martes, 29 de septiembre de 2015

My "twitter" (25)

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Del verano:

Lunes 20 de julio:
Chascarrillo antiguo: Empezó a llover, la hierba se mojaba y el cura de Trabadillo dijo: "Rápido, rápido... los hombres con las horcas y las mujeres y yo a-brazaos bajo el puente"

Martes 21 de julio:
La anciana se coló y se puso la primera en la fila de facturación en el aeropuerto. La Maña empezó a protestar, porque la vieja adelantó a todos. Los demás no siguieron sus protestas. Cuando se abrió el primer mostrador rezaba el letrero: "Para las personas con niños y mayores de 65 años" ¡La maña enmudeció!

Miércoles 22 de julio:
Gonzalo siempre está haciendo algo en su jardín, pasa una vecina asturiana y comenta: 
_Eso es un marido y no el mi Jacobo todo el día en la tumbona.
_¡Ah!, _responde Gonzalo_ haber elegido mejor.
_Sí, sí, _dice riendo su vecina_ ye verdad, yo creo que precipiteme.

Jueves 23 de julio:
Tiene 9 años. Ella y sus amigas hacen la voltereta lateral descalzas en la hierba. Su madre la riñe porque siempre lleva las francesitas y están muy sucias por dentro.
_¡Qué dirán tus amigas cuando te descalzas!
_No dicen nada porque no las ven _contesta la niña_  las pongo boca abajo.

Viernes 24 de julio:
Tres muchachos en una piscina privada; comentan bromeando y riendo que se han ahorrado los tikes porque han entrado saltando la valla. A su alrededor varios propietarios, les oyen, les miran se miran y sonríen.

Sábado 25 de julio:
¿Me dejo entender? Nos preguntaba la guía Patricia en Cuzco. Perfectamente _le contestábamos.

Domingo 26 de julio:
¡Mira que "sol" de camarero! Pago la botella de vino en euros y me da la vuelta en "soles", soles nuevos, eso sí.

Lunes 27 de julio:
Cañón del Colca. El condor vuela ante nuestros ojos. De pronto un chico grita: ¡Qué maravilla, joder, qué putada; mi cámara sin batería!

Jueves 10 de septiembre:
Es una joven muy reservada, nunca habla de su vida privada. Ha pasado el verano sin verse con una compañera. Se encuentran  y le espeta: ¡Acércate, que te voy a enseñar a mi niño! La aludida piensa si habrá adoptado, pues sabe que no tiene hijos. ¡Nada de eso! La reservada le muestra el móvil y mira la foto: ¡¡Un gato!! ¿Estamos bien de la chola? Se pregunta mi sombra.


¡Feliz otoño!: "No existe un deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices" de Robert Louis Stevenson.



jueves, 24 de septiembre de 2015

¡Respeto!




Este verano que acaba de finalizar, en uno de nuestros pueblos, concretamente en el bar de La Vega; a un señor veraneante desconocido le dio un infarto. 

Una mujer vio pasar una ambulancia que se dirigía hacia allí. Preguntó y le informaron. Su madre jugaba al bingo siempre en la Vega con la gente como ella de más de 80 años. Se apresuró a ir tras la ambulancia pensando que quizás podría haber sido su madre la enferma. 

Al llegar el impacto fue brutal. Un hombre muerto yacía en el suelo cubierto con una sábana y el resto de personas hombres y mujeres, su madre entre ellas, jugaban al bingo. La dotación de la ambulancia no había podido hacer nada por el hombre, aparte de certificar su fallecimiento. El difunto en el medio del bar de cuerpo presente, valga la redundancia. Nadie podía tocar el cuerpo hasta que llegara el juez para levantar el cadáver.

¡Un cuadro dantesco! El camarero de aquí para allá rodeando al sin vida cada vez que iba a servir a alguien. La mujer recién llegada, no daba crédito, se fue hacia su madre alterada:

 _¡Mamá, por Dios, con ese hombre ahí...y ustedes jugando!

