Mineral de plata Aguamanil
( Iglesia de Milhaguet)
EL AGUAMANIL: ¿Se puede sentir emoción ante un objeto cotidiano que ha dejado de usarse hace mucho tiempo? Rotundamente Sí.
Según la RAE: es un jarro con pico para echar agua en la palangana o pila donde se lavan las manos, y para dar aguamanos.
¡Así de simple! Para mí eres mucho más. Siento por ti un afecto especial, no tanto por tu valor material, que lo tienes, como por tu gran valor sentimental. Casi no me atrevo a hablar de ti para que sean pocos los que sepan de tu existencia. ¡Pero hoy voy a ser valiente!
¡¡Viniste de Cuba!! Casi seguro porque allí vivieron mis ancestros. Quizás de las minas de Matahambre en la provincia de Pinar del Río. ¿Quién te compró? No lo sé, quizás mi bisabuela, ella te tuvo un gran aprecio, o su madre que fue mi tatarabuela... No lo sé . Sí, sé que de las manos de mi bisabuela pasaste a las de mi abuela, de ahí a las de mi madre y de ella a las mías.
¡Luces hermoso! Digno, a pesar de esa abolladura en tu vientre que le costó llanto a mi madre cuando caíste de sus manos. Por dentro de porcelana blanca, por fuera todo de plata. ¡¡Pesas un montón!! Imagino rudas manos picando los enormes pedruscos del mineral de plata que fue tu origen. El crisol que recogió tu esencia. El torno que te fue dando forma a través de otras manos ásperas. El artista que grabó tus sutiles dibujos. Él o ella se esmeraron en su trabajo:
Dibujaron en tu vientre dos hermosos medallones, que encierran sendos alados pájaros de larga cola. De ellos se derivan a los lados finos cordones adornados de hojas y flores. Me fijo en tu base, fuerte con una pequeña hendidura. ¡Otra herida del tiempo que no supiste evitar! Contemplo tu tapa toda ella en plata terminada en un aplique semejante a una lágrima. Quizás las lágrimas que muchos hombres dejaron allá en Matahambre para elaborar tu noble y brillante metal. Cuando cumplías con tu oficio, imagino tu chorro de agua a través de ese hermoso canal repujado de líneas , arabescos y flores. Coloco mi mano en tu asa que simula una rara serpiente con su boca abierta de donde sale una enorme lengua que se pega a tu panza. Sobre la cabeza del saurio una gran visera delicadamente trabajada con hojas y flores que semejan un ramo de novia. ¡Eres alucinante!
Tu plata, no desmerece su hermosura, aunque ennegrezca. Pienso que oscureces cuando va pasando el tiempo para que pose mis manos sobre ti y con la disculpa de sacarte brillo te acaricie. Por más que froto tu cabeza nunca queda brillante. ¡Tanto tiempo! ¡Tantas manos! ¿Y esos adornos de hojas en corona que rodean tu boca y tu base? ¿Y esa fecha que aparece cuando levanto tu tapa? Sé por ti mismo que tienes más de cien años. ¡Eres muy viejo pero te mantienes muy joven!
Te lleno de flores secas para que tu olor sea de lo más agradables. ¡Que nadie diga que hueles a viejo! Paso mis manos por todo tu cuerpo amorosamente, sé que te gusta, porque a cambio me das toda la energía de las personas que han sido tus dueñas de generación en generación: mi tatarabuela, mi abuela, mi madre y mi sombra. ¡Hay objetos que hablan y tú eres uno de ellos!
Gracias por venir a mis manos, ellas, tus dueñas anteriores lo quisieron así y así mi sombra también te dejará en manos de otro de mis vástagos, para que lo legue a sus hij@s en las generaciones venideras.
¡Tú sí que eres una obra de arte!
Mi obra de arte preferida: "El arte es la mentira que nos permite conocer la verdad" de Pablo Ruiz Picaso.
Dicen que recordar es la única manera de detener el tiempo ... parece que esa extraordinaria pieza lo consigue.
ResponderEliminarSaludos
ResponderEliminarSi con los recuerdos se pudiera detener el tiempo, a veces lo haríamos. Pero no es así. Ni se puede detener el tiempo ni vivir de los recuerdos por bonitos que estos sean. Un saludo.