jueves, 31 de marzo de 2022

Año Sabático


Se termina el segundo trimestre, en el colegio. A Oliva, una profesora que es soprano,  le gustaría dedicar más tiempo a la música. Algo imposible porque  además de las clases, dos niños pequeños,  muchos ensayos y conciertos algunos fines de semana,  apenas tiene tiempo libre. 

Oliva oyó comentar en el Centro, que un compañero de profesión estaba disfrutando de un Año Sabático. Le interesó mucho el tema porque ese profesor durante todo el año,  percibe el sueldo parcial, según marca la ley y se dedica a dar conferencias de "experto" por las que obtiene un pastizal. 

Una amiga de Oliva conoce a Leo, el profesor que disfruta del Permiso Parcialmente Retribuido que así se denomina también el Año Sabático. La soprano le preguntó: 

_¿Cómo lo hace?. A mí me interesaría para el próximo curso, dejaría las clases, así podría ir con la compañía a dar conciertos y me sacaría una buena pasta además de la retribución correspondiente. 

_No es tan fácil _le aclaró su amiga_ por lo que Leo me ha contado, cada Comunidad tiene sus propias normas. Primero se ha de estar por lo menos cuatro años con el sueldo al 80% para poder disfrutar el quinto curso  del Año Sabático. Pero las normas son bien claras: "No se puede hacer un trabajo retribuido en año sabático".

 _ Por favor, pregúntale tú que tienes confianza con él. Aunque tenga que esperar un tiempo me gustaría tomarme un descanso para dedicarlo a la música. ¿Cómo consigue que le abonen las conferencias? Mis conciertos serían retribuidos de lo contrario no me compensaría realizarlos. Envíale un mensaje, "please" _su amiga tecleó lo que le pedía. 

_Me ha contestado que se tiene que tener permiso de la administración para dar estas charlas retribuidas. 

_Ya, como dice mi madre: "Siempre hay bulas pa difuntos". ¿Qué tal son sus charlas? _insistió la soprano.

_De profesor  diez. Son muy amenas. Pienso que el objetivo de Leo es salir del aula porque se le veía cansado y con estas charlas se le ve contento. 

_Sí, seguro que sus conferencias son interesantes porque desde fuera todos los métodos son más fáciles de aplicar, otra cosa es estar dentro del aula día a día. De todos modos, gracias. Seguiré informándome.


Apartarse de la enseñanza por un tiempo puede recargar las pilas y mejorar su calidad. Lo importante es que favorezca al alumn@. "Eres tú quien hace el esfuerzo; los maestros sólo señalan el camino" de Buda  Gautama. 


jueves, 24 de marzo de 2022

La herida


Parto de la base de que la mayoría de los sanitarios ya sean médicos, enfermeras o auxiliares, son unos grandes profesionales. Nos lo están demostrando de forma continua.

 El caso de Sabino deseo que sea una excepción. Sabino, fue un anciano que a los 81 años tuvo un gravísimo accidente de tráfico hace algunos años. Los médicos pensaban que no lo superaría. Estuvo en coma un mes. Su hija y su nieta Mirta, lo visitaban el tiempo permitido, veinte minutos al día, a pesar de que no había pandemia. 

El primer día de visita al padre y abuelo, tanto la hija como la nieta, observaron que tenía una gasa doblada sobre la sien pero sin sujeción. A Mirta le picó la curiosidad y levantó con mucho cuidado el apósito. Lo que vieron las dejó sin habla. Una profunda herida ensangrentada y sin cerrar, porque no tenía puntos de sutura.  

Mirta salió de la UCI y pidió a la enfermera que la acompañara. Ya en presencia de su abuela le preguntó: ¿Cómo no le han cosido la herida? La enfermera entrecortándose farfulló: Es que como está tan malito pensamos... 

_¡Por favor ciérrensela! _dijeron abuela y nieta a un tiempo_. 

Después de hablar y acariciar al enfermo, ambas mujeres,  regresaron a casa tristes y confundidas. Por las palabras de la enfermera, apenas había esperanzas de que su ser querido se recupera.

Al día siguiente visitaron al abuelo y la gasa estaba en el mismo lugar suelta. De nuevo Mirta levantó el apósito. No les gustó lo que vieron, pero al menos ambos lados de la brecha estaban unidos. Unas grades grapas, a su juicio,  muy separadas como para cumplir el expediente, unían la profunda herida. 

Después de un  mes, el abuelo despertó. Tardó más de un año en recuperarse pero volvió a ser él mismo. Caminaba sin ayuda e incluso conducía trayectos cortos. 


