hasta que no me solucionen el problema. 

_¡Señora cerramos a las seis!

_ Pues cuando sea la hora llamen a la policía y que me desaloje. 

Ya cerca de las seis el chico me entregó una lista de lugares con letra minúscula para que llamara a Madrid, único lugar, según la encargada, que se podía realizar la prueba. Llamé nada. Puse el manos libres y muy alto el volumen, todo el que entrara, se enteraría. Llegaron dos jóvenes. Marqué un segundo nº: Hospital Quirón en Pozuelo de Alarcón: 

Un momento, por favor, música... pedir cita... más música... prepare los datos del enfermo: DNI, bla, bla... música... En estos momentos todos nuestros agentes están ocupados ... música... en estos momentos... música... Aún no ha entrado en vigor la nueva ley que prohíbe esto, ¡Qué pena!

Llega la señora de la limpieza y otro señor mi sombra SENTADA y el teléfono a todo trapo. Si les aburro no sigan pero juro por mis hijos que así sucedió. Por fin me dan una cita para el 26 de Julio. Demasiado tarde. La voz me dice que espere que llamarán a Quirón Sur para ver si tienen cita antes, no cuelgue... Música... 

En esto, apareció de nuevo la encargad con una nota, "Post-it", en ella un teléfono del Centro Médico de Asturias: ¡Cuelgue, cuelgue, me voy a meter en un lío pero llame aquí! Pasaban de las 6:30 h. Yo ni me inmuto, llamo: Me atiende rápidamente pero me dicen que esa cita sólo se puede pedir por las mañanas. Así que con una mala leche que no aparentaba por fuera salí de A D E S L A S en León, preguntándome cómo no me lo habían solucionado antes. 

Total. Vivo en la Comunidad más grande de España. ¡¡Nueve provincias!! Primero me envían a la capital del reino, la más poblada y por último a Asturias uniprovincial, que cabe casi tres veces en nuestra provincia. ¿Me solucionaron el problema en Oviedo? Pues sí, allí le realizaron la prueba al padre de mis hijos.


¡Lo siento! Este ha sido mi desahogo. Ya dudo si "soy mayor o idiota": "La probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos de apoyar una causa que creemos que es justa" de Abraham Lincoln.



jueves, 24 de marzo de 2022

La herida


Parto de la base de que la mayoría de los sanitarios ya sean médicos, enfermeras o auxiliares, son unos grandes profesionales. Nos lo están demostrando de forma continua.

 El caso de Sabino deseo que sea una excepción. Sabino, fue un anciano que a los 81 años tuvo un gravísimo accidente de tráfico hace algunos años. Los médicos pensaban que no lo superaría. Estuvo en coma un mes. Su hija y su nieta Mirta, lo visitaban el tiempo permitido, veinte minutos al día, a pesar de que no había pandemia. 

El primer día de visita al padre y abuelo, tanto la hija como la nieta, observaron que tenía una gasa doblada sobre la sien pero sin sujeción. A Mirta le picó la curiosidad y levantó con mucho cuidado el apósito. Lo que vieron las dejó sin habla. Una profunda herida ensangrentada y sin cerrar, porque no tenía puntos de sutura.  

Mirta salió de la UCI y pidió a la enfermera que la acompañara. Ya en presencia de su abuela le preguntó: ¿Cómo no le han cosido la herida? La enfermera entrecortándose farfulló: Es que como está tan malito pensamos... 

_¡Por favor ciérrensela! _dijeron abuela y nieta a un tiempo_. 

Después de hablar y acariciar al enfermo, ambas mujeres,  regresaron a casa tristes y confundidas. Por las palabras de la enfermera, apenas había esperanzas de que su ser querido se recupera.

Al día siguiente visitaron al abuelo y la gasa estaba en el mismo lugar suelta. De nuevo Mirta levantó el apósito. No les gustó lo que vieron, pero al menos ambos lados de la brecha estaban unidos. Unas grades grapas, a su juicio,  muy separadas como para cumplir el expediente, unían la profunda herida. 

Después de un  mes, el abuelo despertó. Tardó más de un año en recuperarse pero volvió a ser él mismo. Caminaba sin ayuda e incluso conducía trayectos cortos. 


Sobrevivió seis años más:  "El buen médico trata la enfermedad; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad" de William Osler. 


jueves, 3 de febrero de 2022

Más de 100 años

 


 El pasado día 18 de enero falleció a los 112 años, el leonés Saturnino de la Fuente García, considerado el hombre más longevo del mundo. Saturnino nació en León el 11 de febrero de 1909, por lo que la próxima semana habría cumplido 113 años.

Se ganó la vida como zapatero. Entró en la wikipedia como «el supercentenario español reconocido como el hombre más anciano del mundo». El pasado mes de septiembre recibió el título Guinness World Record que lo acreditaba como el varón más longevo del mundo. 