 _Bueno hija, si ya está muerto, _respondió la aludida sin dejar de mirar para su cartón_  no se puede hacer nada por él. 

_Mamá, respeto, un poco de respeto, si hubieras sido tú la que estuviera bajo esa sábana, ¿cómo crees que me sentiría yo con semejante panorama? No escuchó respuesta alguna.

La mujer salió del bar escuchando: El 66, seis, seis"; preocupada como había llegado pero no por la misma causa que la había llevado hasta allí. ¡Si se lo juran por lo más sagrado no se lo cree! Así lo contó a toda persona que se encontraba, entre ellas mi sombra.


En algunos casos: "Los años no hacen personas sabias, solamente hacen viejos" de Ana Sofía Soymonoff de Swetchine.  


martes, 22 de septiembre de 2015

Las "chicas" de la Saphil





De nuevo, como cada año, las "chicas de la Saphil" se citaron el primer sábado de agosto. Esta verano además del reencuentro, como ya viene siendo habitual en los últimos años, hicimos turismo. 

Elegimos la ruta divina que algunas "chicas" de nuestra provincia desconocían.  No se podían creer que tanta belleza y tan cercana no la hubiesen contemplado mucho sntes. El maravilloso paisaje de Las Hoces de Vegacervera culminó con la visita guiada a las Cuevas de Valporquero.  Su belleza interior y exterior nos acompañó durante toda la jornada. 

¡Nadie de nuestra región y no digamos provincia debería ignorar ese tesoro entre montañas que guarda León! Mi sombra que ha estado allí más de una vez y que hacía años que no lo visitaba, aún se encoge de asombro ante tanta belleza producida por la constancia del agua y los siglos al mezclarse en el interior de la tierra.

De nuevo y como cada verano: besos, abrazos, recuerdos, anécdotas... Comida en "Las Rocas" con dos platos típicos: "carne de cecina de chivo" exquisita y tierna y "bacalao al ajo arriero"; además de: ensalada, morcilla, pimientos asados... tarta, flan... 

Muchísima alegría mezclada con alguna nota de melancolía por el recuerdo de las que una vez nos acompañaron y ya nunca más lo harán. También, ¡cómo no! se comienza a hablar de las "goteras" más o menos graves que los años no perdonan y que hacen valorar más la salud de las que aún no necesitamos arreglar nuestro tejado. 

Colofón  pusieron las compañeras navarras que admirando nuestras joyas naturales, sugirieron que para otro año podíamos ir a conocer las maravillas de su región. ¿El próximo agosto de turistas a Navarra? ¿Por qué no?


Gratos reencuentros: "Lo mejor de la vida es el pasado, el presente y el futuro" de Pier Paolo Pasolini.




jueves, 17 de septiembre de 2015

¡La suerte del principiante!







 El verano puede ser el inicio de algo original, ¿Por qué no?

Se le ocurrió de un día para otro, quería cumplir su sueño: "Hacerse rica sin dar un palo al agua".  Bueno no tanto llegar a ser rica, pero sí salir adelante sin trabajar demasiado. 

Primero se informó en la Red sobre las posibilidades de encontrar oro y más tarde se decidió. Compró por Internet un detector de metales, que le costó armar, Ella no es muy "manitas" pero lo consiguió. Además compró una piqueta, unas gafas... en fin todo lo necesario e imprescindible. Probó el aparato en casa con metales y oro. El artilugio unas veces sonaba continuamente y otras permanecía en silencio. Desde luego ante alianzas de oro de 24 quilates permanecía mudo así que sería así como funcionaba. 

Ya veía, antes de salir de casa, sus tesoros por descubrir: oro, plata, cobre... De igual forma antes de comenzar su aventura, hizo una apuesta con su hermano que se reía de sus aspiraciones. Si encontraba una moneda fuera de lo que fuera él perdería la apuesta. Su hermano seguro de ganar estuvo de acuerdo.

