martes, 23 de diciembre de 2014

"Viejos Reyes"




Carta de un adolescente a los Reyes Magos.

Sus Vejestorias Majestades:

Tengo prácticamente de todo: pistolas con silenciador que disparan a "quemarropa", escopetas, látigos, dardos, flechas, águilas bicéfalas, cruces gamadas... Pero me falta "guita" así que...

Este año he sido bueno, que digo bueno ¡la hostia de bueno! y por eso nada de juguetitos. Como no me tocó la lotería os pido cinco millones de euros en billetes de 30 € con números de serie no consecutivos. Tengo vigilados a vuestros "camellos" que por lo visto os tienen bien servidos porque siempre estáis por las nubes. ¡No os da vergüenza, a vuestra edad, entrando en las casas por la ventana! 

Si no cumplís mi petición, ellos, los "camellos", pueden pasar un rato chungo, chungo, malo de verdad. No me entra en el coco vuestra manera de viajar a estas alturas: sin mapa, sin móvil, sin GPS... Pero, a mí eso me la pela. ¡Ya os las arreglaréis con la magia de la que presumís, que tenéis a los mocosos en alerta toda la puta noche! Os espero como siempre la noche del seis de Enero, a las doce treinta, ni un minuto más ni un minuto menos. 

¡Ah! Y nada de maderos, si huelo a la pasma, os vais a cagar, vosotros y los de las jorobas. Os iba a enviar un saludo pero eso queda anticuado aunque para trasnochados vosotros que sois un trío de carcamales, así que...Un un buen corte de mangas de vuestro ferviente admirador. 

                                                          Un  hikikomori. 

¡Ah! dice mi abuela que Felices Pascuas, ella sabrá a qué viene eso: "Soy grande; contengo multitudes"  de Walt Whitman.



jueves, 18 de diciembre de 2014

Bye, bye "Otoño"





¡Largate ya, Otoño! 

Mira que has sido raro, pero ¡raro, raro, raro! 
Quiero que nos dejes cuanto antes. Ni frío, ni viento, ni lluvia... Hasta hemos oído truenos. No tengo ganas de decirte palabras bonitas. No te las mereces. Este año has tenido contigo a tus hojas mucho más tiempo del deseado. No sé por qué lo hiciste, total, alargaste aún más su agonía. No te puedo negar que aún así prolongaste más tiempo la belleza de sus colores. 

Observo las hojas crujientes bajo las pisadas humanas; esperan al viento para poder levantar el vuelo, pero tú pasas de ellas. ¿Dónde has dejado al viento? Te quedaste parado y sin luz como el robot Philae. Pareces un anciano que se agarra a la vida sabiendo que pronto la dejará. Eres un tiempo de muerte que deja  un tronco para volver a reencarnarse en el mismo. 

Espero a Eolo. Al rechinar de sus silbidos para que seque las hojas mojadas y oscurecidas deshaciéndolas en mil pedazos. No prolongues más su sufrimiento. Deja que los árboles adornados con las lágrimas cristalinas de las heladas guarden el luto por sus vestidos arrasados y pisoteados por los suelos.

 ¡Pírate, no nos ralles más!

Pero... no te preocupes: "No es malo morir, ni siquiera es bueno; es algo natural, por mucha literatura que pretenda hacerlo trascendental" de el Dr. Jiménez del Oso.




martes, 16 de diciembre de 2014

My "twitter" (20)





Lunes 8 de diciembre:
Dicho en peligro de extinción:  "Al puerro".  Le dijo la abuela: Tapa bien al niño con la manta que  la noche pasada la pasó "al puerro". Quiere decir que pasó la noche destapado, al frío.

Martes 9 de diciembre:
Lleva 82 clases prácticas de carnet de conducir. Se examinan ella y una compañera. Ella va en el asiento de atrás y primero se examina su compañera. Nada más arrancar le dice a su amiga: Tranquila, Dora, tranquila. El examinador la interrumpe: ¡Cállese, aquí el que habla soy yo! Cuando le tocó a ella, afloraron los nervios y suspendió de nuevo.

