El tren me lleva lejos. Dos de mis hijos van conmigo. El más pequeño lo llevo en mi corazón, me lo robaron con artimañas. ¡Ya no puedo esperar más! ¿Por qué me entregué de nuevo? Si ya sabía que lo nuestro no tenía futuro. ¿Cómo pude quedarme de nuevo embarazada de ese hijo de la gran p... Me alejaré. Sólo pienso en poner tierra por medio. Él no lo ha de saber nunca. ¿Abortaré? ¿Y si es una niña? Sería mi mayor ilusión después de tres niños. ¡Me encuentro mal siento nauseas! Voy a vomitar, no sé si llegaré al servicio del tren. Ahora lo importante es escapar lejos de él. ¡Jamás le diré que espero un hijo suyo de nuevo! Pero... ¿Lo tendré? ¿Seré capaz de salir adelante con familia numerosa? ¡Mi madre! Sólo la tengo a ella. ¡Qué sabrán los políticos de esto! Ella me ha apoyado siempre. Cuando al padre de mis dos mayores se lo llevó la droga, dije que nunca más me ocurriría algo parecido. Escupí hacia arriba y me cayó todo en la boca. Volví a caer en las redes de un adicto. Soy gilipollas, estúpida, dependiente... ¿Por qué tengo que tener siempre a un tío a mi lado? ¿Por qué no hago caso a mi madre y siento la cabeza de una puta vez. Merezco todo lo que me ha pasado, lo que me pasa y lo que me pasará. No tengo remedio. Pero... ¿Cómo se lo diré?
Ya han pasado tres meses desde que llegué. No tuve que decírselo, ella, mi madre, me lo dijo a mí. Le conté quien era el padre. Le costó creer que hubiera caído otra vez, pero me dio ánimos a pesar de su tristeza. ¡No abortaré! Tendré a mi hijo pero jamás se lo diré a su padre.
He ido a reconocimiento, estoy de bajón. Tengo insomnio. El médico me ha dado unas pastillas para dormir, suaves, dice que en mi estado no puede darme nada fuerte. Los chicos están contentos. Ya han hecho amigos. No extrañan la ciudad. No han sufrido por el cambio. Yo sí. Allí tenía mi vida organizada a pesar de estar sola. Tenía trabajo, aunque fuera temporal. Aquí... Tengo que olvidarme de mi, he de pensar en ellos. El ginecólogo aún no me ha confirmado lo que será, pero cree que será una niña.
Está en mis brazos... ¡Es una niña! ¡Qué alegría! Sé que va a ser difícil pero saldré adelante. Mis dos mayores ya son unos hombrecitos. Mi pequeño lejano estará siempre en mi mente velaré por él desde la distancia... Algún día querrá conocer a su madre y nadie podrá impedírselo. No me canso de mirarla. ¡Qué bonita es! También algún día te contaré quién es tu padre aunque él no lo sepa ni merezca saberlo, tú lo sabrás.
Situaciones difíciles: "Lo que se le hace a la mujer se le hace a la vida" de Francisco Umbral.
Emocionante tu post, Mara.Cuántos casos habrá como este y qué dilema para las mujeres que tienen que tomar una decisión tan trascendental en su vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Aorillasdelorbigo, difícil decisión y más si no se tienen apoyos. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias.
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