jueves, 30 de mayo de 2013

¡Practicando Inglés!




Su madre la esperaba en el aeropuerto de Barajas y nada más verle la cara a su hija supo que algo andaba mal. 

Carla, de 18 años, se había ido con un grupo a Londres para practicar su inglés. Cada estudiante se alojó en una familia. Carla estaba contenta. La señora, Evelyn, era encantadora y los niños también. El marido era otra cosa. Había sido policía y le habían echado del cuerpo por varias irregularidades cometidas en su trayectoria profesional de sólo cinco años. ¡Nunca tenía una libra! Su mujer más de una vez le había dicho que si no cambiaba se separaría, pero seguía con él por los hijos que tenían en común.

 A los quince días de estar allí, Carla le había tomado cariño a los niños y a Evelyn. Confiaba en la familia y se alegraba de su buena suerte. Algunos compañeros se quejaban constantemente del clan que les había tocado, dos se habían cambiado de casa al poco de llegar y una de sus mejores amigas estaba pensando en hacerlo porque pasaba mucho tiempo sola y apenas practicaba inglés con el matrimonio con el que vivía.

Al acostarse, ese día Carla como tenía por costumbre, vació sus bolsillos y dejó sus billetes de 10, 20 y 50 libras esterlinas en un pequeño fajo junto con varias monedas sobre la mesilla de noche. Al día siguiente cogió su dinero y continuó con su rutina: familia, clases, ocio y descanso. 

Al regresar a su familia de acogida ésta estaba revolucionada. A la señora de la casa le faltaban dinero: varios billetes de 10, 20 y 50 libras. Evelyn estaba muy confundida. Su marido llamó a la policía porque decía que sólo podía haber sido Carla.

 La policía interrogó a Carla que llorando en su inglés chapurreado en español explicó que ella jamás había cogido dinero alguno. Enseñó sus libras en billetes y ...  Los billetes de Carla coincidían con la serie de los que le faltaban a la señora de la casa, que en vez de culpar a Carla ante la evidencia, no apartaba los ojos  de su marido. Cuando delante de la policía le pidió a su esposo que enseñara el dinero de su cartera...¡Sorpresa! Sus billetes eran de una numeración muy distinta, como se demostró, los llevados desde España por Carla. 

¿Será posible que haya gente tan cínica? El sinvergüenza del policía, había cambiado los billetes que sustrajo a su mujer por los de Carla mientras ésta dormía. Evelyn se tapaba la cara al tiempo que decía en inglés: Know! Know!I knew it was him!'s The last one I do! (según el traductor):  ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Sabía que había sido él!  ¡Es la última que me haces!

 El gran disgusto de Carla le costó adelgazar dos kilos. La palidez de su cara y el llanto al abrazar a su madre en el aeropuerto, no le dejaron dudas a ésta. Su hija no venía contenta de la experiencia. Pero jamás imaginó que algo así podía haber sucedido.

Estas experiencias casi siempre salen bien, pero a Carla no le quedaron ganas de repetirla nunca más. La señora, que se separó a raíz de este acontecimiento y Carla se felicitan en ocasiones señaladas.


Una vez más la realidad sobrepasa a la imaginación: "Nunca se ha podido, con ayuda de las palabras, expresar todo lo que ocultan las palabras" de Eugène Ionesco.




martes, 28 de mayo de 2013

¿Les escuchamos?






 A nuestros mayores se les escucha poco. Lo he comprobado más de una vez. Es verdad que la mayoría de las veces nos repiten diez veces la misma historia pero... 

Si te sientas al lado de una anciana y saludas con un "buenos días" o un "buenas tardes" al momento ya te comienza a contar cosas de su vida. Es como una necesidad y una terapia a la vez. Escucho con interés: 

_Teníamos dos bueyes de 700 kg cada uno. Con uno araba mi marido y con el otro mi hijo. ¡De maravilla con ellos! Decidimos quitar los bueyes y dejar la sementera a nuestro hijo que quería seguir con ella. Nosotros, a punto de jubilarnos, ya habíamos trabajado bastante. (Hace una pausa para continuar a intervalos, no la interrumpo en ningún momento).

