Han pasado dos semanas y ya parece que ocurrió hace años. Asociaciones para la defensa de los animales están en pie de guerra contra las personas que dispararon a Harambe, el gorila del Zoo de Cincinnati en EE. UU, para salvar la vida del niño que cayó en sus manos y que tuvo como consecuencia la muerte del gorila.
Estoy a favor de proteger la vida de los animales pero ante la vida de un niño... no tengo dudas, salvar al niño. Que los padres fueron negligentes, de acuerdo. Pero el pequeño lo primero.
Una de mis nietas, que tiene tres gatos en su casa, me dijo que entre un niño y tres gatos mejor salvar a los gatos que eran más. Ante el estupor de mi sombra, iba añadiendo gatos: ¡Y por seis gatos! ¡Y por cien gatos! ¡NI POR CIEN GATOS NI POR MIL...! ¿Pero a dónde queremos llegar con el amor a las mascotas? Cuando le expliqué que de niña alguna vez fui con mi hermano al Pozo la Marika, a tirar a ahogar a los gatines que nacían cada poco tiempo en nuestra casa, se escandalizó. Me pongo en su lugar y la comprendo, pero...
Le conté el refrán que se tenía en cuenta en el pueblo: "El gato de abril, para mí, el de mayo para mi hermano y el de junio para ninguno" Ya que si nacían en verano al llegar el invierno estarían débiles y se morirían. Añadí que si no se hacía se llenarían las casas de gatos porque entonces no se esterilizaban. Al escribirlo me parece fuerte y cruel, pero mucho más cruel es saber del sufrimiento de los niños y niñas abusados y desaparecidos en nuestra avanzada Europa.
Empatizo hoy con la educación que se da a favor de los animales que no tuvimos nunca los niño/as de mi generación, pero de ahí a poner por delante de las personas a los gatos ...
Hace unos meses mi hija llevó a la gata Kity a castrar, ya en estado muy avanzado de gestación. Al regreso contó que tenía 4 crías. Mi nieta preguntó qué habían hecho con las crías y su madre no contestaba. Mi sombra con la mayor delicadeza le dijo que morirían luego y el veterinario quemaría sus restos o los tiraría a la basura. La niña se puso pálida. Comprendió que al final los gatitos morían de una forma u otra. Su madre, para sentirse menos culpable, por no haber castrado antes a la gata, dijo que no sufrirían.
Mi nieta se quedó un rato callada, le impresionó mucho toda lo acontecido con los gatines. Luego le dijo a su madre que cuando ella tuviera un bebé en la barriga no quería que se lo sacaran, ella quería tenerlo porque su madre y mi sombra le ayudaríamos a cuidarlo.
¡Menos mal que la conversación sirvió para obtener una valiosa lección! Siempre he estado en contra del aborto, pues gracias a los avances con los anticonceptivos dejará de ser necesario. Igualmente con los animales si se les esteriliza tampoco será necesario hacerles sufrir.
Pero... entre un animal y un ser humano jamás tendré dudas: "Las previsiones éticas deben ir delante de los adelantos tecnológicos” de Abel Pérez Rojas.