jueves, 19 de diciembre de 2019

¡Caro espumillón!



 Mar y su hermano Mario de trece y doce años respectivamente, fueron a un "chino" a comprar espumillón para adornar el árbol de Navidad. Estaban escogiendo las brillantes tiras, cuando oyeron sonidos de cohetes. Al momento entraron apresuradamente en la tienda un grupo de cuatro adolescentes de unos quince años y unos segundos después detrás de ellos un señor mayor. El señor cerró la puerta de la tienda y dijo:

_De aquí no sale nadie hasta que llegue la policía _se dirigió desde la puerta al encargado y le dijo que llamara a la policía.

Mar y su hermano trataron de explicarle al hombre mayor, que ellos estaban en la tienda antes de entrar los chicos y que no tenían nada que ver con ellos. El señor haciendo oídos sordos, no se movió de la puerta ni les dejó salir hasta que se presentaron dos coches de policía. Les contó con todo detalle como todos aquellos sinvergüenzas se habían dedicado a meter petardos encendidos en los buzones con el riesgo que eso suponía, pues podía haber cartas importantes que se prendieran además de parecerle una fechoría grande. 

Dieron igual las protestas de Mar y su hermano que terminaron en un coche policial en dirección a la Comisaría. ¡Tanto temblaba Mario! que el policía le pasó una mano por el hombro para calmarlo. Su hermana estaba más tranquila porque decía que ellos no había hecho nada. Al llegar a la Comisaría, Mario seguía temblando y llorando a lágrima viva no podía ni contestar a las preguntas. Mar decía que ella y su su hermano no conocían a aquellos chicos y los gamberros igualmente decían que no se conocían entre sí, así que los policías no creían a ninguno.

Llamaron a los padres para que se hicieran cargo. La madre de Mar y Mario nunca se había visto en otra igual. Un policía que la vio asustada le comentó que parecía que sus hijos no tenían nada que ver pero... Después, mientras tomaban declaración a los otros chicos, escuchó la versión de Mar y su hermano que aún temblaba contándole lo sucedido y repitiendo que ellos no habían hecho nada.

Al final la madre de los dos hermanos, tuvo que firmar un documento donde decía que:"Sus hijos estaban en la calle en situación de desamparo" ¡¡Eso fue lo que más le dolió!! Será el protocolo pero no puede olvidar esa frase. Ella, que hace de padre y madre de sus hijos. ¿Cómo pueden poner que están en situación de desamparo?


Al final sin espumillón para casa: "La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado" de Gabriel García Márquez. 


P.D. Feliz Navidad a todos y a todas. !Hasta el año que viene!



jueves, 12 de diciembre de 2019

¡Huevos!



La señora  María fue a Mercadona y vio unas cajas repletas de huevos hermosísimos en tamaño y color. Metió una caja de huevos en su carro junto con las otras compras y se la llevó a su casa.  Colocó parte de la compra en la nevera, incluídos los huevos, junto a todo lo demás.

A los dos días decidió utilizar varios huevos. Sacó la huevera del frigorífico, tomó un huevo en su mano y comenzó a golpearlo contra el borde del plato antes de echarlo a la sartén.

¡Horror se rompió la cáscara pero la yema no salía! Lo intentó de nuevo... nada... 

No lo podía creer, ¡Había comprado huevos cocidos!

Ni siquiera sabía que también se vendían los huevos así. Imitando al ministro dijo para sí:

¡¡Manda huevos!!


Para sonreír en Navidad: "Una persona que nunca ha cometido un error nunca intenta nada nuevo" de Alber Einstein.




jueves, 5 de diciembre de 2019

El 7º PEREZA


 Don Emilio llegó al pueblo en su Alfa-Romeo vestido normal, sin sotana como un cura moderno. Tendría unos cincuenta años. Sustituía a un sacerdote mayor que estaba siempre en la iglesia o con asuntos religiosos: que si misa diaria, rosario, catequesis...

Las "rogativas" eran un tradición de siempre en el pueblo.  Durante unos días se salía en procesión de madrugada para bendecir los campos. D. Emilio se negó a salir del templo, esos días, para bendecir las tierras en dirección a los cuatro puntos cardinales.

Lo explicó: desde la iglesia siempre se puede pedir por las buenas cosechas sin necesidad de madrugar y pasar frío. El pueblo se calló.

Todos los días el cura anterior, decía el Rosario ya muy entrada la tarde en la iglesia al que sólo acudían mujeres y algún que otro hombre. D. Emilio encargó  rezar el Santo Rosario, incluídos los domingos, a la Presidenta de las hijas de María.

Lo explicó; la mujer debía tener un papel más digno en la iglesia , no sólo como limpiadora. 

El día de Todos los Santos por la tarde en el pueblo siempre, la gente salía de la iglesia acompañando al cura hasta el camposanto rezando el rosario. Don Emilio se negó. El rosario se rezaría en la iglesia y luego él subiría hasta el cementerio en su coche para rezar unos responsos.

Lo explicó: La gente que quisiera ir directamente al cementerio lo haría libremente y así las personas mayores a las que les costaba mucho la caminata, rezarían el rosario con él en el templo.

El día de San Isidro por la tarde, siempre se hacía  la procesión con el Santo. Don Emilio dejó de hacerlo.

Lo explicó: Las andas de San Isidro pesaban mucho y como siempre las pujaban los mismos hombres, porque la mayoría se quedaban en el bar, tenían que hacer muchas paradas y se hacía muy larga y penosa para ellos la procesión.

Su antecesor visitaba a todos los enfermos. Don Emilio decidió no hacerlo a no ser que fueran ancianas o ancianos que vivieran solos.

Lo explicó: sólo visitaría a los enfermos que se lo pidieran sus familiares pues en estos tiempos a muchas familias no les gusta que el sacerdote entre en sus casas.

Para muestra vale un botón. Pue para muestra de la pereza o vagancia que se gastaba Don Emilio, valen estos botones. 

¡Ah! Se me olvidaba. ¡¡Le encantaba cuando se abría la veda irse de caza!! Sábados y festivos no se perdía ni uno.


P.D: Los protagonistas de estos "pecados" han sido curas que desde el altar predican lo que no practican fuera del templo. A lo largo de mi vida he conocido numerosos sacerdotes que predicaban el Evangelio y practicaban con el ejemplo. Jesús dijo: "Mi reino no es de este mundo". Pues bien El Vaticano es un reino (no hace mucho tiempo que lo sé). En mi opinión, una gran empresa con miles de filiales extendidas por todo el mundo.