¡Yo soy!
El grupo de amigos y amigas con los que hacía senderismo, escalada, iba de tapas... estaba compuesto por cinco mujeres y cuatro hombres en la cuarentena arriba o abajo.
Ella tenía 36 tacos. De nuevo oyó a Rubén la dichosa frase: "A nuestra edad y después de lo que hemos vivido, de salir en serio con alguien, que no lleve "mochila". ¡Siempre la misma coletilla! ¡Sin mochila! que significaba "sin hijos". Ella deseaba ser madre y la dichosa frase le molestaba. Estaba en un momento en el que sus necesidades materiales estaban cubiertas por un trabajo estable. Y...aunque no lo comentaba, se le había despertado el deseo de la maternidad.
Se había informado sobre la inseminación y además de costoso y doloroso temía que luego resultara un parto múltiple como se da en muchos casos por este procedimiento. Otra idea llevaba tiempo rondando su cabeza:
Chateaba con él diariamente desde hacía más de seis meses. Sabía que estaba casado, pero no le importaba, le cayó bien desde el principio. Físicamente estaba muy bien en las fotos y podía hablar con él de todo.
Pidió dos días de permiso en el colegio por "un problema personal". Ese mismo día al salir de clase se hizo los 400 km para llegar al Sur. Cogió una habitación en un hotel cerca de la playa. Cenó y se acostó. Al día siguiente, jueves, le llamó para decirle que lo había hecho.¡Con dos ovarios! Que estaba allí. Él la había desafiado más de una vez diciéndole que no tenía huevos para ir.Le gustó mucho en persona, pero aún más en la cama. Le contó su decisión, tampoco quería engañarle. No utilizarían protección. Él no se opuso, al contrario, la idea le pareció ¡De puta madre!.
Se pasaron los tres días practicando y cantando con Rafaela Carrá:"Para hacer bien el amor hay que venir al Sur..." En la playa, en el agua, en la arena, en el hotel, bajo el sol, bajo las estrellas...
Se despidieron. Ella le prometió que si se quedaba embarazada no se lo diría a no ser que él quisiera saberlo. Él tenía su vida en el Sur, su mujer, sus hijos... ¡Estuvo de acuerdo!
Volvió a sus clases el lunes con un brillo nuevo en los ojos. Para ella fueron unos días mágicos. Si no salía todo como esperaba... ¡Siempre le quedaría el Sur!
Mi sombra copia la frase: "Todos los hombres son mentirosos, inconstantes, falsos, habladores, orgullosos o cobardes, desconfiados o sensuales. Todas las mujeres son pérfidas, artificiosas, vanidosas, curiosas y depravadas, pero, si algo hay en el mundo santo y sublime, es la unión de dos de estos seres tan imperfectos y horribles" de Muslih al Din Saadi, escritor persa.