Biblioteca franciscana en Lima (Perú) |
Miles de huesos y libros.
Día del Libro, 23 de abril, también Día de la Comunidad, aunque lo segundo, aún no lo tengo arraigado. Así que, como estamos a punto de celebrar "el día del libro" viene a mi mente de sombra un lugar especial en el que estuve el verano pasado. Parto de la base de que hay países, entre ellos España, con tanta riqueza cultural que es imposible poder conservarla como se merece.
El lugar fue el convento Franciscano de Lima en Perú. Hermosos claustros con preciosos azulejos llevados hasta allí desde Sevilla. En algunos figura la fecha "año 1620", "año 1639", una maravilla, artesonados espectaculares encajados en madera con el método "machihembrado", altares, cuadros... Me impresionaron especialmente las criptas, también llamadas catacumbas. Fue el cementerio en la época colonial y ocupa un enorme espacio en el sótano del convento. En mi vida había visto tantos huesos humanos juntos, miles y miles de calaveras, fémures, tibia, peronés... un profundo pozo de varios metros de profundidad, convertido en osario a rebosar de cráneos...
Pero lo que me dejó sin respiración fue la BIBLIOTECA. La Biblioteca me emocionó. ¡Millares de libros antiguos, que parecían abandonados cubiertos de polvo! Allí hay tesoros como ediciones andinas, incunables, algunos tomos del primer diccionario editado por la RAE, más de 6.000 pergaminos de la Biblia Regia... Según entras un gran “facistol” en el medio para que pudiera ser visto por todos los frailes desde los sillares. Sobre él un gigantesco libro de canto gregoriano esperando a que alguien moviera sus enormes hojas.
Vi y sentí la Biblioteca desprotegida y desamparada y soñé con que algún día pueda estar guardada para siempre en un formato digital. ¡Qué historias contarán aquellos libros abandonados a su suerte!
Desde la Biblioteca, en lo alto, se contempla la gran iglesia. En pleno uso, mucho más limpia y cuidada que la biblioteca, repleta de fieles que cantaban dando la espalda a los libros. Era el día 28 y hacían una misa a San Judas Tadeo, patrón de las causas perdidas. Que me perdone Dios, pero... ¡Sentí pena de los libros!
Cuántas vivencias se guardarán allí: “En Egipto se llamaban las bibliotecas el tesoro de los remedios del alma. En efecto, curábase en ellas de la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás” de Jacques Bénigne Bossuet
Huesos humanos: cráneos, fémures... |
Totalmente de acuerdo con Bossuet y también contigo. Al igual que a ti, me habrían dado pena los libros.
ResponderEliminarBesos
Así fue Ambar. Un beso.
EliminarEs cierto da pena tanta dejadez y desapego
ResponderEliminarMuy interesante leerte
Cariños
A veces Abuela Ciber, no hay medios como digo para tanto que hacer. Abrazos.
Eliminarque miedo la imagen de los huesos
ResponderEliminary triste por los libros, no compartir lo que tienen
saludos
La verdad Carlos que a mí me impresionó, jamás en la vida había visto ni creo que vuelva a ver, tanto hueso junto. Un saludo.
EliminarQué pena lo que cuentas de la biblioteca. Me parece un crimen.
ResponderEliminarLo de los huesos, aquí en la catedral de Viena hay un osario que da pavor.
Besos
Así es, Crónicas y así lo viví yo. Un beso.
EliminarLos libros son tesoros en peligro de extinción. Saludos
ResponderEliminarEspero que no sea así, ifbmurcia, quizás sólo queden en formato digital, no será lo mismo pero espero que no desaparezcan. Un abrazo.
EliminarTe imaginas una biblioteca virtual?!
ResponderEliminarbuenfinde Mara =)))
Sí, Liliana, de otra forma será difícil almacenar tanto papel, pero las joyas antiguas como éstas, no se pueden perder. Besos.
EliminarLos libros son amigos, nos acompañan y nos muestran lo que fuimos, duele verlos abandonados, cuando deberian estar protegidos. Ojala no se estropeen mas. Un abrazo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Ester, ojalá se conserven. Un beso.
EliminarLos libros, son tanto pareciendo tan poco ;)
ResponderEliminarMe encanta tu frase Pilar, son tanto... Un abrazo.
EliminarLos libros son parte de nuestro legado y hay que protegerlos y cuidarlos para seguir alimentando nuestro parte más interna.
ResponderEliminarBesos
Tienes razón, Ilesín, somos muchas las personas que pensamos así, lo difícil es conseguirlo. Un beso.
EliminarLibros del ayer que encierran saberes… del ayer también. No dudo de la relevancia de los mismos, al contrario. Pero cuando me encuentro ante semejantes calificaciones me pregunto: ¿puede un ser humano abarcar la mínima parte de tanto saber enclaustrado? ¡No! ¿Entonces? Debe haber algo ahí que no está claro o no es comprendido en su realidad. Si todo eso es inabarcable, y lo es, ¿no será que es otro su valor y enseñanza? ¿No será que el verdadero saber, enseñanza, no está recluido en éste o aquel libro determinado y sí en la vida misma en todo tiempo y lugar. Me consta que hay pérdida de ese saber y enseñanza al día, tratando de atajar, comprender y aprender, el agua, saberes, que ya pasó por debajo del puente.
ResponderEliminarEs una reflexión que surge una y otra vez cuando observo el esfuerzo de recuperar o conservar cosas de un ayer que ya no es!
Un abrazo, Mara.
Me alegro de esa vuelta a la tierra al son del sonido de la noria... Esos detalles de vida son.
ResponderEliminarHola Ernesto: no te falta razón en tu reflexión, pero a lo largo del tiempo serán quizás millones las personas a las que les cambie la vida un libro. A mí me la cambió "Yo soy" de Nisargadatta Maharaj que cayó en mis manos por casualidad.
EliminarMiré el diccionario y pone "cangilones" pero ya sabes, cada región... Un abrazo.
Hola.. Me has de perdonar, por no haberme hecho seguidor antes, vi tu perfil en mi Blog, pero al no tener imagen, me confundí, creyendo que era otra persona que conozco y se llama como tu.. no es así, y me alegro poder seguirte, he leído la entrada y la encuentro interesantisima..
ResponderEliminarUn abrazo..Mara.
Nada tengo que perdonarte,llorenç, sólo faltaba, gracias por tus palabras. Saludos.
EliminarGracias Mara por hacernos conocer este interesante lugar, Ojala los libros no se estropeen.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias a ti por leerme, Alfred, ojalá. Un saludo.
EliminarCuanta magia y cuanto misterio se acumularan en esos libros antiguos, ya olvidados por todos...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga... Muy buenas tus reflexiones
Mucha, mucha magia, Idelfonso, espero que no sean olvidados y alguien los lea. Saludos.
EliminarMe hubiera gustado ver esa biblioteca,aunque tú hayas contado muy bien sus características.
ResponderEliminarInteresante!
Besos.
Quizás alguna vez puedas hacerlo. Yo nunca imaginé que lo haría. Un beso.
Eliminarhola mara llego en la mañana tranquila y los libros te dn compañia, te hacen ver mundos en que nunca fuiste y en tu entrada relatas y se ve que la antiguedad de los libros se hacen a traves del tiempo ¿ que manos los habra abierto para leerlos ? feliz dia besitoss
ResponderEliminarHola EMBRUJO, gracias por tu visita y por tus palabras. Los libros siempre han sido algo muy cercano para mí. Un abrazoo.
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