En abril de 2018 murió la mujer más anciana del mundo a los 117 años, la japonesa Nabi Tajima.

Estos ejemplos de longevidad, nos hablan de que cada vez son más las personas que superan los cien años de vida. Hace unos años los ayuntamientos hacían homenajes a las primeras personas que llegaban a esa edad, actualmente todos los días en los periódicos hay alguna esquela referida a una persona fallecida de más de cien años. 

Mi sombra se plantea: De seguir así las personas con una media de 40 años cotizados y otros 40 recibiendo una pensión no habrá Estado con Sanidad gratuita que resista esta tendencia. Cualquier medida que se tome para remediar la situación, será impopular y quitará votos al partido que sea capaz de implantarla para corregirlo. ¿Quién le pone el cascabel al gato con este panorama?  Lo cierto es que ya es algo imprescindible si queremos seguir disfrutando de una Sanidad gratuita. 

Ya sé que subir la edad de jubilación no es una medida que guste a los trabajadores pero alguna habrá que tomar. Mi sombra sería partidaria de que todos los jubilad@s mensualmente abonáramos una tasa proporcional a la pensión que recibimos, para poder seguir disfrutando sobre todo de una Sanidad gratuita ya que somos, en general, el grupo que más utiliza o utilizará sus servicios. 

No hace mucho me encontré con una conocida que había ido a pasar unos días con los suyos a Santo Domingo. Le pregunté por el Covid, allí y las medidas. Me contestó: ¡Ay, mamita! Las medidas son parecidas pero allí si enfermas no puedes ir al médico porque toda consulta cuesta mucho dinero, sólo en casos muy, muy graves te atreves a consultar. Ustedes aquí le duele un brazo y enseguida van al médico, allí eso es imposible para la mayoría. 

Me quedé pensando en sus palabras. Tenemos que empezar a valorar más lo que tenemos y a buscar soluciones con vistas a un futuro. Es hora de tomar decisiones por muy negativas que nos parezcan. ¿Por qué no hacer también campañas de sensibilización con este tema tan importante? 


La cooperación de las clases altas también debería ser una opción: "Los ricos no pueden comprar el privilegio de morir viejos" de Eurípides de Salamina.



jueves, 7 de octubre de 2021

Monólogo de silencio (9)

 


¿Algo cambia por cambiar el nombre? "Viejo" no les gusta, prefieren anciano, señor mayor, persona con experiencia...Sandeces. ¿De qué te sirve aquí la experiencia? Como no sea para dar la murga a los demás con ella. Soy un viejo más entre viejos. Llegué con 83 años y ya he "celebrado" cinco cumpleaños aquí dentro. Ahí viene José, hace un año llegó sin  bastones y ya se apoya en dos, sólo le falta la nieve; de vez en cuando hay que echar una sonrisa para dentro. Leí hace tiempo, ahora ni prensa tenemos por la pandemia, leí una frase que me impactó: "Las residencias de ancianos son almacenes de frutos secos" no me la puedo sacar de la cabeza, tuvo que ser alguien que odia mucho a la gente como yo. Desde que murió Manuela, mi mujer, nada volvió a ser igual. Ya ves tú, de cáncer de pulmón sin haber fumado un puto cigarro en su vida. Me alegré de su muerte, verla sufrir sin esperanza es lo peor que puedes vivir. Estuve triste más por mí que por ella, pues al fin descansó. Viene una chica, parece nueva, endereza a María y a Joaquín, ¡pobres! atados a la silla porque se caen. Pero murió en nuestra casa y en su cama. Fui unos días con mi hijo para León a su piso, a mi piso, que yo se lo compré. Ayer vino una enfermera a informar sobre la tercera dosis, da igual, los vacunados caen a cuenta gotas, pero caen. Dijo que quizás nos la pongan con la de la gripe. Ya me lo imagino en vez de la otra mejilla; abuelo, ponga el otro brazo que esta es la de la gripe. y lo pones, ¡qué vas a hacer! Luego vendrá la cuarta dosis y la quinta, ¡será por dosis! Murió tranquila y serena. A la semana volví al pueblo, a mi casa, a mi huerta; me sentía feliz. Mis vecinos Felisa y Damián me ayudaron mucho durante la enfermedad de Manuela. Felisa siempre, hasta que ingresé, o mejor, me ingresaron aquí. Damián, falleció hace tres años en su casa, en su cama,  como debe ser, yo ya no tengo esa esperanza. Era como un hermano para mí. Hicimos la mili juntos, nos tocó para Ceuta y nos fuimos a La Legión a Sidi Ifni porque pagaban algo; con 19 años ni lo piensas. Lo que yo viví durante la primera ola de la pandemia aquí, se queda corto con lo que vivimos allí. Damián aún peor que yo. Un día estando de guardia, dio el alto, pidió el "santo y seña" y como no hubo respuesta, disparó. El chico ya no se levantó del suelo, era uno de los nuestros, murió aterrorizado, se le había olvidado el "santo y seña". Alguna vez Damián me dijo: Isidro, soy un asesino, ¡calla! le decía yo. Cuando yo le recordaba aquella chiquilla a la que yo...el que me mandaba callar era él. Los secretos de ambos morirán con nosotros. Mi hijo comenzó con el sermón unos dos años después de morir su madre: que si la casa no estaba en condiciones, que si un día me daba un infarto, que si el invierno venía muy duro...Nada de ir para su piso, mi piso, que es grande y no tienen hijos. Bueno, mejor así, son los tiempos. Al final claudiqué. Este verano vino diciendo que la casa se iba a caer. Viendo por donde iban los tiros, le di permiso para venderla. Tardé en sentirme libre dentro de esta cárcel pero ya lo soy. Aquí, oír, ver y callar. No espero nada ni de afuera ni de dentro, sólo el billete para el viaje de ida   . .  . "almacenes de frutos secos". . .