Miércoles 10 de diciembre:
Su padre se interesó por los estudios de su chico y ella soltó de carrerilla: Repitió 1º y 2º de ESO, repitió 1º de FP. Sólo aprobó cuando estuvo interno en las monjas un año y... No sigas _cortó su padre.

Jueves 11 de diciembre:
La peque a su madre: ¡Pero mamá cómo dices que cogiste el tren "por los pelos" ¡Si el tren no tiene pelos!

Viernes 12 de diciembre:
Pablo con lo responsable que es su hija y está siempre preocupado por ella. En cambio Pepe no para de hablar de los estudios de la suya y aún no se ha enterado que ni siquiera está matriculada. 

Sábado 13 de diciembre:
Una abuela a su hija: Hija fíjate bien que "no ves tres en un burro". Hoy le pedí a Santa Lucía una buena vista para todos y para ti le voy a pedir unas gafas "de culo de vaso".

Domingo 14 de diciembre:
Marta, vive en un quinto sin ascensor, acaba de cumplir 50 años. Sube las escaleras cargada con las bolsas de la compra. En el primer rellano se cruza con su vecina del 3º, Rosaura, que ya cumplió los 97 años. Se dan los buenos días y Rosaura le dice: Espera Marta, que te ayudo con las bolsas. Marta se niega en redondo y le viene a la mente el refrán: "Tú que no puedes llévame a cuestas" 


Así somos: "Andar por la vida es ir hacia uno mismo: y encontrar en el camino a los demás" de Jonathan Swift.



jueves, 11 de diciembre de 2014

Demasiados "reyes"





 Luces, villancicos y escaparates nos llaman a consumir. 

Para los niñ@s de mi generación en el pueblo, los Magos no les traían juguetes sino naranjas, higos, pasas... A mis hermanos y a mi  sombra además de las chuches siempre nos traían algún juguete, supongo que sería porque mi madre venía a menudo a León por papeles para la pequeña industria, ya que nuestro nivel de vida no era ni mucho menos pudiente. Pero... un año que nuestra madre estuvo ingresada en el hospital, los Reyes se olvidaron de nosotros. Sólo le trajeron unas botas a mi hermano mayor. Jamás hemos olvidado aquel año sin juguetes. Por fin, nuestras mentes infantiles aceptaron lo inevitable ... ¡Que los reyes eran los padres! 


Se acercan: Navidad, Papá Nöel, los Reyes Magos... Hoy no solo los niñ@s reciben regalos. En nuestro mundo hay "reyes" para los mayores, para los jóvenes y para los pequeños. 

Juguetes y más juguetes, pero... ¿Cómo los elegimos? Mi sombra opina: 

 Primero: Un juguete o dos a lo sumo para cada rapaz o rapaza..
 Segundo: ¿Es adecuado a su edad? Papá/mamá no compres el juego que más te gusta a ti para tu hijo/a. 
Tercero: ¿Es sólido? No se va a romper a la primera de cambio? 
Cuarto: ¿Desarrolla su imaginación y sus habilidades? 
Quinto: ¿Será violento en manos del niño? 

Quizás son demasiadas preguntas pero creo que nos las debemos hacer todos: padres, madres, abuelos, abuelas, tíos, tías, padrinos, madrinas... ¡Demasiados Reyes Magos! 


Eso sí, la ilusión en el mundo de la infancia ha de continuar: "Parecemos tan libres y ... ¡estamos tan encadenados! de Robert Browning.



martes, 9 de diciembre de 2014

¡La Constitución!






 Mi sombra escuchó estos días una canción en bocas infantiles, con pocos versos, fácil música y mucho contenido. Reza así:

 La Constitución te hace conocer
 cual es  tu derecho y cual es tu deber.

Yo tengo derecho a poder jugar, 
y debo las normas siempre respetar. 

Yo tengo derecho a la Educación 
 y debo en la escuela prestar atención. 

Yo tengo derecho a vivir en paz, 
 a tener amigos y nunca pelear. 