_A los ocho días de quitar los bueyes, cayó enfermo mi marido y en otros ocho días el cáncer se lo llevó. Un cáncer de ahí abajo, hija, de "pito". Orinaba y me decía: ¿Oriné mucho verdad? y yo le decía:

_ Sí hijo sí, orinaste mucho. ¡Nada! Era todo sangre y no se podía operar, sólo calmantes para el dolor. En ocho días me quedé sola.  

_Al ser viuda más de uno me dice: Aún eres joven mira yo ya voy por la segunda. Siempre contesto: 

_Tú vete a por la cuarta o la quinta que a mí lo que tocó mi marido no lo vuelve a tocar nadie _mi sombra sonríe y ella continúa_  Algunas mujeres me dicen que hago bien, porque más de uno vendrá por mi dinero. La verdad es que hicimos un capital y me quedó una paga regular porque por mí cotizaron desde chica. 

_En el pueblo tengo una tumba para seis personas. Sólo está él allí. ¡Qué se le va a hacer! Cuando podíamos disfrutar de la vida...


Alguien dijo: "Si esperas a jubilarte para disfrutar de la vida, esperaste demasiado tiempo"




jueves, 23 de mayo de 2013

"El Aguamanil"


                                                                           
    
           Mineral de plata                            Aguamanil 
                                                    ( Iglesia de Milhaguet)


EL   AGUAMANIL: ¿Se puede sentir emoción ante un objeto cotidiano que ha dejado de usarse hace mucho tiempo? Rotundamente Sí.

  Según la RAE: es un jarro con pico para echar agua en la palangana o pila donde se lavan las manos, y para dar aguamanos.

 ¡Así de simple! Para mí eres mucho más.  Siento por ti un afecto especial, no tanto por tu valor material, que lo tienes, como por tu gran valor sentimental. Casi no me atrevo a hablar de ti para que sean pocos los que sepan de tu existencia. ¡Pero hoy voy a ser valiente!

¡¡Viniste de Cuba!! Casi seguro porque allí vivieron mis ancestros. Quizás de las minas de Matahambre en la provincia de Pinar del Río. ¿Quién te compró? No lo sé, quizás mi bisabuela, ella te tuvo un gran aprecio, o su madre que fue mi tatarabuela... No lo sé . Sí, sé que de las manos de mi bisabuela pasaste a las de mi abuela, de ahí a las de mi madre y de ella a las mías.

¡Luces hermoso! Digno, a pesar de esa abolladura en tu vientre que le costó llanto a mi madre cuando caíste de sus manos. Por dentro de porcelana blanca, por fuera todo de plata. ¡¡Pesas un montón!! Imagino rudas manos picando los enormes pedruscos del mineral de plata que fue tu origen. El crisol que recogió tu esencia. El torno que te fue dando forma a través de otras manos ásperas. El artista que grabó tus sutiles dibujos. Él o ella se esmeraron en su trabajo:

 Dibujaron en tu vientre dos hermosos medallones, que encierran sendos alados pájaros de larga cola. De ellos se derivan a los lados finos cordones adornados de hojas y flores. Me fijo en tu base, fuerte con una pequeña hendidura. ¡Otra herida del tiempo que no supiste evitar! Contemplo tu tapa toda ella en plata terminada en un aplique semejante a una lágrima. Quizás las lágrimas que muchos hombres dejaron allá en Matahambre para elaborar tu noble y brillante metal. Cuando cumplías con tu oficio, imagino tu chorro de agua a través de ese hermoso canal repujado de líneas , arabescos y flores. Coloco mi mano en tu asa que simula una rara serpiente con su boca abierta de donde sale una enorme lengua que se pega a tu panza. Sobre la cabeza del saurio una gran visera delicadamente trabajada con hojas y flores que semejan un ramo de novia. ¡Eres alucinante!

