jueves, 26 de enero de 2012

¡¡Despilfarro!!





¡Yo soy!





Es un joven universitario. Estudia tercer curso de Geografía en la Universidad de León.

¡Es el único estudiante de tercero en esa licenciatura! No pisa las aulas. Las clases se las dan los distintos profesores en sus despachos. ¿Aprobará? ¡Cómo va a suspender el 100 % de la clase!

En el primer curso de la misma carrera, hay diez estudiantes. Los profesores, cuyo sueldo no disminuye ni aumenta en función del alumnado que tengan en las aulas, están superrelajados.

Los alumnos también relajados y satisfechos. Con esa matrícula, casi están seguros de que aprobarán los diez. De no ser así en segundo curso, el próximo año, quedarían siete u ocho alumnos. ¿Puede la escasez de matrícula en una facultad determinada influir en los aprobados? Poder puede,  pero... "Lo que Dios no da Salamanca no presta".

A menudo se crítica a las Universidades de ser fábricas expendedoras de títulos y a los universitarios de salir de ellas, medianamente preparados.

Me pregunto:  ¿Se puede permitir este despilfarro en los tiempos que corren? ¿Hay demasiadas Universidades para que la calidad sea la adecuada? ¿Sobran titulaciones?
 
 Enumero: Carreras sin alumnado que se siguen manteniendo, aeropuerto infrautilizado, estadio de fútbol ídem, palacio de congresos por el mismo camino...Suma y sigue.


Mi sombra no quiere dar razón a la frase: "Las Universidades son lugares donde los guijarros son pulimentados y los diamantes empañados" de Robert Green Ingersoll.



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martes, 24 de enero de 2012

¡Las GRACIAS que no di!






¡Yo soy!





En estos días de Enero, cuando de mañana el suelo amanece blanco por las grandes heladas, mientras miro el suelo blanquecino...Me veo allí:



¡Qué mal rato! Ni siquiera sé quién era, ni cómo se llamaba aquel hombre que apareció como puesto por la Providencia a un km de Los Barrios de Nistoso.

Mi Sinca, encajado en las enormes roderas que hacían los camiones que iban hacia la mina desde Brañuelas, en aquella carretera-camino sin asfaltar. Era temprano y las roderas heladas estaban duras como peñas. Allí quedamos mi coche y mi sombra, sin poder movernos ni hacia atrás ni hacia adelante. 

De pronto lo vi, cuando sólo había tierras alrededor. Caminaba despacio. No era un hombre joven. Fui hacia él:

_¡Por favor me intenta elevar un poco por detrás el coche, mientras yo acelero. Sin decir nada el hombre lo intentó y salí acelerando sin atreverme a parar no fuera a quedarme de nuevo atrapada en las profundas roderas. Sin decirle gracias.

O aquel otro día con el Renault, que se me paró a la altura de Sueros de Cepeda y nada lo hacía arrancar de nuevo. Una compañera de profesión, supuse, desconocida se ofreció a empujar con su coche al mío para arrancarlo. Arrancó y seguí sin parar para agradecérselo, por temor a quedarme de nuevo sin arranque.


Mi sombra nunca sabrá quienes eran. Pero cuando las frías heladas asoman, siempre les tengo presentes. Ya lo dice el refrán: "Es de bien nacidos ser agradecidos" aunque nunca lo sepan los interesados.




jueves, 19 de enero de 2012

"Chico raro"




¡Yo soy!






Tiene quince años y muchas experiencias traumáticas a sus espaldas. Demasiados ingresos en hospitales sólo explicados con simples caídas. Solitario y callado. ¡Su pasión es el dibujo!

Se pasa las clases dibujando en silencio y lo hace muy bien. Los instrumentos que utiliza para plasmar sobre el papel lo que imagina, son un bolígrafo rojo y otro azul.

Sus dibujos hablan por él. Las viñetas siempre hacen alusión a escenas violentas: peleas, sangre, cuchillos, espadas, pistolas...

