jueves, 27 de septiembre de 2012

¡Las que tienen que servir!




¡Yo soy!




 Lleva veinte años trabajando para la misma familia. Incluso el matrimonio (ambos del OPUS, él doctor en ejercicio y ella abogada sin ejercer) le consultó cuando pensaron en tener a su tercer vástago:

_ "Si usted, Nati, (siempre la tratan de usted) piensa seguir con nosotros tendremos un tercer hijo de lo contrario no iremos en su busca". Nati ante tanta solemnidad se quedó un poco cortada: "Yo... de momento quiero mucho a los niños y por supuesto que quiero seguir con ustedes".

 La pareja tuvo a su tercer retoño, una niña.  Nati la cuidó como a los otros dos: Ella vigila a los niños, limpia, cocina, los lleva al parque... Incluso les ayudó con los deberes de pequeños, hasta que se negó porque ya no sabía como solucionar sus problemas y ejercicios. 

Hace unos días Nati se llevó un gran disgusto. La señora le dijo que con la nueva ley, ya no le iban a abonar las dos pagas extraordinarias puesto que ya le pagaban más de lo que la reciente ley estipula. Además ella tendría que pagar la mitad de la cuota a la Seguridad Social. 

A Nati casi le da algo. ¡Después de veinte años! Cuando llega a dormir a su casa, único espacio de tiempo que no dedica a esa familia, que tenía como suya, llora angustiada. Sabe que a la "chacha" del 3º le ha dicho su señora que van a prescindir de ella porque ya es mayor, tiene su edad, 47 años. Hasta el momento no le han encontrado sustituta, pero sabe que buscan una más joven para darle un sueldo mínimo. Piensa con tristeza que quizás tenga que buscar una nueva familia. 

A la mañana siguiente ya en su trabajo, la hija menor del matrimonio a la que quiere como a una hija, le dice que sus padres han tenido una gran bronca por ella: "No te preocupes, mi padre y yo te apoyamos y seguirá todo como hasta ahora".

 Nati continuará en la casa, pero sabe que ya nada será lo mismo. Ha adelgazado dos kg y tendrá que seguir aguantando a la "señora" que es ahora con la que más convive. ¡Cada vez la tiene más atragantada! 


Piensa en sí misma, en su familia, en los tiempos que corren y... se resigna: "La resignación es un suicidio diarios" de Píndaro. 




martes, 25 de septiembre de 2012

¡Abandonadas!



¡Yo soy!


Como cada año, el primer sábado de agosto, tuvo lugar el encuentro de "Las chicas de la Saphil". Este año lo celebramos en Santa María del Rey. Allí, en el Hotel Victoria, entre risas y abrazos surgieron varios recuerdos de nuestra estancia en Cataluña.

 Feli contó uno de loe recuerdos que más presente tenía. Ella lo situaba en el segundo año de nuestra estancia en la Residencia Saphil: 

En las vacaciones de Semana Santa solíamos realizar un viaje Ese año, nos llevaron a conocer el Levante español. Nuestra ruta, desde Alicante, terminaba en Barcelona y de allí el regreso a nuestra residencia en Ripoll (Gerona). 

Ya en Barcelona, de regreso, un grupo de cinco o seis chicas se fueron hasta el puerto. La hora de salida era tarde, sobre las 11 ó las 12 de la noche. El grupo de unas cinco o seis chicas, se entretuvo y cuando llegó al lugar de espera del autobús minutos más tarde de la hora convenida, éste ya había partido.

Las chicas, sin dinero para el regreso, no sabían qué hacer a aquellas horas en la gran ciudad. Una de ellas, sugirió dirigirse a una residencia de monjas cercana y pedirles dinero para el regreso a Ripoll. Así lo hicieron.

Cuando llegaron a la Residencia, ¡a las cuatro de la madrugada! Allí, en el hall, esperaba la directora con su mañanita sobre los hombros, dando paseos con cara de vinagre. 

El castigo fue cuidar de varias chicas que habían cogido la gripe en el viaje. Llevarles líquidos y comida a sus habitaciones y... ¿Cómo no? ¡Limpiar el cuarto de la calefacción!. 

Después de los años, algunas nos preguntamos si no fue el abandono planeado por la directora, cómplice con alguna del grupo abandonado, para darnos a todas un escarmiento en futuros viajes. De lo contrario, ¿cómo se dejan varias chicas, menores de edad, en una gran ciudad desconocida, sin dinero a altas horas de la noche? Hoy como ayer, eso sería un delito además de una irresponsabilidad.


 Esta sombra copia: "Una historia no es sólo verdad cuando se narra cómo ha sucedido, sino también cuando relata cómo hubiera podido acontecer" de J. Mario Simmel.




jueves, 20 de septiembre de 2012

El "tangatazo"



¡Yo soy!



 Don Martín quedó viudo con 72 años. 

El doctor, desde que enviudó, siguió paseando con su vecina como lo habían hecho siempre él y su mujer. Un día, alguien le preguntó a ella si eran novios y se echó las manos a la cabeza: ¡Pero si me lleva 30 años! 