Tu plata, no desmerece su hermosura, aunque ennegrezca. Pienso que oscureces cuando va pasando el tiempo para que pose mis manos sobre ti y con la disculpa de sacarte brillo te acaricie.  Por más que froto tu cabeza nunca queda brillante. ¡Tanto tiempo! ¡Tantas manos! ¿Y esos adornos de hojas en corona que rodean tu boca y tu base? ¿Y esa fecha que aparece cuando levanto tu tapa? Sé por ti mismo que tienes más de cien años. ¡Eres muy viejo pero te mantienes muy joven! 

Te lleno de flores secas para que tu olor sea de lo más agradables. ¡Que nadie diga que hueles a viejo! Paso mis manos por todo tu cuerpo amorosamente, sé que te gusta, porque a cambio me das toda la energía de las personas que han sido tus dueñas de generación en generación: mi tatarabuela, mi abuela, mi madre y mi sombra. ¡Hay objetos que hablan y tú eres uno de ellos! 

Gracias por venir a mis manos, ellas, tus dueñas anteriores lo quisieron así y así mi sombra también te dejará en manos de otro de mis vástagos, para que lo legue a sus hij@s en las generaciones venideras.

¡Tú sí que eres una obra de arte! 


Mi obra de arte preferida: "El arte es la mentira que nos permite conocer la verdad" de Pablo Ruiz Picaso.
                                                                  
                                                                                                                                                                

martes, 21 de mayo de 2013

Visita a "La Campaza"


                                                   
                         



   Los niños de 3º de infantil hicieron una salida a Hospital de Órbigo para visitar  "La Campaza". La excursión costó 26 €, comida incluída aún así, a todo el mundo le pareció carísima.

La mayoría de los alumnos se apuntaron. Marco vino encantado porque habían hecho panes con forma de osito y montado en burro. También vino diciendo que Fulanito y Menganito no habían podido ir porque sus papás no tenían dinero. 


Entonces su hermana saltó: ¡No es justo! ¡No es justo! repitiéndolo. Ultimamente es su frase favorita.


 La madre de Marco intervino para decir que no estaba bien, que podían llevar unos bocadillos, saldría más barato y podrían ir todos los niños. Terminó diciendo que para ella eso era "maltrato infantil".

 Al hilo de la última frase de su hija la abuela empezó a contar:

 _Siempre ha habido malos tratos a los niños. Una vecina que yo tuve...  A lo mejor he exagerado _la interrumpió su hija_ pero la abuela continuó como si no la hubiera oído:

_Una vecina que tuve. Tenía una niña de dos años y una amiga de toda la vida que se comprometió a cuidársela mientras ella trabajaba. Al poco tiempo los vecinos, empezamos a darnos cuenta de que en cuanto la madre salía para su trabajo, la niña no paraba de llorar mientras se oían gritos de: ¡¡A dormir!!  ¡¡Que te duermas!! Se lo dijimos a la madre. Al principio no hizo mucho caso pues confiaba en su amiga, pero al ser varios los vecinos que le comentaron que cuando ella no estaba la niña no paraba de llorar decidió hacer algo.

 En el pueblo no hay cámaras ni artilugios de esos, así que... Aquel día la madre salió para su trabajo despidiéndose de su amiga como habitualmente y abrazó y besó a su niña que quedó aparentemente tranquila.

No habían pasado cinco minutos cuando se escucharon los llantos inconsolables de la pequeña. ¡De repente se abrió la puerta de la calle! Ante la cuidadora apareció una pareja de la guardia civil que pudo ver cómo además de zarandear a la chiquilla la amenazaba y gritaba: ¡¡A dormir he dicho!! La pequeña lloraba a lágrima viva.

 _Usted sí que va a dormir a la sombra durante unos días. ¡Acompáñenos! _le espetaron los guardias. Me quedé a cargo de la chiquilla hasta que regresó su madre que a pesar de todo, no acababa de creer que su amiga le hubiera hecho eso.


Mi sombra piensa en los dos niños que no pudieron hacer su pan: "El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños" de Graham Greene.




jueves, 16 de mayo de 2013

El Bautizo

        

Águeda cuenta su bautizo, con mucha gracia. Contaré su bautizo como su madre se lo contó a ella.