Sobrevivió seis años más:  "El buen médico trata la enfermedad; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad" de William Osler. 


jueves, 17 de marzo de 2022

¡Cuánta locura!

 


Será casualidad, pero mi sombra se encuentra cada vez más a menudo con personas que entre los 40 y los 50 años, cobran una pensión por X motivos. Se las ve estupendamente por la calle, en los bares, en los gimnasios... aparentemente están muy bien. Se ve que la procesión va por dentro y mi sombra no es quien para juzgarlas.

 Bien, pues Emilia tiene 46 años, está soltera, sin cargas familiares  y es una de esas personas que fue militar y hace años que cobra una pensión. Siempre tiene ganas de salir, sea martes o jueves, aunque sus amigas trabajen y le digan que no pueden. En la actualidad con la guerra de Ucrania además de preocupada como lo estamos todos, está super-acongojada por lo que ve y escucha en los medios de comunicación de los niñ@s de aquel país. 

Es como si se sintiera culpable con ella misma. ¡Quería hacer algo y se puso en marcha!

Lo primero que hizo fue abrir una cuenta bancaria para que ingresen dinero en ella sus amigos y el mundo que lo vea en Internet. Luego ha empezado a recabar víveres, ropa, medicamentos... El paso siguiente es alquilar una furgoneta e irse cruzando Europa, la próxima semana, hasta Polonia para volver con niñ@s huérfanos que luego, según su idea, les buscará familias que quieran acogerlos.

 Así, sin más, como si los niños fueran perros o gatos, sin mediación de asociación alguna. Sin contacto con Cruz Roja, con alguna ONG, fundación etc ... No importa ella tiene que hacer algo. Le han comentado que ASÍ  NO, que es una locura, que se ponga en contacto con teléfonos de acogida. Según ella, están colapsados. Está dispuesta a emprender el viaje. Tiene que ir, o tienen que ir porque se supone que no va a ir ella sola conduciendo por varios países con su idea: "Voy a por niñ@s huérfanos" 

El remate a la locura fue cuando le comentó su proyecto a una amiga que está en su misma situación, sin trabajar y cobrando una pensión y ésta le soltó:" Es cierto se tiene que hacer algo. Mira, me traes un niño para mí" .

¡Pero, estamos locos! ¿Nos están lavando el cerebro, de nuevo, con esta pandemia sangrienta? A mí las imágenes de personas que van en busca de seres humanos y sobre todo de niñ@s, por su cuenta y riesgo, me ponen los pelos de punta. Si esto se puede hacer sin garantía de alguna entidad gubernamental, apaga y vámonos.  


Respetar unas normas o protocolos en estos casos es importantísimo: "Las infancias nunca duran. Pero todo el mundo se merece una" de Wendy Dale.



jueves, 10 de marzo de 2022

PARAR

 


¡¡Tienes que hacerlo!! Tienes que parar. Se decía Ana, hablando en silencio consigo misma.

Todo iba demasiado rápido en su vida. Su matrimonio con un profesor de literatura hacía aguas. Sus hijos ya no eran unos niños pero vivían en casa. La pandemia supuso su despido. Se acogió al paro. Se separó. Como la vivienda era de su esposo, alquiló un pequeño apartamento y como su estrés se podía medir por toneladas decidió PARAR.

Quería recluirse y pensar. En España hay varios monasterios con una población escasa y envejecida de monjas que admiten a personas que deseen aislarse y dedicarse a reflexionar durante unos días, bien abonando una cantidad si pueden permitírselo o por la voluntad.

 Así llegó Ana a aquel convento. Un lugar paradisíaco donde no existían las prisas, abundaba el silencio y se vivía en calma; lo que ella en este momento buscaba y necesitaba. Pidió colaborar con las religiosas en tareas de ayuda, cocinando pastas y otros dulces que era a lo que se dedicaban las moradoras. 

Ana se levantaba con las monjas y se acostaba cuando ellas lo hacían. En su habitación había una nevera por si necesitaba una dieta que no siguiera la del convento.

Llevaba tres días allí y conversaba con la abadesa, una belleza espiritual, que llevaba un misal en los brazos muy deteriorado. Decidió pedirle que se lo dejara para restaurarlo. 

_Ah! ¿Pero tú tienes idea de restauración?

_ Sí, madre, hace un tiempo hice un curso de encuadernación. 

La abadesa le pidió que la siguiera a una estancia. 