Y si mis derechos quiero hacer valer, 
 nunca he de olvidar cual es mi deber. 


Tenemos una gran Ley pero: "Ninguna ley es cómoda para todos" de Catón "el Censor".

P.D. La música es la de la canción de "Tengo una muñeca vestida de azul, con su camisita y su canesú".



jueves, 4 de diciembre de 2014

"Torcido"






 "Molerlo a palos pero no dejéis que se tuerza" 
 "Matadlo a palos pero no dejéis que se descarrile" 

¿Cómo puede un padre en su lecho de muerte pronunciar esas frases referidas a su único hijo?

Pero...las palabras ya sobraban cuando el padre expiró. El chico ya estaba "torcido" y "descarrilado". 

El matrimonio ya mayor y sin hijos lo adoptó o ¿compró? de bebé. Las circunstancias son dudosas y  hay muchos puntos en común con los niños "comprados" en Madrid. La mujer no estaba muy convencida. El marido pensaba en la ayuda que el chico le prestaría cuando creciera con la sementera que era una gran carga por ser muy abundante. 

Lo recibieron con ilusión, lo cuidaron con mimo y afecto. No escatimaron con su educación enviándolo a colegios privados. A pesar de todo fue expulsado en tres ocasiones de varios colegios. El chico creció rebelde con caprichos por parte de su madre adoptiva y rigidez y castigos físicos por parte del padre. 

El año que cumplió los 16 años vio en la muerte de su padre adoptivo su liberación. Ahora nadie le volvería a poner la mano encima. Su descarrile creció y creció más y más. Al quedarse solo con su madre toda su frustración la descargó sobre ella: gritos, insultos, descalificaciones, empujones, tirones de pelo... añicos por el suelo de platos, vasos, fotos ... Todo esto está ocurriendo, a pesar de ser mayor de edad, cada vez que su madre le niega el dinero que constantemente le pide. Su madre adoptiva le amenaza con denuncias que nunca presenta. La rutina de cada día es la misma. El temor cada vez mayor. La policía en casa un día sí y otro también. 

No somos jueces. Quizás tiene en su interior la tristeza y la rabia de un supuesto abandono incomprendido por parte de la mujer que le trajo al mundo. 


Todo abandono marca: "No hay angustia semejante  a la de llevar dentro una historia que no ha sido contada" de Zora Neale Hurston.



martes, 2 de diciembre de 2014

"La Soldadita de plata"





En principio fue un hermoso juego de café, todo él en plata, con su cafetera, su lechera, su azucarera y sus seis tacitas de plata. Según contaron a mi sombra llegó a España por Navidad desde Cuba. Llegó en un baúl para mi bisabuela que había venido a España con la ilusión de que su joven marido se curara de su enfermedad y volver pronto a su patria. Pero nunca regresó. Muy pronto quedó viuda con dos hijos a su cuidado.

 Sus dos vástagos heredaron el juego de café. Una obra de arte que fue dividida y repartida entre los dos hermanos. La cafetera de plata junto con la lechera siempre la vi en la casa de la abuela Patro. No sé cuando ni como sucedió. Un día descubrí que la cafetera tenía una de sus tres patas con sus preciosas garras de león, quemada. Más bien derretida.  ¡A qué fuego sería arrimada para que su pata se hubiera contraído tanto! Por eso la coja cafetera quedó grabada a fuego en mi recuerdo.

Cada vez que en mi infancia escuchaba contar el cuento de "El Soldadito de plomo" lo asociaba con la cafetera de la abuela, con su pata disminuída y su brillo oscurecido. Me daba pena mirarla y sentía deseos de curar y remediar su pata.  Sé que hoy está en buenas manos, aunque imagino que su pata seguirá igual. Es curioso como algunos objetos materiales despiertan en nosotros afecto y aprecio no tanto por su valor económico en sí, como por los sentimiento que afloran a través de ellos. Para mí fue siempre "La Soldadita de plata". 


 Mi sombra la admiró siempre: "Una obra de arte sólo tiene valor si en ella vibra el futuro" de André Breton