Sin esperanza: "Adiós, sombras queridas;

                     adiós sombras odiadas.

                     Yo nada temo en el mundo;

                     que ya la muerte me tarda" de Rosalía de Castro.


jueves, 26 de marzo de 2020

Reflexionando




Como madrugo poco parezco "la abuela durmiente". Lo cierto es que parte del tiempo que estoy en la cama lo dedico a reflexionar:

¿Sabes Coronavirus? Estoy bien, pero no te perdono que por tu culpa no pueda ver a mis nietos y nietas. Te doy las gracias, sí, te agradezco que no hayas venido por los niños, ¿Qué sería de todas las personas y más, las mayores ver morir a la Infancia, Nuestro Futuro. Me siento un poco hipócrita al escribir estas líneas, sí, porque: Según La OMS, en 2018 murieron 6,2 millones de niños menores de 15 años. Del total de muertes infantiles, 5,3 millones ocurrieron en los primeros 5 años de vida, y casi la mitad de ellas en el primer mes de vida. En el mundo  mueren millones de niños y niñas diariamente y nosotros . . . 

Tengo 73 años, en mayo uno más, "soy una anciana" ¡Cómo me cuesta escribirlo! Como tengo la suerte de vivir en España, me siento como si tuviera 40 años, pero soy mayor. En Francia y Reino Unido leí: los mayores de setenta... en tres meses ni a la puerta la calle, será falso, dicen tantas mentiras... 

Mi sombra es una privilegiada porque vivo en un adosado con un pequeño jardín. Me encantan las plantas, pero los niños alegran mis días más que ellas. A veces cuando estoy en un lugar público y hay dos o tres chiquillos armando bulla escucho decir: "Cuándo vendrá Herodes", me sienta fatal. Así que tuviste que venir Tú a poner orden entre los mayores. 

Cuando, hace dos semanas, cruzaba el puente de San Marcos en los días de sol, decenas de ancianos contemplaban el agua correr  desde sus piedras centenarias. Luego, seguía hasta la plaza de San Marcos y más personas vetustas platicaban sentadas en los bancos. Mi sombra pensaba... ¡Qué suerte tenemos poder disfrutar casi de todo a estas edades! Luego me voy a los datos:  la esperanza de vida en Sierra Leona es de 25 años y en otros 32 países principalmente de África la población no alcanza los 40 años. Reflexiono: ¿Y las personas mayores preocupadas por morir por tu influencia?

Conozco casos en residencias de ancianos a los que nadie visita y están vegetando. ¡Será para que nos demos cuenta que, en muchos casos, vivimos demasiado . . .

 Mejor pensar en positivo.  Que no se me olvide, el gimnasio también lo echo de menos y. . . Todos los días canto y bailo con el Dúo Dinámico RESISTIRÉ.


Pues eso, a resistir:  "Nunca pienso en el futuro. Llega demasiado pronto»" de Alber Einstein.



jueves, 12 de marzo de 2020

¡¡ DEONTOLOGÍA !!



Ilustración tomada de la Red.
  Sagrario es una anciana de 96 años, soltera y sin familia. Su nivel económico está por encima de la media. Vive sola aunque tiene una persona que la acompaña: a la iglesia, a la compra, al médico... Decidió ir al dentista porque su dentadura, con dos puentes y alguna pieza de oro, estaba muy deteriorada.

 _Lo ideal es ponerle una dentadura nueva porque las piezas que le quedan están muy mal.

_Lo que usted decida doctor.

_Bien, tiene dos opciones: Ponerse una dentadura móvil o una fija.

_¿Cuál es la mejor?

_La mejor es la fija pero resulta mucho más cara.

_A Dios gracia tengo una buena paga, doctor, así que ...

 _Bien,  si es así, hoy le sacaré algunas piezas. Le haremos un presupuesto. Si lo paga al contado tendría un buen descuento. Le advierto que el proceso lleva su tiempo y a veces es  doloroso.