_Aquí tienes nuestro taller de restauración con muchos libros que necesitan que alguien se ocupe de ellos. Hace tres años que murió la hermana María del Socorro que era la encargada y desde entonces nadie ha vuelto a utilizar el taller. 

Ana comenzó su labor encantada. Así, la estancia que iba a ser unos días se convirtió en más de un mes. Dejó la cocina y su vida era dedicar la mayoría del tiempo a encuadernar aquellos volúmenes con grandes historias en su interior y el tiempo libre a pensar en sí misma. 

Su estrés fue cediendo, su lucidez aumentando. El hecho de sentirse útil la hizo valorar mucho más su vida en aquel lugar. Salió para celebrar una fiesta familiar. En ningún momento dejó de pensar en aquellos amigos impresos y destartalados deseando acariciarlos de nuevo con sus manos y devolverles el aspecto hermoso y bello que antes habrían tenido. 

¡Volvería a PARAR! 


Puede costar encontrarse con un@ mism@ pero se puede intentar: "Buscar el éxito es como intentar agarrar un puñado de agua. Cuanto más se le aprieta, menos agua se tiene. Cuando hacéis lo que para vosotros tiene sentido y os satisface, es el éxito el que os busca a vosotros". De los Regalos de Eykis de Wayne W.


jueves, 3 de marzo de 2022

"A toro pasado"

 

Como no quiero pensar en la guerra. "A toro pasado" hablaré del Carnaval.  Ayer en una terraza nos encontramos con Irene y Carlos, nuestros vecinos durante los siete años que vivimos en La Bañeza. Recuerdo con afecto los carnavales en esa pequeña ciudad donde los disfruta todo el mundo desde los más pequeño, pasando por jóvenes y adultos hasta mayores de 80 años, que se disfrazan y viven la fiesta no sólo de desfiles, que también, sino a cualquier hora en la "Noche de Chispas", en la "Noche Bruja", por la tarde, por la noche o de madrugada. 

Irene me preguntó: ¿Te acuerdas del hijo de Tere? S, sí _contesté. 

_Pue un año en Carnaval acabó en el cuartel . _¿Cómo?  Sí como te lo cuento. Uno de los días estaba el chico con otros dos veinteañeros amigos sentados en un banco después de haber visitado "El Mojao" (barrio bañezano, para distinguirlo de El Húmedo de León, ciudad). Los tres iban disfrazados del Séptimo de Caballería con su traje azul, hombreras, botones dorados, el pañuelo amarillo, su correaje y espada... en fin muy chulos. Bien, pues apareció por una bocacalle una pareja de la guardia civil y los jóvenes discutían si serían de verdad o irían disfrazados. El hijo de Tere saltó del banco diciendo: Ahora lo sabremos. Fue directo a una papelera, la estampó contra el suelo y esparció el contenido por la acera. Los guardias fueron hacia él con cara seria. 

_¡Pero, qué has hecho! Enséñanos tu carnet. Sí, claro _dijo el joven_, son los municipales los que cuidan del orden. ¿Esas tenemos, eh? _dijo uno de los guardias_ pues, además, nos acompañas por desacato a la autoridad.

_¿Autoridad? ¿Y mis galones de Capitán del Séptimo de Caballería, qué? Los guardias lo agarraron cada uno por un brazo y se lo llevaron al cuartel. Detrás tuvieron que ir sus amigos a atestiguar en su favor que todo fue una broma para salir de dudas, pues pensaban que no eran de la benemérita de verdad. Además, se comprometieron a colocar la papelera en su sito y dejar todo como estaba. 

Carlos que estaba muy callado saltó: ¡Cómo el borracho del chiste! 

_Cuéntalo _añadí_ que se te dan muy bien. No se hizo de rogar. Lo resumiré, porque tardó diez minutos en contarlo. Haciéndose el borracho comenzó:

 _Pues iba yo por una calle y venía un toro... ¡PERO YO VEÍA DOS TOROZ! Eché a correr y vi una ventana con rejaz... ¡PERO YO VEÍA DOS VENTANAZ! Ahí se calló haciéndose el interesante y piqué  preguntándole: ¿Y qué pasó? 

_Qué pazó...? que pazó...?  Que... me zubí a la ventana que "No era" y vino el toro "que zí era" . Aún me da la risa cuando lo escribo. 

A pesar del panorama, a gozar que la vida es muy corta:  "Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás". 


Nos merecemos sonrisas: "A nadie se le dio veneno en risa" de Lope de Vega.