¡Es un muchacho raro! Algún profesor ha comentado:

_¡Cuidado con él! Es el típico adolescente del que puedes esperar cualquier día una masacre. Sin embargo, la mayoría del profesorado lo consideran un artista del dibujo que en las clases no da golpe.

Le gusta, a pesar de su aislamiento, que otros compañeros contemplen su obra, mientras él desliza el boli sobre el folio en blanco. No dice nada, pero se nota que disfruta si muestran interés por sus creaciones.

El dibujo que están contemplando, sus compañeros de clase, muestra a un hombre con un cuchillo en la garganta que un adolescente le clava en el cuello con una risa siniestra.

Esa cuartilla que guarda en la carpeta, muestra una mujer ensangrentada y a su lado una botella hecha añicos. Unas enormes pisadas rojas se alejan de la víctima.

Cuando algún "artista de museo" nos muestra un folio arrugado como una obra de arte, mi sombra se pregunta: ¿Cuántos jóvenes "artistas" se pierden por falta de oportunidades para salir de una rutina, en algunos casos, angustiosa?


También a veces a estas edades: "La desgracia depende menos de las cosas que se padecen que de la imaginación con que se aumenta nuestra desventura" de Francisco de Salignac (François Fénelon)




martes, 17 de enero de 2012

La "Cortina"





¡Yo soy!







Vivía con su madre y sus tres hermanos. Todos, incluída ella, pasaban de los sesenta.
 
Todos, también ella, permanecían solteros. La madre falleció y ella, Emilia, la única hermana, siguió al cuidado de la casa y de sus tres hermanos. Cuando alguno de los tres hombres, se refería a su hermana siempre decían: Es que...Emilia es un poco "cortina".
 
Era verdad la mujer era un poco "corta" de entendimiento por lo que sus hermanos administraban las cuatro pensiones, incluída la suya. Ella limpiaba, cocinaba, planchaba, lavaba a mano y tenía siempre a punto la ropa de sus hermanos y la suya propia.
 
Los hermanos salían a pasear, jugaban la partida, de vez en cuando venían a León... Ella siempre en la casa ocupada. ¡Es que era algo cortina! Hacía años que no estrenaba ropa ni calzado. ¡Total para ir de la iglesia a casa y de casa a la iglesia...!
 
Cuando alguna vecina la veía lavando en el lavadero, le comentaba:
 
_Mujer, Emilia, con tanto hombre, a tu edad y con el frío que hace. ¿Cómo no te compran una lavadora? Ella se encogía de hombros y continuaba con su lavado.
 
Un día por la mañana, Emilia no se levantó a prepararle las sopas del desayuno a sus hermanos. Cuando el mayor la llamó sin oír contestación alguna, se acercó hasta la habitación y llamó a sus hermanos. A la "Cortina" le había dado un infarto.
 
Tan pronto terminó el duelo por su hermana, los tres ancianos comenzaron a echar de menos lo que "la Cortina" hacía. El mayor dijo:
 
_Dinero en el banco, hay, mejor metemos a una mujer para que nos eche una mano. Los otros dos hermanos estuvieron de acuerdo. La señora llegó y después de lavar dos días en el lavadero dijo que si no le compraban una lavadora, se iba.
 
El mayor volvió a decir a sus hermanos:
 
_Se la compramos porque sino se va y... dinero, en el banco, tenemos.
 
 Compraron la lavadora, un microondas, una batidora, la aspiradora... Porque... "Dinero en el banco había".
 
La "Cortina" desde el otro lado, verá su casa limpia y ordenada pero ganas le darán de regresar y decirle cuatro cosas a sus hermanos, sólo habrá para ella un consuelo. ¡Por fin descansó!
 
 
A mi mente de sombra asoma una frase lapidaria, aunque no la suscribo: "La mujer sólo es algo; pero el hombre es nada" de Tucídides.
 
 
 

jueves, 12 de enero de 2012

¡¡JUGUETES!!






    







¡Yo soy!


En estos primeros días de clase, l@s profesor@s preguntan a sus alumna@s de los primeros cursos por los regalos de los Magos.
 