A veces no, doctor, _opina mi sombra_ siempre es bastante doloroso por lo que yo conozco. Sagrario pagó al contado. Más de uno pensó que no llegaría a tener su nueva dentadura.

El proceso duró más de un año. Pasó meses casi sin poder hablar, ni comer, sólo purés. La anciana soportó un gran sufrimiento, apenas salía de casa. Atiborrada de antibióticos para evitar infecciones y  antiinflamatorios pata calmar el dolor que no la dejaba apenas dormir.

Poco a poco Sagrario comenzó a mejorar y ... Poco antes de cumplir los 98 años... falleció. Las personas que la conocíamos comentábamos. ¿Cómo se decidiría a ponerse la dentadura fija a su edad con lo mal que lo ha pasado?

Mi sombra se pregunta: ¿Es ético hacer sufrir así a una persona de esa edad, cuando hay remedios mucho menos dolorosos? ¿Falleció Sagrario por los implantes y la medicación recibida? Prefiero pensar que por edad, pero la duda está ahí.


Para mi sombra hubo falta de ética: "Es peor cometer una injusticia que padecerla porque quien la comete se convierte en injusto y quien la padece no" de Sócrates.



jueves, 23 de enero de 2020

Monólogo de silencio (8)



 ¡Por fin te fuiste! 

Me dejaste  sentada en el sofá del empujón que me diste para que me apartara. Donde tú te tumbas y yo nunca me siento porque luego no me puedo levantar. La bronca terminó como siempre. Primero te niego el dinero que me pides y al final te doy los 50 euros. Otra vez me amenazaste con estrellar la televisión contra el suelo, lo único que me hace compañía y me distrae. Los vecinos ya se han acostumbrado a nuestros gritos y peleas. Me costó levantar mis 79 febreros, que pronto serán 80,  del sofá; al final lo conseguí poniéndome de rodillas y apoyándome en él. Llegué hasta una silla jadeando y con cuidado de no tropezar con todo lo que dejaste tirado por el suelo. Escuché en la tele que cada vez más hijos adoptados maltratan a sus padres. Es verdad que yo no quería adoptarte porque ya rondaba los cincuenta. Toda mi vida la he dedicado a cuidar; primero a mis abuelos por ser la mayor, más tarde a mis padres, luego a mi marido y me parecía que tenía derecho a pensar un poco en mí; pero él se empeñó, necesitaba ayuda para el trabajo en el  campo con tanta sementera. Te adoptamos por medio de las monjas. Soy muy religiosa, es lo único que me da fuerzas, sentarme en la iglesia y pedir a la Virgen que no aparezcas por casa. El nuevo cura no me gusta es demasiado joven. A Don Arturo le contaba mis cuitas y me reconfortaban sus palabras. Te lo dimos todo para que nada te faltara, pero cuando él, tu padre adoptivo faltó, te desmadraste. Curiosa palabra viniendo de alguien que nunca te ha parido. Tanto tiempo de control te tenía harto. Me dijiste que jamás olvidarías y perdonarías aquella paliza con el cinto que dejó tu cuerpo marcado durante mucho tiempo; por haber salido de casa por el tejado sin su permiso. Siempre me culpaste a mí por no haber intercedido por ti en muchos momentos. Creía que hacía lo mejor. Hoy eres un hombre adulto  con dos hijos de los que jamás te has preocupado. Me tratas muy mal, mejor dicho me maltratas: me gritas, me empujas, me insultas... Ya te puse una orden de alejamiento y la tuve que quitar. No quiero que vuelvas a la cárcel,  me costó mucho sacarte de allí y regresaste peor que antes de entrar. No trabajas y si no te doy dinero, trapicheas y si te lo doy también. Sí, sé que tienes derecho a la casa por la herencia de tu padre, pero no podemos vivir juntos por más que te empeñes. Heredarás las paredes de la vivienda porque dentro de ella todos son destrozos. Presiento que me queda poco tiempo de vida, si a esto se le puede llamar vida, cada vez estoy más débil.


La vida sigue su marcha: "Cuantas más velas tiene nuestro pastel, menos aliento tenemos para apagarlas" de  Gustave Flaubert.



jueves, 10 de octubre de 2019

Viajando (9)



 A  la mayoría de los españoles y españolas solemos ser muy directos. Nos gusta que cuando alguien nos cuente algo, no dé demasiadas vueltas. Enseguida saltamos "deja de marear la perdiz y vete al grano" sin rodeos, vaya.

Cuento esto porque estado en Croacia con un grupo de personas, nos hacía de guía un señor muy amable, que se hacía llamar Torcuato, aunque ése no era su verdadero nombre. A veces en países con lenguas complicadas los guías cambian de nombre para que le resulte más fácil la pronunciación del mismo a los turistas. 

