¡Yo soy!
Como sombra contemplo el Bernesga en una de sus más bonitas crecidas. Hay varias personas mirando extasiadas el paso del agua. Me acerco a dos hombres con atuendo de albañiles.
_Pocas veces podemos disfrutar de este panorama _comenta el más joven_ Seguro que la crecida nos vendrá bien, ya sabes: cocheras inundadas que habrá que pintar, humedades... oye, al fin te ha llamado la señora que te pidió presupuesto para arreglar la cocina?.
_Sí, Sí, me dijo que le parecía muy caro _contestó el que parecía el jefe.
_Pero al final te lo dará a ti porque quedó contenta con la reforma anterior _terció el primero.
_No sé, no sé... Habló con su vecina que me había pedido presupuesto a mí, pero al final se lo hizo el listo ese que trabaja en el Ayuntamiento mucho más barato.
¡Que pague impuestos como yo y luego que me haga la competencia!
Me separé de los dos hombres, dándole la razón al autónomo.
Ya lo dijo Hebbel: "Lo que es razonable es real y lo que es real es razonable".
Ya lo dijo Hebbel: "Lo que es razonable es real y lo que es real es razonable".
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