 El primer día madrugó y convertida en un "Frank de la Jungla" pero mucho mejor equipada que él, se fue a orillas del Órbigo. Llegó al margen del río, aparcó y se adentró en un lugar de reciente plantación de árboles, donde sería más fácil cavar.

 Comenzó a pasar el detector. Una de las veces que quedó en silencio, escavó un poco y apareció una herrumbrosa herradura. ¡La herradura de la suerte! se felicitó con una sonrisa. Separó los ojos de la herradura y los posó sobre el terreno. ¡No se lo podía creer! Allí estaba. ¡Una moneda oscura que parecía antigua! La cogió en sus manos, era ligera, la limpió un  poco y leyó: CAROLUS. 

Regresó alucinada a casa limpió mejor la moneda, cogió la lupa y leyó de nuevo: CAROLUS  IIII REIS  HISPANIA. ¡¡¡Había encontrado una moneda de Carlos IV de 4 maravedíes!!!

 Guardó la moneda como oro en paño. Sin ayuda del detector, había ganado la apuesta. La suerte del principiante, su suerte, era lo que la hacía saltar de gozo. 

Sigue con su detector aunque las leyes divagan un poco sobre su uso, Volvió al mismo lugar varios días pero la fortuna no ha vuelto en su busca, si encuentra hierros, latas, cacerolas... basura enterrada de hace mucho tiempo, cuando nuestra falta de concienciación ecológica, todo lo tiraba al río.


La casualidad existe: "El Universo trabaja contigo y para ti; no es tu enemigo" de David Spangler.



martes, 15 de septiembre de 2015

Hojas de "coca"




 En mi viaje a Perú de este verano en compañía de dos parejas mejicanas, una pareja vasca y dos mañas; nos ocurrieron varias anécdotas la última fue la siguiente:

En Perú casi todos los males corrientes, se curan con "hoja de coca" o sus derivados. Por lo que fueron varios los guías que nos recomendaban mascar hojas de coca para evitar el "mal de altura". Íbamos a estar a 4.910 m de altitud en Patapampa. Allí junto al pequeño lago en el mirador de La Bruja, dejé mi "apacheta" de agradecimiento por no haber tienido problemas con la altura.

A la salida de Arequipa, Dina, una encantadora guía que nos acompañaba, hizo una parada para que nos abasteciéramos de hoja de coca, caramelos de coca y agua para el viaje en ascenso que continuábamos. Compramos dos bolsitas de hoja, caramelos y agua.

En el minibús, Dina, nos explicó como debíamos tomar la hoja. En cada bolsita viene un trozo sólido de ceniza para extraer más sustancia a la hoja. Primero se colocan cinco o seis hojas de coca en la mano y sobre ellas un trocito de ceniza. Se enrolla la ceniza en las hojas  y se mete en la boca masticando suavemente. Después de un tiempo se escupe. Nos aconsejó no tomarla por la tarde-noche porque dificulta el sueño y produce ansiedad.

Es una experiencia más pero para nada alucinante. Se quedan las mejillas y la garganta un poco rígidas sin mayores efectos. El sabor es agradable. Igualmente nos pidió que no se nos ocurriera sacar esas bolsas del país ya que estaba totalmente prohibido y podíamos tener serios problemas, no así si traíamos té de coca y otros productos elaborados ya autorizados por el gobierno peruano.

Al llegar a Cuzco, para viajar a Machu Picchu en tren, has de dejar las maletas en el hotel dos días, pues sólo puedes viajar a ese lugar único con una mochila y lo imprescindible. Mi sombra, metió en la mochila de mano una de las dos bolsas de "coca". Al regreso busqué la otra en las maletas y no la encontré así que supuse que la había metido en algún cajón y la habrían tirado o recogido al hacer la habitación.

