jueves, 30 de noviembre de 2023

La "cuelga"

 


 La "cuelga". Sí, estoy haciendo una "cuelga" con el mayor secretismo. 

Hoy día los cumpleaños se celebran con fiestas en restaurantes o en lugares preparados para los más pequeños, con chuches de todo tipo que vienen en grandes cucuruchos de papel de celofán transparente adornados con figuritas de colores. Ya han pasado los tiempos de celebrar los aniversarios en la casa de cada uno. 

Una tradición muy leonesa que se va perdiendo con los nuevos tiempos, es la "cuelga". Se trata de un gran collar que antiguamente se hacía con manzanas, bizcochos, roscas... los frutos que se tenían más a mano, atados con el hilo de bramante con el que se ataban los chorizos en la matanza. Hoy se hace con caramelos, bizcochos, chocolatinas...

 Este collar o "cuelga" se coloca por sorpresa alrededor del cuello del cumpleañero o cumpleañera cuando está de espaldas para asustarle, aplaudirle y celebrarlo por toda la familia con risas y alegría. Mi última "cuelga" me la hicieron mi madre y una persona también muy querida para mí, cuando cumplí los 16 años. Guardo un grato recuerdo de la "cuelga" de aquel cumpleaños.

 ¿Por qué he traído esta tradición a mi blog? Muy sencillo, porque este sábado, día dos, mi nieta mayor, Mara, cumplirá su mayoría de edad. Sí, si, la que llega me da dos besos y se va directa a la cocina, abre el frigorífico y aparece con dos o tres quesitos de "la vaca que ríe" y se los come tranquilamente, sea la hora que sea. ¡Tiene esa manía!

¡Nada menos que 18 años! Y claro estoy haciéndole una "cuelga" a escondidas, por si aparece de repente, con la mayor ilusión. Además de las chuches, imprescindibles, la adornaré con algún detalle elaborado por mí. De broche de oro (aunque es de plata) le colocaré la medalla conmemorativa de la mayoría de edad de la Princesa Leonor ya que son de la misma edad. ¡Sé que le gustará! Ya lo dice el refrán: "Quien no conoce abuela, no conoce cosa buena". 

¡Ah! Sin olvidarme de la propina.


¡Feliz cumpleaños, Mara!: “No sabe qué es amor quien no te ama, no sabe qué es amor quien no te mira...” de Vicente Gaos.



jueves, 23 de noviembre de 2023

Energía cósmica


Me considero una persona afortunada. He conocido lugares que quedan para siempre en la retina y sobre todo en tu corazón. Son experiencias que te marcan para siempre.

 En especial viene, a menudo, a mi mente de sombra la entrada a la gran pirámide de Guiza. La Pirámide de Keos. Aunque normalmente en otras muchas pirámides desciendes para llegar a la sala sepulcral, en la Gran Pirámide se asciende hasta llegar a ella.

 ¿Objetivo de las Pirámides?: ¿Sólo enterramientos? ¿Guías al espacio? El mundo lo desconoce.

 Entro en la Gran Pirámide, la parte que se puede visitar. Subo observando la altura y las piedras milenarias que hablan en todas las lenguas. Llego a La Gran Estancia en penumbra, ¿el corazón de la Pirámide?. Acaricio la roca del roto sarcófago y siento millones de caricias humanas que han hecho lo mismo. 

Hablo en alta voz, suena como si cantaras ¡increíble! Susurro una canción y las lisas y pétreas paredes responden transformándola. 

Apoyo mi espalda en uno de los muros. ¡Una energía indescriptible me recorre! ¿Será el gran objetivo? ¿Por qué no? Sería hermoso que las personas que visitaran este gran templo, como en otros lugares especiales de nuestro magnífico planeta, regresaran  inundadas por una energía espiritual, poderosa y transformadora.

Salgo del monumento más antiguo del mundo, en silencio. ¿Cuántos secretos oculta aún la Gran Pirámide? 

La Esfinge...  ¡Divina!  Me espera.


Un lugar mágico: "Si nuestra interpretación del hecho nos reporta sufrimiento es que estamos interpretando desde la ignorancia; si nos deja paz interior o nos trae armonía y satisfacción no cabe duda de que estamos interpretando desde la sabiduría " de Gerardo Schmedling.


jueves, 16 de noviembre de 2023

Yady


                                                          

 Yady es cubana, casada y con dos hijos. Reside en Asturias desde hace más de veinte años. Trabaja de administrativa y también cocina. Su vida transcurría con normalidad hasta que un primo suyo que vivía en Miami con un altísimo nivel económico, visitó Oviedo con su familia: la madre dos hijas y la suegra. 

