¡Yo soy!
Una joven en mallas negras, deportivas blancas y sudadera roja, está sentada hacia la mitad de los escalones que dan acceso al Palacio. Mi sombra se sienta a su lado.
La joven habla por el móvil:
_¡Estoy supercontenta! Con mi grano de arena, se ha solucionado el problema de la monitora de "aerobic" y creo que el de los demás monitores... mira sí,... te cuento. Ayer llamé a la empresa que lleva lo de deportes del Ayuntamiento y les dije textualmente:
_"Soy una alumna del grupo de "aerobic". Tenemos una profesora que es una profesional como la copa de un pino. Porque es la verdad, estamos todos encantados. Es de la montaña, sus padres le pagan el piso compartido, mientras ella estudia en la Universidad y hace estas horas para comer.
¡Por 200 cochinos euros que le pagan!...¡Parece mentira que estando en Marzo, aún le deban Enero. ¡Si no lo solucionan haremos una manifestación! ¡Luego hablan de los jóvenes y dicen que no quieren trabajar...! Les dí mi nombre y colgué.
_Acabo de salir del pabellón. Cuando llegué al gimnasio, todo el grupo rodeaba a la "Profe"se han vuelto a mirarme y han dicho: ¡Fuiste tú!. Yo aluciné, pues no creí que se solucionaría tan rápido. Nos ha dicho Lorena, que la llamó el concejal de deportes comentándole que una alumna suya con una llamada lo había solucionado. Ya que a él siempre le daban largas cuando intervenía ante la empresa.
¡Yo creo que fue lo de la manifestación, que les dio miedo!
¡Hasta quiere conocerme el concejal!
Perdona que ni respire, pero tenía ganas de contártelo yo en directo... Bueno, mañana vas a venir?... ¿sí?... Vale pues mejor, hablaremos del viaje. ¡Chao!
Ella colgó y se levantó. Yo quedé allí tomando el sol.
Me acordé de la frase de Cervantes: "A la justa petición siempre favorece el cielo".