Tanto a Elisa como a su marido Pablo, una de las parejas del grupo, les gustaba ser puntuales. Como cada mañana estaban preparados en su habitación, esperando para bajar a recepción a la hora convenida para la salida diaria. De pronto sonó el teléfono, Pablo descolgó y oyó la voz de Torcuato que después de dar los buenos días preguntó:

_¿Están ustedes bien? Pablo respondió que sí, le saludó y se despidieron. 

Elisa comentó: ¡Qué raro que no llame Torcuato sólo para preguntar si estamos bien, es demasiado amable. 

Al cuarto de hora volvió a sonar el teléfono y esta vez descolgó Elisa. De nuevo era la voz de Torcuato la que sonaba al otro lado. Saludó e informó que tenían la salida a las 8 y les estaban esperando. ¡Eran las ocho y veinte! A las ocho y media era la hora en la que pensaban Elisa y Pablo que habían quedado para salir.

 Bajaron a toda prisa. ¡Con lo que a ellos les gustaba la puntualidad! Después de pedir disculpas al grupo, le comentaron a Torcuato que con los españoles tenía que ser más directo, que la primera vez que llamó ya tenía que haberles dicho que les estaban esperando. Al preguntar si estaban bien, el matrimonio no se dio por aludido. ¡Ni por asomo pensaron que el grupo les esperaba! 


Todo acabó, aparentemente, con sonrisas de comprensión. “Viajar permite huir de la rutina diaria, de la sensación de fracaso, del miedo al futuro” de Graham Greene.


   

jueves, 9 de mayo de 2019

ARTURO (4)

Imagen obtenida de Googel.

 Arturo, ese anciano-joven de 84 años con una gran maleta repleta de experiencias, nos lo contó. 

Arturo tiene un amigo ingeniero jubilado de 76 años. Estaba viudo con muy buen nivel económico, serio y bien vestido pero desfasado con esta época: pantalones de tergal en verano y de pana en invierno con camisas a cuadros de tiendas corrientes y jerseys de imitación de marcas a pesar de su solvencia. 

En un baile del "Club de los sesenta" conoce a una mujer, veinte años más joven y se casa con ella. Hasta ahí todo normal o casi. Porque las malas lenguas comentan: ¡Lo que hace el dinero! Ganas tiene de casarse esa mujer con un viejo para quitar babas, maestra, con lo bien que puede vivir se casa para cuidar a un anciano. 

Han pasado cinco años desde su boda y Arturo cuenta que  todo el mundo habla de lo bien que se les ve, lo felices que son juntos y la pareja perfecta que hacen. Él ha sufrido un cambio brutal para mejor, más hablador y más risueño. Su forma de vestir es mucho más moderna y juvenil. Ella siempre de punta en blanco, con una luz en la mirada que trasmite felicidad y dicha. 

Ahora los comentarios sobre él son positivos: No parece el mismo se le ve feliz y forman la pareja perfecta. ¡Cuánto han bailado!  Nos cuenta Arturo con alegría.

¡Pero, la vida da muchas vueltas! Hace unos  meses le detectaron a la mujer un cáncer de mama. Él amigo de Arturo  distrae a su mujer, la mima, la acompaña siempre en sus paseos o en sus visitas al hospital...


 ¿Quién cuida de quién? "Jamás un hombre es demasiado viejo para recomenzar su vida y no hemos de buscar que lo que fue le impida ser lo que es o lo que será" de Miguel de Unamuno.



jueves, 11 de abril de 2019

Envidia senil

Fotografía obtenida de Coogle
Hoy visita la residencia de personas mayores. A él no le gusta este lugar, quizás porque ya es mayor y como su madre, él también tendrá que entrar allí algún día no muy lejano. 

Hay tres ancianas a las que las cuidadoras, entre ellas, nunca  llaman por su nombre: La Duquesa, la Faraona y la Madrileña esta última hace unos meses que ha llegado. Le está costando adaptarse pero lo intenta.  Es una anciana que siempre ha vivido en Madrid, de ahí el nombre, tiene 92 años y la mente muy despierta.

El hijo de la Madrileña vive en León con su familia desde hace muchos años. Piensa que es una edad muy avanzada, la de su madre, para vivir sola en la capital de España. Por eso ha decidido traerla para un lugar más cercano a su familia. 

La Duquesa es una señora de familia noble, de ahí el nombre. Tiene 93 años, es muy quisquillosa y protestona, a veces se le va la olla. Un día se sentó un anciano a su lado y se levantó rápido comentando: "Si un hombre se sienta a mi lado algo querrá". Desde entonces si alguien pone una silla a su lado, ella la quita rápidamente para que ningún hombre se siente junto a ella.  