Ocurrió un caluroso sábado de primavera. El  sacerdote dijo que el bautizo de la niña sería a las cinco de la tarde. Los padres y los padrinos habían acordado que se llamaría Águeda.

José, el padre de la recién nacida, había estado esa mañana junto con otros hombres, acarreando madera, ladrillos, arena... para ayudar a un vecino a realizar un chamizo para el ganado. El vecino y su mujer, agradecidos por la ayuda recibida, prepararon un cordero e invitaron a comer a sus solidarios vecinos. Comenzaron a comer hacia las tres de la tarde. Se comió mucho y se bebió mucho más.

A las cinco de la tarde, los padrinos y familiares junto con la chiquillería, esperaba a la puerta de la iglesia la llegada del padre que se retrasaba. ¡Por fin lo vieron llegar con los ojos muy brillantes y la cara colorada! Sonrió a la madrina, su cuñada. Tomasa. Siempre se había llevado muy bien con ella. Su mujer más de una vez tenía celos de su hermana.

 La comitiva entró en el templo. La madrina con la neonata en brazos se colocó junto a el padrino, al lado de éste la mamá reciente. El padre de la criatura se colocó al lado de la madrina. El cura preguntó a los padrinos:

 _¿Qué nombre le van a poner? El padre sin dar tiempo a los padrinos a abrir la boca  habló muy alto para el lugar en el que se encontraban:

_ "¡Póngale Tomasa!  ¡Póngale Tomasa!

La chiquillería reía abiertamente. Los mayores disimulaban la risa mirando para los lados y para el techo del templo como si fuera la primera vez que entraban en él. Teresa, la madrina, muerta de vergüenza dijo en un susurro: 

_No señor, le pondremos Águeda.

La madre echó una mirada furibunda a su marido, diciéndole con ella,  "se llamará Águeda". Su marido no se dio por aludido y volvió a gritar:

 _¡Póngale Tomasa! ¡Póngale Tomasa!

Esta vez todo el templo estalló en risas sin disimular. Al salir de la iglesia, entre los gritos de los niños: ¡Aquí, aquí, tira aquí! ¡Padrino roñoso mete la mano en el bolso! Tres adolescente se acercaron al padre de la cristianada para gritarle entre risas: ¡Póngale Tomasa! !Póngale Tomasa!

Aunque lo vivió en pañales,  cuenta su bautizo tan graciosamente que terminas riendo con ella.


Mi sombra ríe y recuerda: "La alegría es el ingrediente principal en el compuesto de la salud" de Arturo Murphy.



martes, 14 de mayo de 2013

¡No me acostumbro!









¡No me acostumbro! 

Ahí está viendo pasar el tiempo "La Vieja Negrilla", como la Puerta de Alcalá aunque su primera vida fue efímera. 

Hay un monumento bien merecido al negrillón de Boñar en la continuación de los jardines de San Francisco. No sé cual de las dos esculturas se realizó antes. La del jardín te sugiere un cuerpo de mujer estilizado, aunque el artista plasmara un tronco sin hojas y bien merece el nombre de "Vieja Negrilla". 

 La escultura realizada por Amancio González, la más vista, maltratada, estropeada, vejada y vuelta a nacer en bronce que podemos contemplar en la plaza de Santo Domingo, tiene cuerpo de hombre, cara de hombre, manos de hombre... Sin embargo el nombre que se ha dado a este gigante/a  ha sido "Vieja Negrilla", la miro desnudo/a,  musculoso/a, curtido/a, pensativo/a... y no me acostumbro.

Antes miraba hacia el Este, normal hacia el sol. ¿Acaso le ha echado la culpa al sol de acabar con sus congéneres? Ahora da la espalda al sol, a la plaza, al reloj ... ¿Estará enfadada por el nombre? La gente pasa y le echa una rápida mirada, algún niño se detiene: "Mira está desnudo" Sí, desnudo y no desnuda, entonces... 

