¡Sagrado! "El trabajo es sagrado". Esta era la frase que desde los 18 años que comencé a trabajar, escuchaba de las personas mayores. Durante mi tiempo en el trabajo activo me la creí y la tuve por bandera. Hasta tal punto que mis padres murieron ambos en fin de semana y mi sombra el lunes estaba en clase. En contadas ocasiones dejé de ir al trabajo.
Empecé a tener muchas dudas sobre la frase al ver a mi alrededor madres con trabajos que dejarían si No dependieran económicamente de ellos. Mujeres que piden un día libre para una consulta en tiempo de trabajo, aunque puedan hacerlo en otro momento, que no perdonan los moscosos, que incluso obtienen un mes de baja por la muerte de un ser querido. En muchos casos lo comprendo aunque no lo comparta.
Dejé de creer en la frasecita hace tiempo. Me reafirmé en ella hace unos meses cuando me encontré con Olimpia, la hija de una compañera. Venía del médico, de una consulta privada por segunda vez, porque la primera la había hecho a través del teléfono y el medicamento le había traído varios efectos secundarios.
Olimpia, casada con cinco hijos, aclaro que tanto ella como su esposo son del OPUS y su nivel económico, como no podía ser de otra manera, es muy alto. A Olimpia desde pequeña su padre le inculcó, lo de "El trabajo es sagrado" y no ha cambiado ni una letra. El matrimonio abrió una academia de música, que es su pasión, en León. Cuenta con más de 500 alumnos y 19 profesores. Olimpia por las mañanas da clase en un colegio y por las tardes lleva la administración de la academia e incluso da algunas clases. De sus hijos y la casa se encarga el personal de servicio.
Cuando Olimpia llega a casa ya a altas horas de la tarde le da tiempo a dar un beso a sus cinco hijos antes de que se vayan a la cama. Se siente culpable por dedicar tan poco tiempo a su familia y su estrés va en aumento. Aún así, sigue con ambos trabajos aunque podría prescindir, al menos de uno de ellos.
Por el caso de Olimpia y algunos otros, ya no tengo dudas. "El trabajo NO es sagrado", lo importante primero es uno mismo y luego los que están alrededor.
Si perdemos la salud, lo perdemos todo: "El mundo ha sido hecho por los locos para los cuerdos" de Óscar Wilde.