Jady y su marido les agasajaron muy bien saliendo de bares con ellos y visitando lugares tradicionales. Les gustó tanto Asturias y la vida de los españoles, siempre en la calle socializando día tras día que el primo decidió venirse a vivir a España con toda la familia. 

En Oviedo, el primo cubano, compró un casoplón a las afueras y allí se instalaron. Cada semana, el primo viajaba a Miami para atender sus negocios. A Jady le regaló un coche de alta gama y todo parecía ir sobre ruedas, nunca mejor dicho.

 A medida que pasaban los meses a Jady la llamaban de la mansión constantemente para que les cocinara platos cubanos, para que les acercara al centro, para realizar varios trámites... Era tal el atosigamiento y agobio que lo que Jady comenzó a hacer con gusto la tenía en ascuas temiendo una llamada que llegaba si o sí para que se pusiera a disposición de la familia de su primo. Con su trabajo, su marido, sus dos hijos... No dormía pensando en el mucho tiempo que tenía que dedicar a la familia cubana por una causa o por otra. 

Pasados unos meses, a la hija mayor de su primo, a punto de entrar en la universidad, ya no le gustaba Asturias y su forma de vida. La hija pequeña, sin embargo estaba encantada en su colegio con sus amigas españolas.

 Pasó poco más de un año y llegaron las navidades. Todos acudieron a casa de Jady que parecía que su obligación era ser la anfitriona de la familia de su primo. No se sabe cómo empezaron las quejas. El marido de Jady se lamentó que apenas salían con sus amigos y conocidos. Sus hijos comentaron que casi no veían a su madre porque el poco tiempo libre que tenía, muy a menudo, la llamaban para que se acercara a la mansión a fin de solucionar algún problema. Las  alegaciones y argumentos de los de Miami también fueron subiendo de tono y todo terminó como "el Rosario de la Aurora". 

Jady y su familia de Miami ya no se hablan. No tiene noticias del cubano ni de su familia y por ahora vive más tranquila.


Demasiada confianza: “No des a nadie lo que te pida, sino lo que entiendas que necesita; y soporta luego la ingratitud” de Miguel de Unamuno. 


jueves, 9 de noviembre de 2023

El "echarpe"




El pasado martes nos reunimos varias compañeras para comer, como hacemos de vez en cuando, para saber unas de otras. Como casi siempre, a estas edades, entre otros temas, se habla, yo diría demasiado, de colesterol, glucosa, arritmias... 

Arcadia nos contó una anécdota que la marcó cuando vivían sus padres y que nos hizo sonreír. Ella dejaba a su familia para ir a dormir al piso de sus progenitores delicados de salud sobre todo por la falta de movilidad de su madre que necesitaba ayuda para todo. 

Una noche sonó con insistencia el telefonillo del edificio sobre las cuatro de la madrugada. Arcadia se levantó soñolienta y fue primero a la habitación de su padre, todo normal. Luego fue hacia la estancia de su madre y ésta no estaba en su cama... ¡Había desaparecido! Corrió hacia el interfono y abrió el portal del inmueble. Al momento sonó el ascensor que se paró a la altura de su piso. 

_¡Policía, abra la puerta, por favor! 

Arcadia abrió apresurada la puerta y allí, en el umbral, su madre completamente vestida sonreía entre dos policías. Arcadia no se lo podía creer. 

El echarpe, eso fue lo que llamó la atención de un vigilante que vio a una anciana a las tantas  de la madrugada arrastrando el echarpe como si de la cola de un vestido de novia se tratara. Aquella estampa en plena noche no era normal por lo que decidió llamar a la policía. 

La madre de Arcadia, sin apenas movilidad, se había levantado, se había vestido, había cogido las llaves de un lugar bastante difícil, según su hija y se había ido a la calle en plena noche con su echarpe de lana preferido.  

Arcadia no se lo explica. Lo curioso es que la anciana dijo a la policía dónde vivía: Calle, número y piso, además de recomendarles que no le dijeran nada a su hija porque la iba a reñir mucho. Pasado el tiempo dice Arcadia que a su madre no le gustaba que le recordaran el episodio.


El poder de la mente humana es incomprensible: “¿Adónde vas? ¿De qué regiones vienes? ¿Quién da a tu rostro ese celeste olvido? ¿Qué Dios sin fuego con su  luz te viste?” de Vicente Gaos.


"Echarpe": Prenda de vestir femenina que consiste en una pieza alargada o curvada, generalmente de seda, lana o piel, que se lleva sobre los hombros y los brazos como abrigo o adorno.