La retahíla es larga. Papá Nöel: Un camión, un órgano, un estuche, dinero...
 
Los Reyes: Una muñeca, una silla, una mochila...
 
Reflexiono: entre Santa Claus, los Reyes Magos, el Ratoncito Perez, el cumpleaños... Los reyes de los papás, los de los abuelos, los de los padrinos...
 
¿No son demasiados juguetes? Hace unos días pudimos ver en televisión un niño de unos ocho años y a una niña de unos cuatro, que les despiertan ante las cámaras para que vean los regalos que los Magos les han traído. Casi dormidos contemplan sus juguetes.
 
 El niño, a la pregunta de ¿Cuántos? Se puso a contar: uno, dos, tres...diecisiete contó. ¡Sólo los de él! Aañadiendo que a su hermanita le habían traído menos.
 
Mi sombra se pregunta: ¿Estamos locos?
 
Vino a mi mente un cuento muy antiguo que he contado alguna vez: Un niño rico abre sus muchos paquetes de regalos de Navidad. Tira un lazo verde brillante que adorna uno de sus regalos por el balcón. Se planta ante sus juguetes sin saber cuál coger aturdido.
Un niño pobre que pasaba ante el balcón, cogió en el aire el lazo en tirabuzón que caía y dijo: ¡Un avión! luego lo volvió a lanzar y gritó: ¡Una cometa! Lo movió por el suelo riendo: ¡Una culebra! El niño pobre siguió divertido calle adelante mientras el el niño rico aburrido lo vio alejarse.
 
Sigo preguntándome: ¿Por qué niñas de cinco y seis años pidieron a los Reyes "las Monster", esas  muñecas para adolescentes, que desaparecían de los centros comerciales antes de colocarlas en las estanterías, una de ellas con un diario en el que cuentan lo que hacen para agradar al chico del Instituto que les gusta? 
 
Me sigo interrogando: ¿Por qué los niños de cuatro años piden "Transformers" que no son capaces de armar y desarmar si no es con la ayuda de sus padres?
 
Por último: ¿Por qué nos dejamos manipular los mayores cumpliendo sus deseos?
 
 
Mi sombra recuerda: "Nuestro cerebro es el mejor juguete que se ha creado. En él se encuentran todos los secretos, incluso el de la felicidad" de Charles Chaplin.
 
 


martes, 10 de enero de 2012

¡¡QUEJAS!!









¡Yo soy!







¡Ah! ¡Que ya estamos en el 2.012!

Pues no lo parece. Sigo escuchando la misma letanía que en el 2.011. ¡Quejas y más quejas!

 ¡Pero si aún no lo hemos apenas comenzado a sufrir!

 ¿Será que aún no lo hemos comenzado a disfrutar? Sólo oigo quejas:

_Quejas a los políticos por decir Diego donde dije digo.

_Quejas de los directivos de los bancos, porque aunque haga frío ellos no lo notan porque están "forraos".

_Quejas de los que tienen trabajo por el estrés.

_Quejas de los que no tienen trabajo por estar parados. ¡Con razón!

_Quejas de los comerciantes por los horarios libres de apertura.

_Quejas de los conductores por las multas de tráfico.

_Quejas de los pilotos ¿Otra vez?

_Quejas de los autónomos por tener que pagar el IVA de las facturas sin cobrar... ¡Cuánta razón!

_Quejas de los funcionarios por el alargamiento de jornada.

_Quejas porque no llueve.

Quejas, quejas, quejas...

¿De verdad sirve para algo quejarse?

Mi sombra renuncia a las quejas desde ya. Bueno, sólo una última queja: ¿Por qué leo ante el Museo de San Marcos, "MVSEO DE LEÓN"? Será "MUSEO DE LEÓN". ¡Vamos, digo yo! 


Y... ni una queja más: "La vida sólo se puede comprender mirando hacia atrás, pero sólo se puede vivir mirando hacia adelante" de Kierkagaard.