¡Yo soy!
¿Atropellos o falsos atropellos?
Mi sombra lee en "El diario de León" del martes, el titular: "La ciudad registra más de un centenar de atropellos cada año".
Este titular me hizo recordar una conversación entre trabajadores de una empresa de nuestra ciudad que está a punto de iniciar un ERE (Expediente de Regulación de Empleo):
_¡Hostia! pues si nos quedamos sin curro según anda la cosa... ¿Qué haremos?
_Pues nada chico, "El collarín" _le contesta una trabajadora.
_¿De qué collarín hablas, si puede saberse?
_¡Sí hombre, sí! Yo ya lo he hecho dos veces:
Tú vas conduciendo pegas un frenazo inesperado. El que viene detrás te da, te vas al médico quejándote de las cervicales. ¡Medio mundo padece de cervicales! Te pone el "collarín" y tienes para seis meses o más de paga y luego mínimo 6000 € de indemnización por el seguro del coche que te ha dado, la culpa siempre será del que te dio por la parte trasera.
_¡Tú estás pirada! _le dice mientras se aleja musitando entre dientes: ¡No te jode, la cabrona! Con el collarín y lo dice tan fresca. ¡Y van dos veces...! Pues sí que...
Mi sombra piensa que si todos hiciéramos como esta "trabajadora" el mundo iría como se dice vulgarmente: de culo, cuesta abajo, sin frenos y a favor del aire. Sólo se me ocurre la frase: "Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros de sí mismos y los inteligentes llenos de dudas" de Beltrand Russell.