En el aeropuerto de Lima, tres enormes perros, pastores alemanes, se pusieron a olfatear las maletas de los viajeros que las íbamos a facturar. Hicimos bromas con el hermoso pastor alemán que olisqueaba las maletas de nuestro grupo ante la seria mirada del policía que lo dirigía.

Al llegar a León y deshacer el equipaje en la mochila apareció la bolsita de hojas de coca desaparecida. ¡Casi me da un soponcio! ¡Seré cateta! Podría haber tenido un grave problema si la descubren. Más tarde me he enterado que los perros la hoja de coca no la detectan.

Tengo que confesar que a solas, en Machu Picchu, hice una ofrenda de hojas de "coca" a la Pachamama. ¡Soy muy respetuosa con las ofrendas que se hacen a la Naturaleza y me encantan!


La Madre Tierra estuvo de mi parte: "La naturaleza crea el mérito, y la fortuna lo pone en acción" de la Rochefoucauld.



Apacheta: pequeños montículos de piedra que los indígenas peruanos hecen como ofrenda a la Tierra, la Pachamama, para hacer sus peticiones o agradecérselas.



jueves, 10 de septiembre de 2015

"Regresando"




 Sí, regresando que es gerundio. 

Me acostumbré a las largas vacaciones, cuando curraba y ahora me gusta volver, como siempre, con los escolares. 

Este hermoso verano de calor y sol en el que me siento como pez en el agua, está dando sus últimos coletazos. Mi sombra ha oído a alguno/as quejarse y siempre aclaro: ¡Basta de quejas! Que se quejen en el centro, en el sur y en el este de España, lo entiendo, pero en el norte creo que está de sobra protestar por las altas temperaturas. Casi todos tenemos la suerte de ser de pueblo o tener algún pueblo como nuestro. La pena es que la mayoría tenga cortas vacaciones.

En nuestros pueblos a pesar del calor dormimos con la sábana y la colcha, en mi caso con la manta sobre la tripa, agustito sin sudar ni dar vueltas ¿alguien da más? Para estar aún mejor pensemos en el invierno que como decía mi abuela: "En León, al invierno nunca lo come el lobo". 

A pesar de que me encanta el calor, sigo siendo afortunada y crucé el charco para ir a Perú, o sea al invierno, es verdad que comenzaba, pero nada parecido al nuestro: ni abrigo, ni botas, ni gorro... a pesar de los gorros vistosos que nos muestran los peruanos. Me llamó muchísimo la atención el negro pelo de las mujeres y sobre todo las más mayores con sus trenzas, su calzando siempre con sandalias de piel de llama y su peso a la espalda, bien un bebé o un hato de ropa, siempre cargadas como mulas que parece que la carga las hace aún más bajitas, pero amables, siempre amables en su timidez. 

Tuve la suerte de conocer y caminar sola y acompañada por muchos lugares hermosos de esa tierra y... ¡Cómo no! Por una de las siete nuevas Maravilla del Mundo que es Machu Picchu. Si alguna vez lo visitan les deseo que tengan un precioso día soleado como fue nuestro caso y sobre todo que les acompañe un guía, joven, culto, que ama a su país y a sus gentes, llamado Julio César. ¡Nada hubiera sido igual sin él! Sin sus explicaciones, sin su interés porque nos lleváramos la mejor historia de sus antepasados, cuando la mayoría se preocupa por la mejor imagen. Nos hizo admirar aquellas piedras y amar aún sin conocerlas, a las gentes que vivieron, trabajaron y estudiaron en ese hermoso laboratorio astronómico. 

En la actualidad son muchas las personas que llegan dos veces al año, en el solsticio de verano y de invierno vestidas de blanco como verdaderos sacerdotes "orejones" a estudiar el cielo, el sol y las maravillas que se ocultan bajo estas hermosas piedras y sobre ellas. 


Termina una etapa calurosa: "Todo termina a fin de que todo vuelva a empezar, todo muere a fin de que todo reviva" de Jean-Henri Fabre.