La Faraona es alta y delgada, le gusta que le hagan corro y la escuchen cantar canciones de Lola Flores, de ahí el apodo. Hoy, la Madrileña tiene un grupo a su alrededor y está contando la vida que ha vivido en Madrid: habla de su traje de chulapa, de lo bien que bailaba el chotis, del Retiro... La Faraona la mira con envidia porque desde que llegó la Madrileña le ha quitado mucho protagonismo. 

El hijo de la Madrileña va a verla los miércoles. La dirección de la residencia le ha recomendado que cambie la rutina algún día porque los mayores se acostumbran y luego si un día no viene la visita, ese día, se ponen muy nerviosas. Hoy es miércoles y el hijo de la Madrileña, ateniéndose a la recomendación, decidió hacer la visita el jueves. La impaciencia de su madre era mayúscula preguntándose por qué no había venido su hijo. 

La Faraona que la observaba se acercó y no se le ocurrió otra cosa mejor que decirle: "Tu hijo no viene porque ha tenido un accidente y está ingresado grave en el hospital". La Madrileña comenzó a dar gritos, mientras la Faraona se reía sibilinamente. La dirección llamó al hijo de la Madrileña para que telefoneara a su madre y la tranquilizara.

 _¡No, no tú no eres mi hijo que no tienes la voz de mi hijo! ¿Qué le ha pasado a mi hijo? 

No había forma de calmarla. Aunque no eran horas de visita su hijo tuvo que acercarse a la residencia para que su madre durmiera tranquila. La Faraona durmió a pierna suelta regodeándose con el sufrimiento de la Madrileña.


La envidia abarca todas las edades: "Al llegar a viejos, las costumbres se vuelven tiranías" de Gustave Flaubert.


¡Feliz Semana Santa a todos los bloguero/as y en especial a mis lectores y lectoras!



jueves, 27 de septiembre de 2018

"Dando la lata"



El día de la visita a Auswitch-Birkenau y a las minas de Wieliczka  en Polonia, fue un día intenso, pues además de eso, por la tarde hubo una visita al barrio judío y luego una cena judía con poemas, canciones, música... Resultó ser un día muy completo por lo que el cansancio se hizo sentir. El regreso al hotel fue ya muy entrada la noche. 

La guía nos contó que sobre la una de la madrugada cuando ella creyó que su jornada había finalizado, la llamó una mujer del grupo para decirle que tenía mucha tos y no podía dormir por lo que necesitaba ir al médico. La guía le llevó unos caramelos de menta pero la mujer dijo que eso a ella no le hacía nada que ya los había tomado en más de una ocasión y que tenía que ir al hospital porque con aquella tos era imposible conciliar el sueño.

En Polonia la Sanidad es gratuita pero tienen muy pocos médicos. Cuando llegaron a urgencias sólo había un médico y varias enfermeras. Una enfermera que las atendió iba a tomarle la tensión a la guía, que a aquellas horas sin pegar el ojo estaba pálida y demacrada, cuando ésta le apuntó que la enferma era la señora a la que acompañaba.

Después de atender a la mujer, la enfermera le dijo que aquello no era grave, que había habido un accidente y tendrían que esperar hasta las seis de la mañana si deseaban que un médico  viera a la que tosía. La señora al oír que tenía que pasar la noche en la sala de espera del hospital, decidió de pronto que se encontraba mejor y que deseaba regresar al hotel. 

Así lo hicieron. Se ve que la mujer lo que tenía era insomnio y decidió que estuvieran pendientes de ella parte de la noche. Las ojeras de la guía por la mañana denotaban las señales de lo ocurrido durante la noche.


Hay personas maduras que se comportan como niños: "A veces la infancia es más larga que la vida" de Ana María Matute.



jueves, 1 de marzo de 2018

TERCERA EDAD



 Cada vez me da más miedo pertenecer a esa clase de personas que en España se le ha dado en llamar la TERCERA  EDAD. Continuamente escucho lo que se ve sin necesidad de gafas: que hay pocos trabajadores para tanto pensionista, incapacitado, parado, prejubilado...

Soy una maestra jubilada que no me puedo quejar de la pensión, aunque sé que hay muchos personas mayores con pensiones mínimas. Me siento útil y creo que somos muchas las personas de esta etapa de la vida que se mantienen en buena forma, cuidan de sus nietos, ayudan a sus hijos económicamente cuando no llegan a fin de mes, hacen trabajos solidarios y consumen en comida, vestido, viajes... Una forma de devolver a la sociedad la pensión como fruto de su trabajo.

Cada día en los periódicos lees algo negativo sobre el tema: Que los jubilad@s somos muchos, que si el país está envejeciendo porque se viven muchos años, que si la caja de las pensiones está bajo mínimos, que si el gasto en la Seguridad Social se dispara... Todo eso es cierto pero... 

