martes, 25 de septiembre de 2007

En la calle de Ordoño II







¡Yo soy!






Como sombra sigo a una mamá que empuja un carrito de bebé por Ordoño II. A su lado un pequeño de unos cuatro años, lame un helado. Al llegar al primer semáforo, el niño cruza entre la gente mientras su madre arropa al peque. Al levantar la vista, veo su cara de angustia buscando.

Yo, sigo al párvulo que va dando saltitos por la Calle Ancha. Al llegar a la plaza de la Catedral, acaba su helado, mira a su alrededor, echa a correr hacia una pareja de la policía y les espeta:

_ He perdido a mi mamá y a mi hermanina de cero años. Los policías se miran intentando disimular la risa. La mujer se agacha hasta su altura mientras le pregunta su nombre y dirección. El niño va contestando y el compañero policía, apunta los datos.

Yo me voy arrastrando la tripa a carcajada limpia. ¡Como no me oyen...!

En mis oídos resuena: He perdido a mi mamá...


Me vino a la memoria la frase de Ferdinand Louis: "Los niños son como los años, nunca se los vuelve a ver".




En la Casa de Botines










¡Yo soy!


Como soy sombra, me colé en el palacio construído por Gaudí, donde se exponían cuadros de un pintor no muy famoso, en una sala de la primera planta. Me acerqué a dos hombres jóvenes que observaban un cuadro cogidos de la mano. No hablaban del cuadro sino del pintor. Un hombre mayor, guapo, alto, de ojos claros y barba cana.


Uno de ellos le dijo al otro en voz muy baja: Este hombre dejó embarazada a una "enana" de "buena familia" de la capital y como era una "familia buena", se enteraron demasiado tarde para hacerla abortar y le obligaron a dar en adopción al bebé.

El pintor se enteró después de muchos años de que había sido padre de un niño, que ahora era un hombretón de ojos claros que había pasado por la cárcel.

Nunca le había conocido, pero desde entonces sus pinturas son hombres bellos, jóvenes de ojos claros y con el torso tatuado.

Me quedé mirando los cuadros y... haciendo compañía al pintor.



Recordé aquella frase de Cervantes: "La belleza del cuepo muchas veces es indicio de la hermosura del alma".




lunes, 24 de septiembre de 2007

En la plaza Mayor






¡ Yo soy!





Soy la sombra que he quedado con mi hermano. Sí, sí, las sombras también tenemos hermanos. Yo tengo cinco. Éste, con el que me cité, bajo los soportales de la Plaza Mayor para tomar unos mostos, es el más gracioso. Se dedica a arreglar teléfonos ensombrecidos, él los "solanea". Al llegar me dijo: No sabes lo que me ocurrió ayer.

_Cuenta, cuenta -dije yo.

_Resulta, que fui a nuestro pueblo a "solanear" el teléfono ensombrecido de Agapito. Llamé al timbre y nadie respondió así que empecé a llamar rodeando la casa. ¡Agapito! ¡Ágapito!... como ni él ni su mujer estaban me fui.

Antes de venirme para León pasé por el bar. Mientras tomaba un café comenté lo sucedido y ¡asombrate! me dijeron que Agapito había fallecido hacía un mes.

Yo, muerta de risa, comenté: ¡Pues mira que si sale Agapito...!


Y... es que: "Vivir es una acción mágica".Ya lo dijo Blaise.




En el paseo de La Condesa
















¡Yo soy!


Soy la sombra que observa a una señora, que he visto comprar en el Rastro, sentada en un banco del Paseo de la Condesa. Otra mujer se acerca sonriente. Lleva pantalón zapatos y bolso rojos con camisa blanca y roja que saluda:

_¡Hola, no dirás que llego tarde!

_ No, _responde la primera_ ¡Mira! una camisa como esa que llevas, iba a comprarme en el mercadillo el martes; las había de todos los colores a 10 euros, pero pensé... no, porque luego encontraré miles de personas que la llevarán.

_Pues yo _responde la otra_ la compré en "Cañón" (tienda barata) hace un mes y me costó 15 euros. Me gustó y claro lo que se compra barato, es normal que lo lleve mucha gente.

Yo, paseé mi sombra entre las dos pensando... ¿Será esto a lo que los humanos llaman
envidia? y... me alargué pensativa.



"La envidia es la polilla del talento". Ya lo dijo Campoamor .