Por qué no llamarle "Negrillón" a secas. Según el autor el nombre lo tomó de un árbol gigante que "había" en su pueblo que ni siquiera era un negrillo sino un olmo aunque le traía gratos recuerdos de su infancia. Nada que objetar, es su obra. Pero... puesto que la pagamos con nuestros impuestos ¿no hubiera sido mejor pedir su opinión a los niños? Seguro que encontrarían un nombre más adecuado.

En León a los negrillos si son muy grandes les llamamos negrillones. Recuerda la canción: 

   "Dos cosas tiene Boñar,
    que no las tiene León, 
   el maragato en la torre y en la plaza el "Negrillón".

  NEGRILLÓN  le va como anillo al dedo. Además si nació dos veces... ¿Por qué no bautizarla dos veces? 


De todos modos por mucho que la mire, si la comparo con los negrillos del pueblo, convertidos en recuerdo virtual, sale perdiendo: "En todos los sueños más bellos, el hombre no ha sabido jamás inventar nada que sea más bello que la Naturaleza." de Alphonse de Lamartine.


                                                


   

jueves, 9 de mayo de 2013

Monólogo de silencio (2)






 El tren me lleva lejos. Dos de mis hijos van conmigo. El más pequeño lo llevo en mi corazón, me lo robaron con artimañas. ¡Ya no puedo esperar más! ¿Por qué me entregué de nuevo? Si ya sabía que lo nuestro no tenía futuro. ¿Cómo pude quedarme de nuevo embarazada de ese hijo de la gran p... Me alejaré. Sólo pienso en poner tierra por medio. Él no lo ha de saber nunca. ¿Abortaré? ¿Y si es una niña? Sería mi mayor ilusión después de tres niños. ¡Me encuentro mal siento nauseas! Voy a vomitar, no sé si llegaré al servicio del tren. Ahora lo importante es escapar lejos de él. ¡Jamás le diré que espero un hijo suyo de nuevo! Pero... ¿Lo tendré? ¿Seré capaz de salir adelante con familia numerosa? ¡Mi madre! Sólo la tengo a ella. ¡Qué sabrán los políticos de esto! Ella me ha apoyado siempre. Cuando al padre de mis dos mayores se lo llevó la droga, dije que nunca más me ocurriría algo parecido. Escupí hacia arriba y me cayó todo en la boca. Volví a caer en las redes de un adicto. Soy gilipollas, estúpida, dependiente... ¿Por qué tengo que tener siempre a un tío a mi lado? ¿Por qué no hago caso a mi madre y siento la cabeza de una puta vez. Merezco todo lo que me ha pasado, lo que me pasa y lo que me pasará. No tengo remedio. Pero... ¿Cómo se lo diré? 

Ya han pasado tres meses desde que llegué. No tuve que decírselo, ella, mi madre, me lo dijo a mí. Le  conté quien era el padre. Le costó creer que hubiera caído otra vez, pero me dio ánimos a pesar de su tristeza. ¡No abortaré!  Tendré a mi hijo pero jamás se lo diré a su padre. 

He ido a reconocimiento, estoy de bajón. Tengo insomnio. El médico me ha dado unas pastillas para dormir, suaves, dice que en mi estado no puede darme nada fuerte. Los chicos están contentos. Ya han hecho amigos. No extrañan la ciudad. No han sufrido por el cambio. Yo sí. Allí tenía mi vida organizada a pesar de estar sola. Tenía trabajo, aunque fuera temporal. Aquí... Tengo que olvidarme de mi, he de pensar  en ellos. El ginecólogo aún no me ha confirmado lo que será, pero cree que será una niña.

Está en mis brazos... ¡Es una niña! ¡Qué alegría! Sé que va a ser difícil pero saldré adelante. Mis dos mayores ya son unos hombrecitos.  Mi pequeño lejano estará siempre en mi mente velaré por él desde la distancia... Algún día querrá conocer a su madre y nadie podrá impedírselo. No me canso de mirarla. ¡Qué bonita es! También algún día te contaré quién es tu padre aunque él no lo sepa ni merezca saberlo, tú lo sabrás.