Sólo se habla de lo que gastan los ancianos. ¿Por qué no echamos una mirada a los Reinos de Taifas (Autonomías) para observar que gastan mucho más de los que tienen? A los presidentes autonómicos que cobran más que el Presidente del Gobierno. A los asesores y demás personal político nombrados a dedo que cobran sueldos escandalosos comparados con los funcionarios que realizan el trabajo.  A los edificios públicos y aeropuertos infrautilizados que cuesta un pastón mantener. ¿Sólo se gasta demasiado en las pensiones? A todo esto se le tenía que haber puesto remedio hace tiempo, ahora ya es tarde. Vendrán otras circunstancias peores que cambiarán el rumbo del país como siempre ha sucedido. 

Hace unos días, en un programa bromista de zapeo, se daban unos cuantos remedios para acabar con las personas mayores. Confieso que aún me estoy riendo de las ocurrencias..  citaré alguna:

_Enviara a todos los jubilados en un crucero  por un Titanic y hundirlo para que no se salve ni uno.
_ Poner los semáforos en los pasos de cebra en verde sólo unos segundo para que el tráfico se lleve a     los viejos por delante.
_Invitarles a una gran comida de fabes a los pensionistas para que volaran...

Uno de estos días leí en un periódico refiriéndose a los ancian@s de una residencia como "acumulación de frutos secos" me dolió, quizás tengamos que acabar así. He visto dos veces "Arrugas" y me encanta pero el tema de los mayores mirándolo seriamente es muy grave. Alargar la vejez sin alargar la vida no tiene sentido. Vivir más de cien años para permanecer sentado en una silla con la cabeza inclinada y los ojos cerrados no es vida

No me asusta la "eutanasia" la prefiero a verme en una "Acumulación de frutos secos". ¿Por qué no se aprueba? ¿Por qué una persona en plenas facultades mentales no puede decidir su propio final sin cometer un delito? Y... ¿Por qué me siento veinte años más joven de los que tengo?


Pienso que hemos de valorar más a nuestra gente mayor: "Buscad el consejo de los ancianos, pues sus ojos han visto el rostro de los años y sus oídos escuchado las voces de la vida. No obstante sus consejos os desagraden, escuchadlos" de Khalil Gibran .



martes, 18 de abril de 2017

TESTARUDO



 Ni la limonada ni las torrijas de Semana Santa, que tanto le gustaban, han conseguido abrirle el apetito. El padre de Loli es un hombre alto y hasta no hace mucho entrado en carnes. 

De joven padeció de una úlcera estomacal y tiene preocupadas a su mujer y a su hija porque desde hace unos meses apenas come y no para de adelgazar. En menos de un año ha perdido 40 kg. Su mujer y su hija le manda al médico pues temen que la úlcera haya despertado. Pero él manda a ambas "a tomar pol culo". 

 Los conocidos paran a su esposa por la calle para preguntar qué le pasa a su marido para haberse desmejorado tanto. Se lo comenta a él y contesta de mala manera:¡No me toques los cojones! 

Loli hace dos años que tiene nueva pareja, es guardia civil y aprecia mucho a toda la familia. Como ve a Loli preocupada decidió tomar cartas en el asunto. Se presentó en casa de los padres de su compañera y les dijo que tenía que hablar con ellos. Pensaron que el tema tendría relación con su hija, pero no. Venía a pedirle a su "suegro" que fuera a hacerse un chequeo porque esa forma de adelgazar no era normal. 

El padre de Loli lo escuchó sin decir "esta boca es mía".  Cuando su "yerno" se fue le dijo a su mujer que ya que se empeñaban iría al médico. 


Demasiada testarudez::"Los años no hacen sabios; no hacen otra cosa que viejos" de Madame de Swetchiine.



martes, 28 de marzo de 2017

Tacañas



 Esto ocurrió cuando las maestras andábamos por los pueblos de la montaña. Y digo maestras porque a las escuelas Unitarias, de niños y niñas, sólo podían ir destinadas maestras. Las autoridades educativas y religiosas temían que se produjeran abusos sexuales. Hoy esta ley tan discriminativa ya no existe. Sabemos que las personas que cometen este tipo de abusos se pueden encontrar en los ámbitos más insospechados..

Bien, pues hace años a Elena la destinaron a la escuela de Abelgas. Allí, compartía casa con dos ancianas beatas, sobrinas de un obispo con varios pisos en la capital. Ellas también estaban forradas de dinero y vivían en una casa con cuarto de baño, todo un lujo para aquellos años.

Las señoras,  sólo dejaban ducharse a la maestra los miércoles con agua fría y le permitían sacar un cazo de agua caliente. Más miserables no las había. Le decían a Elena que les trajera ropa de la que no usaban en la capital y siempre andaban con ropa usada y deteriorada.

También tenían televisión, pero si en una escena se daban un beso, luego saltaban las beatas: "quite, quite eso" y comenzaban a rezar y a santiguarse en voz alta.

