miércoles, 21 de diciembre de 2022

¡Chapeau!

 


 ¡Chapeau! Sí, me quito el sombrero ante las imágenes de Katar 2022. 

Japoneses recogiendo la basura del estadio en el primer partido del mundial de fútbol. Recogiendo basura de todo tipo que sé que ellos NO han dejado por las gradas. No han debido de ser los primeros y espero que no sean los últimos. 

Mi mente de sombra ve los espacios donde celebran botellones sin autorización, las márgenes del Bernesga después de la noche de San Juan repletas de basura. También tengo las imágenes del Campus Universitario después de una celebración sea de fin de curso o de graduación repleto de: botellas, botes, bolsas, comida... ¡UNIVERSITARIOS Y UNIVERSITARIAS! 

Impacta ver  que haya gente, como los nipones, tan bien educada que además de no manchar, limpia. Tengo que confesar que mi sombra si ve una caja, una botella, un bote, en la acera primero miro si alguien me ve y si no es así lo recojo y lo tiro en la primera papelera que encuentre, pero si veo que alguien me ve paso sin inclinarme a recoger cualquier resto que me incomode. Siento vergüenza de hacer algo que otras personas se sienten orgullosas de hacer. 

Recuerdo en un hotel de cinco estrellas durante la pandemia. Fui a coger un ascensor y a dos metros de una papelera había una mascarilla tirada, no me pude contener, la recogí y la tiré a la papelera. Justo aparecieron dos chicas jóvenes que poco menos que se escandalizaron de lo que vieron. Esperé a que tomaran ellas el ascensor porque estoy segura de que si entro yo antes, las que esperan son ellas. 

Hasta ahí llega nuestra estupidez Llama la atención ver una acción solidaria con el entorno, mientras que en otras culturas lo tienen tan asumido que no puede marchar de un lugar sin dejarlo igual de limpio que lo encontraron. 

Hace unos días se celebró en Salamanca la Nochevieja universitaria. No quiero saber cómo quedaría la plaza. Es cierto que faltan contenedores, los ayuntamientos tendrían que poner de los del tipo de obra para escombros, quizás así lo tuvieran más fácil, además de concienciación. 


Mucha salud para todo el mundo bloguero: "La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos" proverbio iberoamericano. 

¡FELIZ  NAVIDAD! ¡Hasta el próximo años!

¡¡Ah!!  ¡Mañana, suerte con la LOTERÍA!


miércoles, 14 de diciembre de 2022

Pelea prenavideña

 


 Y... Todo por los adornos navideños. 

Juan y Monse, un matrimonio joven con dos hijos, decidieron ir al Corte Inglés para comprar los adornos típicos de Navidad. No hace mucho que compraron un chalet en el alfoz de León y están ilusionados con darle un aire navideño a su nueva vivienda. Entre varios adornos adquirieron un hermoso árbol artificial de esos que se pliegan para poderlos trasladar mejor. 

Salieron del centro comercial hacia su coche con varias cajas, después de haber pagado un alto precio por la compra. Nada más subir al vehículo Monse empezó a decir que era una compra carísima, en tiempos de crisis, que eran demasiados adornos, que el árbol era muy grande... Juan conducía callado porque ya sabía lo pesada que se ponía su mujer a veces, pero al final le espetó: 

_No seas rácana, que ya te vale. Está todo pagado así que relájate. 

Llegaron a casa y Monse seguía con la "turra". Juan se estaba poniendo nervioso:

_¡Deja ya de darle vueltas, al fin y al cabo,  los adornos sirven para varios años. 

_No, no, es que es demasiado dinero _continuaba Monse_ mira, estoy pensando que deberíamos ir    a cambiar el árbol por uno más pequeño y más barato. 

Juan no decía nada. ¡Estaba furioso!  Posó una de las cajas en el suelo del salón con fuerza, fue a por un cuchillo a la cocina, regresó  y comenzó a rajar las cajas empezando por la del árbol. Al finalizar, soltó el cuchillo, rasgó la factura y gritó:

_¡Ya quedaste tranquila! ¿no? Ahora si quieres vete  a descambiar lo que te de la gana.

Por fin Monse se calló. Después de un rato pidió perdón a su marido por haber sido tan insistente con el tema. Le dio a Juan la razón en lo que había dicho sobre los adornos, que valen para varios años y si se tiene eso en cuenta nunca son demasiado caros.


No son malas peleas cuando terminan así:  “Si no llevas la Navidad en el corazón, jamás la encontrarás bajo un árbol.” Roy L. Smith.