 Situaciones difíciles: "Lo que se le hace a la mujer se le hace a la vida" de Francisco Umbral.





martes, 7 de mayo de 2013

¡¡Maldito "encargo"!!


Su perro de caza ya estaba viejo y quería deshacerse de él. Primero pensó en colgarlo pero  le daba lástima porque eran muchos años de fidelidad del animal. Luego optó por pegarle un tiro: 

_¡No tengo cojones para hacerlo! 

Entonces decidió pedirle a un conocido suyo, también cazador, que matara al animal. Pensaba que un tiro sería lo más rápido para que su fiel perro no sufriera. 

El compañero al principio se negó a hacer "el trabajo".  El dueño del can, le recordó que le debía más de un favor. y el cazador se decidió a realizar el "encargo" Cuando se puso ante el animal con la escopeta cargada y miró aquellos nobles ojos, no podía apartar los suyos de los del condenado. El amo le gritaba:

 _¡Dispara, dispara de una vez! 

 Y... lo hizo pero erró el tiro certero y tuvo que re-matarlo con otro. 

_¡Qué te jodan! Espetó el mercenario dirigiéndose al dueño del ajusticiado. Éste, más animal que su perro, cogió con calma al que había sido su fiel acompañante, lo metió en un saco y se lo llevó para enterrarlo.

 El "mataperros" tiró a un lado su apreciada escopeta y se apartó junto a la tapia para vomitar mascullando:

 _¡¡En la puta vida volveré a hacer algo parecido!!  Me hablaba con los ojos mientras le apuntaba. ¡Mierda, esto no se me quitará de la retina mientras viva!


Mi sombra desearía que los animales gritaran palabras: "Verdaderamente el hombre es el rey de los animales, pues su brutalidad supera la de éstos" de Leonardo da Vinci.



jueves, 2 de mayo de 2013

¡Qué disgusto!





¡Más que una vaca!


  Fueron tiempos difíciles para este matrimonio ya mayor. Sus cinco hijos tuvieron que irse a trabajar a Cataluña porque en el pueblo ya no había salida posible. Ahora, ya el abuelo jubilado empezaban a salir del atolladero. Le quedaban un par de vacas para pronto venderlas y dejar la sementera. Eso es lo que decían a sus hijos, pero cada verano que venían al pueblo, las vacas seguían en la casa y ellos en vez de descansar tenían que acarrear, trillar, limpiar y recoger el grano.

Ese año uno de los hijos llegó con su regalo para la anciana. Era el día ocho de diciembre, cuando se celebraba siempre el día de La Inmaculada Concepción junto con "el día de la Madre". 

 Le traía un regalo que sabía que a su madre le iba a gustar: Una bonita cadena de oro con la medalla de la Virgen del Carmen que era la favorita de su madre. Cuando se la entregó, se alegró mucho y se lo agradeció.  Luego preguntó cuánto le había costado:

_Eso no se pregunta _contestó su hijo. Su madre continuó: Pero dime: ¿Más de 20.000 pts?

 _Más, bastante más. La madre siguió: ¿Más de 30.000 pts? _su hijo afirmó con la cabeza.

_ ¿Más de 40.000 pts? _el joven siguió asintiendo sin decir palabra.

_No me digas que pagaste más de 50.000 pts por ella.

_Sí, afirmó rotundo su hijo, pero no insistas más porque no te voy a decir lo que me costó.

_¡¡Virgen Santísima del Carmen!! ¡Más que una vaca! Te costó más que una vaca. Comenzó a ponerse pálida y a continuación le dio un gran ataque de ansiedad. Su hijo no podía creer que el regalo que con tanta ilusión le había hecho a su madre tuviera aquel final.

El obsequio le costó un gran disgusto a la anciana y lo más triste es que nunca lució la medalla por temor a perderla. 



Esta visto: "Todo lo que tiene un valor puede tener un precio" de D.Jacinto Benavente.