Un día de finales del invierno Elena se quedó, como decían allí, "entrenievas" o sea que nevó tanto en Abelgas que no pudo salir en dos semanas. Al llegar a León tenía una carta de la Inspección. Acababa de ducharse cuando abrió el sobre y en unos escuetos renglones, le decían que se presentara inmediatamente. Lo malo era que la carta tenía fecha de hacía quince días. Con el pelo mojado, se presentó ante Doña Ana, la inspectora. Ésta, después de echarle la bronca por presentarse tan tarde, la escuchó y al final le pidió perdón.

La inspectora, le dijo que tenía que ir para Villablino porque amenazaban con ponerles una bomba en la Inspección si no les enviaban una profesora de inglés de inmediato. (Por aquel entonces los mineros de Villablino "no se andaban con chiquitas") Así  que  se fue directa a Villablino sin despedirse de Abelgas.

Cuando por fin pudo ir a recoger sus cosas a Abelgas, las malintencionadas ancianas no paraban de hacerle comentarios capciosos: ¡Claro esto es un pueblo muy pequeño para una señorita como usted! "Desde luego dar clase en León es más importante que aquí..."


Retorcidas y tacañas:"La cama tenía en el suelo, y dormía siempre de lado para no gastar las sábanas" de Quévedo.



martes, 15 de noviembre de 2016

Alzheimer (3)




 En la academia las personas que asistían a la clase salían del aula. La profesora recogió sus cosas y se dirigió a otra sala situada más al fondo en busca de material.

De repente al darse la vuelta un hombre desconocido de unos 50 años apareció detrás de ella, la miró y le espetó:

 _¿Quién es usted y qué hace aquí? La docente se quedó paralizada pero acertó a decir: 

_Lo mismo me pregunto yo, quién es usted y ¿cómo ha entrado hasta aquí?

_¡Señora está usted en mi taller!

_¡Qué!, su taller, esto es una academia. 

_Pero qué dice _continuó el extraño_ esto es mi taller_ y señalando con una mano todo la pared del frente añadió_ ¿no ve usted ahí todas las herramientas bien colocadas en la pared?

 Sin poder articular palabra, la maestra con su móvil en la mano ya estaba a punto de pedir ayuda, cuando de pronto apareció un señor mayor con cara de preocupación y cogiendo del brazo al intruso del que dijo ser su hijo, le invitó a seguirle al tiempo que interrogaba a la profesora:

 ¿Qué le ha dicho? Perdone, es que tiene Alzheimer, me descuidé un momento a saludar y entró aquí.

_No se preocupe, me ha dicho que este es su taller, se ve que trabajó en eso.

_¡Qué va, en su vida nunca ha tenido un taller! Pero se me para siempre delante de las ferreterías las herramientas le encantan. 

Mientras padre e hijo salían, la educadora se quedó pensativa murmurando para sus adentros: "Deberían tener los papeles cambiados por la edad pero... esta enfermedad no entiende de años".


Una lanza en favor de las personas cuidadoras de otras: "Puedes ser solamente una persona para el mundo, pero para alguna persona tú eres el mundo" de Gabriel García Márquez.



martes, 31 de mayo de 2016

Alzheimer (2)



Tomada de Internet

El Alzheimer es un mal de nuestro tiempo, ya que también afecta a personas en plena madurez.

A veces nos olvidamos de las familias. Pero las personas que conviven con las que padecen esta enfermedad, en muchos casos terminan sufriendo depresión escuchando casi siempre la misma cantinela. En algunos momentos la mente de estos enfermos parece que rige y comprende pero las más de las veces sólo repiten una misma frase o enmudecen.

 Amalia, desde que se le diagnosticó la enfermedad a su madre, dejó su piso y se fue  a vivir en el piso de su progenitora junto con su marido, Carlos. Araceli, que así se llama la enferma, hace unos días le dijo a su hija:

 _Tienes que casarte que se te va a "pasar el arroz". A lo que Amalia con paciencia y una sonrisa le contestó:

_Pero madre, si yo ya estoy casada con Carlos.

_¿Con Carlos? _suspiró la anciana y continuó:

_ ¿Con Carlos el nuestro? 

Ahí fue cuando los ojos de Amalia comenzaron a soltar lágrimas sin poderlas detener. Carlos, su marido, era "el nuestro" y ella... ¿Quién era ella para su madre? 

Cuando lo cuenta todo el mundo le da recetas: no te disgustes ya sabes lo que es esta enfermedad, cuídate no te vengas abajo que eres su apoyo. Orgullosa debes estar de tu trabajo al lado de tu madre cuidándola...

 Pero Amalia calla y medita para sí... Orgullosa de cuidar a la que le dio el ser y sentir que es una extraña para ella... Dicen que cuando es necesario ser firmes te conviertas en una montaña, pero ella va perdiendo su firmeza.


Me gusta, pero dudo si Amalia estaría de acuerdo con la frase: “Enorme dicha es  servir de memoria a una madre” de Abel Pérez Rojas.