jueves, 30 de septiembre de 2021

Viajando (10)

 

¡¡Un ángel!!

Dos mujeres mayores en el aeropuerto de Malta.
Una de ellas llora desconsoladamente mientras la otra en español intenta explicar a la azafata con palabras y gesto que quieren cambiar su billete de vuelta a España por otro urgente e intenta farfullar que es lo que le pasa a su amiga. 

La auxiliar de vuelo no entiende, no hace por comprender, ni llama a alguien para solucionar el problema. La cola se alarga. Las dos mujeres cada vez más y más nerviosas. 

De pronto un joven español se acerca a las compatriotas y les pregunta qué les ocurre. Ven el cielo abierto y le explican al joven que el marido de la que llora ha fallecido en España. Recibieron el aviso en el hotel y se han ido a toda prisa al aeropuerto para cambiar el billete de vuelta y regresar a España cuanto antes. 

El joven en perfecto inglés, traduce el problema y la azafata comprende por fin. Para cambiar los billetes necesitan una aplicación que los teléfonos de las mujeres no tienen. ¡Odio las aplicaciones! La cola de viajeros aumenta. El joven decide solucionarlo a través de su propio teléfono. Ya llevan tres cuartos de hora intercambiando datos. Los pasajeros protestan y se impacientas. 

Después de nuevos datos de intercambio entre las dos mujeres y el joven, éste consigue que suban al avión. ¡¡Un ángel!! No paran de decirse entre lágrimas. ¡¡El cielo nos ha enviado una ángel!! El joven se llama Héctor es de León reside en Malta y domina el inglés y las nuevas tecnologías a la perfección. Aún así se lleva las manos a la cabeza pensando que en un aeropuerto internacional, no exista alguien cuya misión sea solucionar los problemas de los pasajeros a ser posible en uno de los idiomas más hablado en el mundo como es el nuestro.


Gran ayuda en un momento crítico: "Se puede saber mucho de una ciudad por la manera en que trata a sus visitantes" de Mary Knight Potter.

jueves, 23 de septiembre de 2021

A por uvas

 


Ya está aquí el Otoño.  Sin darnos cuenta se nos presenta como cada año con sus rutinas, sus temperaturas más bajas, sus frutas y cómo no la vendimia. 

En España tenemos la expresión popular "a por uvas" para decir que una persona no se entera de lo que hablas o de lo que pasa a su alrededor. Pero no, nada de despistes. Fuimos a la viña a por uvas literalmente. 

 Mis padres tenían un alambique y nada de labranza, por lo que no teníamos viñas. De niños, mis hermanos y yo, nos sentábamos en unos palos de la luz abandonados junto al transformador, al lado del camino por el que bajaban las señoras con sus cestos de mimbre con uvas esperando que nos dieran algún racimo. Lo que ocurría la mayoría de las veces. ¡Nos sabían a gloria! Por eso me encantaba cuando mi vecina, la señora Florinda, me invitaba a vendimiar. 

Muchas viñas en mi pueblo se han arrancado. Creo que por una pequeña compensación económica.  A mí me da mucha pena. Nuestra viña la plantó la bisabuela de mi marido con el dinero que le enviaba el bisabuelo emigrante desde Argentina, con mucho, mucho esfuerzo.  Una viña con más de siglo y medio de vida que heredamos y disfrutamos. 

Este año la cosecha no es muy buena pero a mí me encanta ir a la viña. Además mis niet@s disfrutan cortando ganchitas de aquí o de allá de uvas negras o blancas y además disfrutan por el monte cercano. 

Sólo que algunas veces nos da miedo la perrona, una "mastín leonesa" enorme. Su dueño es uno de los pastores de mi pueblo que la deja por ahí suelta y tan pronto te la encuentras en el monte como en el valle. Ya ha dado más de un susto a varias personas, entre ellas a dos de mis nietos con mi hija que tuvieron que correr hasta el coche porque iba lanzada a por ellos. 

Aparte de la mastín, estos días de otoño soleados es una gozada disfrutar entre las cepas seleccionando los mejores racimos dulces y jugosos.  Así que "a por uvas" que como decía mi madre: "Uvas con queso, saben a beso" y desde luego le doy la razón.


Gracias a la bisabuela hoy voy a por uvas: “Alguien está hoy sentado a la sombra porque alguien plantó un árbol hace mucho tiempo" de Warren Buffet.


jueves, 16 de septiembre de 2021

Aquí de nuevo



        Mi familia de celebración. Faltan dos importantes.

Aquí de vuelta. Sí, llegó septiembre y de nuevo salgo al encuentro del mundo bloguero al que me siento orgullosa de pertenecer. 

Mis objetivos para el verano se han cumplido con creces. Celebramos en familia Las Bodas de Oro. 

Hace ya como cinco años, un día hablando, nada en serio, con mis nietos les prometí celebrar las Bodas de Oro en Canarias porque querían viajar en avión. Otro de sus deseos era ir a un hotel con varias piscinas y bufet, para que ellos eligieran los platos que quisieran, yo a todo les decía que sí. 

Por eso desde Enero de este año su frase favorita era: "Yaya, nos lo prometiste". Con la pandemia les decíamos que a lo mejor no era posible pero ellos insistían. Pasamos muchos nervios antes del viaje pues a pesar de que millones de españoles se movían en coche, en tren, en avión, en barco...por toda España. Canarias con su fase 4, exigió todo el tiempo la vacuna o la prueba de antígenos setenta y dos horas antes del vuelo. Mis seis nietos adolescentes, sus padres, su abuelo y yo con las espaldas abiertas y los nervios a flor de piel por si alguno daba en la prueba positivo. A Dios gracias, eso no ocurrió y los chicos disfrutaron de su primer viaje en avión a Tenerife como les había prometido y se pusieron las botas con "el todo incluido": comidas, bebidas, piscinas, playa, aquapark... 

La verdad es que a pesar de las dudas hasta el último momento, todo salió a las mil maravillas.  Disfrutamos una semana de un tiempo precioso y de unos paisajes de ensueño gracias al Teide, alguien dijo que: "Quien conserva la facultad de ver la belleza, no envejece" y... al menos los abuelos nos sentimos más jóvenes. 

Sabemos y tenemos muy en cuenta que el tiempo es un recurso no renovable por lo que hemos de aprovechado. En esta ocasión a pesar de los inconvenientes estamos orgullosos de haber realizado este sueño familiar. 

Mi marido y yo nos casamos el 21 de Agosto del siglo XX, hace 50 años y justo lo celebramos en el año 2021 del siglo 21. Para mí que el número 21 lo vamos a tener que jugar a la lotería. 

La celebración fue lo más atractivo del verano creo que nuestros hij@s y niet@s jamás se les olvidará esta aventura. Sin olvidar los paseos, los baños y sobre todo la salud que nos han hecho disfrutar agradablemente de estos dos meses. 


Me siento bendecida: "Tener un lugar a dónde ir, se llama Hogar. Tener personas a quienes amar, se llama Familia y tener ambas se llama Bendición" del Papa Francisco.