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Mi madre "doula" y a mucha honra. Pues sí, he leído cosas muy negativas sobre estas mujeres.
Doulas: "personas dispuestas a dar soporte a la mujer cuidando el embarazo, parto y posparto de una manera discreta y respetuosa". Me gusta esta definición pues aunque "doula" viene del griego y se refiere a la mujer esclava, actualmente no se puede emplear para nada con ese sentido.
Voy a romper una lanza en favor de las "doulas", no me creo nada de lo que ruge por la Red: que si hacen comer la placenta a la parturienta, que son partidarias de no cortar el cordón umbilical, que sus honorarios son altísimos... Aunque siempre habrá excepciones; creo que la mayoría son mentiras propiciadas por l@s profesionales que se dedican a este trabajo, algo que comprendo, ya que supone una intromisión en su profesión y más si obtienen un beneficio económico por ello.
Parece ser que la solución está en hacer un curso propuesto por el Ministerio de Sanidad, ya que el "titulito" es lo que cuenta. Pero... como dijo Umbral...
Yo vengo aquí a hablar de mi libro, digo de mi madre, doula por afición, su título fue la experiencia heredada de su padre. Aunque, según he contado alguna otra vez, mi abuelo, nunca le dio los tres billetes de 100 pts que le costaba hacer un curso de comadrona en la capital de España. Según pensaba mi abuelo, mi madre se casaría y sería tirar el dinero.
Lo cierto es que mi madre trajo a este mundo a muchos niños y niñas incluso partos dobles y nunca tuvo que lamentarlo. Claro que no había otras opciones y "Dios da la manta según el frío". Lo hacía como un favor a la mujer que se lo pedía, jamás cobró nada por ello, eran partos naturales.
Hoy la cesárea, a veces innecesaria, está a la orden del día y... no digamos la episectomía como pequeña incisión quirúrgica en la vagina, que se hace prácticamente siempre, aunque luego no conste en los papeles para que no figure en las estadísticas. Esto, lo sé de buena tinta.
Hoy quiero "romper una lanza" en favor de las personas que como mi madre fueron "doulas" sin saberlo. Nunca pidieron nada a cambio. Sus emolumentos fueron el agradecimiento eterno de las parturientas que en momentos así en la mayoría de los casos se encontraban solas y sin apoyo alguno.
Mi madre, no pudo elegir el trabajo que quería y le gustaba, ser comadrona. Fue "doula" y permitió que mi sombra cumpliera su sueño, ser maestra, porque de no ser por ella nunca hubiera estudiado. Mi padre pensaba lo mismo que mi abuelo respecto a las mujeres, a pesar de ser de otra generación.
¡Mucha felicidad, alegría, fuerza, energía, suerte, paciencia, comprensión... para todas las madres!
Estoy muy de acuerdo con esta frase de Lao-Tse, el gran filósofo chino: "El padre y el hijo son dos. La madre y el hijo son uno".