Sus paseos en pareja continuaron como siempre por el pueblo. Ella, cada día lo encontraba más y más interesante. Le gustaba que les vieran caminar juntos. Le gustaban sus sienes plateadas, lo pulcro que iba siempre, lo educado que era... Ya no le parecía tan descabellada la idea de su diferencia de edad. 

_¡Hacéis buena pareja! Era un comentario habitual entre los lugareños. 

La amistad se convirtió en algo más y Rosana acabó enamorándose como una colegiala. Don Martín, ya había decidido hacía tiempo que algún día le pediría que se casara con él. 

En el pueblo todos decían que vaya "braguetazo" pues se pensaba que el médico estaba forrado. ¡Menudo chalet que tenía en las afueras del pueblo! Ella sabía que su marido, no era tan rico como la gente pensaba pero no le importaban los comentarios.

Disfrutaron unos tres años felices en la casita que ella tenía en el centro del pueblo. El chalet lo ocupaban a menudo los hijos de su marido. Poco tiempo después de la boda, los hijos convencieron a  su padre para que pusiera el chalé a su nombre ya que parte de él,  era la herencia de su madre.

 ¡Sólo tres años! Hoy, el médico está en silla de ruedas. Su cabeza ya no rige como lo hacía. Necesita ayuda constante de su mujer que lo cuida con especial cariño. 

 En el pueblo ya todos comentan que el que dio el "bragatazo" o el "tangatazo" fue D. Martín.



Una frase viene a mi mente de sombra:  "Así es el vulgo: poco juzga por la verdad, mucho por la opinión" de Cicerón.




martes, 18 de septiembre de 2012

¡¡El AFILADOOOR...!!



¡Yo soy!



Martes, 11 de septiembre. Elisa, escuchó en la calle el sonido, que a ella le parecía precioso, de la  "mini flauta" de un afilador subiendo hasta su piso en un edificio de la Plaza del Huevo.   Esa música la transportó al pueblo de su infancia en el que pasaba sus vacaciones estivales. La añoranza y la melodía le hicieron pensar en unas tijeras que apenas cortaban.

 Siempre le pareció un bonito oficio, que en la ciudad era difícil de encontrar. Así que, al oír ¡EL  AFILADOOOR! en el portero automático, contestó:

 _¡Un momento que bajo unas tijeras!  Ya en el ascensor recordó sus cuchillos que no cortaban apenas, así que subió de nuevo y esta vez bajó con las manos llenas: Dos tijeras normales, unas pequeñitas que usaba para la manicura y seis cuchillos.

Al joven afilador le brillaron los ojos. Debió de pensar que tenía el día hecho y que aquella joven nunca había mandado afilar nada, como así era. En poco más de diez minutos dio cuenta con su rueda de todos los utensilios. Al finalizar soltó:

_¡Son 30 €!  _se fijó en la cara de pasmo de la clienta que llevó  su mano a la frente: 

_¡Me parece carísimo!  No se le había ocurrido pedir un presupuesto y el trabajo ya estaba hecho.

_Ya, _dijo el afilador_  son 5 € por cada tijera grande,  2 € por la pequeña y 3 € por cuchillo, total 30 €  justos.

 Elisa pagó religiosamente, los afiladores no dan factura. Subió a su piso pensando que a ese paso, el afilador ganaba más que ella con su sueldo de profesora. ¡Y...pensar que su padre compraba cuchillos en el Rastro, al señor Carballo que los hacía él mismo estupendos,  por 3 €! Primera y última vez que se dejaba llevar por la añoranza de su niñez.  

¡Eso sí, a ella se le cortó el aliento, pero los cuchillos ahora cortan hasta el aire! 



 Mi sombra esbozó una sonrisa: "Enmarca  todo "desastre" con estas palabras: "En cinco años, ¿esto importará?"Consejos de una bloguera de 90 tacos: Regina Brett de Cléveland 



                                                                                

miércoles, 12 de septiembre de 2012

¡De vuelta!




¡Yo soy!




 Aquí está esta sombra de vuelta. 

El verano ha sido y sigue siendo: caluroso, luminoso, hermoso... ¡Cómo debe de ser un verano! Pena, que algunos insensatos quemen el monte, su monte, nuestro monte. Esas llamas, que entierran en ceniza la vida y el trabajo de muchos seres humanos quienes no hace mucho, respiraban relajados el aire sano de esos pueblos que guardan con sabiduría nuestras raíces.

Vuelta a la rutina: vuelta al cole con subidas de IVA, con tupper o sin tupper, con más alumnos por aula,  menos profesor@s con menos euros en sus nóminas ... ¿Nos atrevemos a pensar con los que mandan que la calidad de la educación será la misma? A mi sombra que no le pregunten porque su respuesta será discordante. 

Miraremos el lado bueno: la justicia para los pirómanos, la profesionalidad del profesorado, el reencuentro con los compañer@s, de nuevo las partidas y los partidos, el yoga, los paseos por la muralla, La Condesa, Papalaguinda... ¡Te quiero, León!


Aquí... mi sombra escribiendo. Siguiendo a Kafka, "escribir es la forma de oración más personal".