Tirar libros, ¡qué difícil! Escribo rodeada de estanterías llenas de libros. Hay dos colecciones de Premios Planeta que muchos de ellos no puedes pasar de la mitad de lo aburridos que son, pero han sido premiados por los "entendidos", nada más que decir.
No hace mucho en una columna periodística leí que el 80 % de los libros que se escriben son innecesarios y hacen un flaco favor a la Naturaleza. Aquí donde estoy, la mayoría de los libros no son de lectura, son de la carrera de mi marido, de las de mis hijos y de la mía. Libros y cuadernos. Mis cuadernos de bachillerato escritos con pluma estilográfica, mis nietos dirían ¿qué es eso?, cuadernos de matemáticas con apuntes del profesor Solans. Aquí está el árbol con sus tres ramas de la Trigronometría como él nos hacía ver, aquí están: Tales, Pitágoras, Tartaglia...
Son algunos cuadernos y muchos, muchos libros que raramente se han vuelto a pasar sus páginas amarillentas y oscurecidos por el tiempo. Pero me cuesta llevarlos a reciclar.
El famoso superventas de Marie Kondo "La Magia del Orden" me encanta, otra cosa es llegar a ponerlo en práctica. Para ella la organización empieza por la eliminación. “La verdadera vida comienza después de poner tu casa en orden”, asegura. Yo le doy la razón, pero con los libros no puedo. Su filosofía me seduce, dejar sólo lo que nos da felicidad y dicha en la cantidad justa. “Cuando experimentes lo que es tener una casa realmente ordenada, sentirás cómo se ilumina todo tu mundo”; “ordenas tu casa, pero también ordenas tus asuntos y tu pasado"
No sé si estos libros de tantos años me dan felicidad; mirarlos me recuerda lo mucho que trabajé. “Recomiendo de manera especial a mis clientes que eviten ser vistos por sus padres y familiares. A los padres les angustia mucho ver lo que desechan sus hijos". No es mi caso, je, je, aquí traen ropa y cosas suyas que no quieren desechar y no les caben en el piso. Más de una vez me he desecho de algunas cosas de mis hijos y luego vienen: Mamá, ¿a que ya me has tirado tal cosa? ¿Y qué hacía yo en tiempos? lo mismo que ellos, lo que sobraba, para la casa de mi madre. ¿Cómo tiro algo que no es mío? Desde luego tiene que ser sin que me vean.
“Cuando te topes con algo de lo que no puedes desprenderte piensa con cuidado sobre su verdadero propósito en tu vida. Te sorprenderá cuántas cosas que posees ya cumplieron su función. Al reconocer su contribución y dejarlas ir con gratitud, serás capaz de poner en verdadero orden las cosas que posees y toda tu vida” dice Kondo. Está bien cuando mis nietos crezcan lo pensaré porque tendré más tiempo para hacerlo.
Algún día seguiré a Kondo: “Ordenar bibliotecas es ejercer de un modo silencioso el arte de la crítica” de Jorge Luis Borges.