¡Palmira!¡Mi asombrosa Palmira! Con razón eres Patrimonio de la Humanidad. Tu nombre significa "Lugar de las palmeras, pero eso sería en la antigüedad cuando el lugar era un oasis. La reina Cenobia lloraría hoy sobre tus restos. He intentado hablar de ti varias veces y no me salían las palabras. Estaban todas atragantadas y aterradas en mi garganta con la noticia de tu conquista y destrucción. Ahora hablan de tu reconquista y posible restauración. ¡Qué difícill!
No han sido capaces los siglos de acabar contigo y sin embargo bastaron unas cuantos kg de explosivos para lograrlo. Mi sombra, en compañía de otras siete personas hicimos los 250 km de carreteras solitarias y polvorientas para llegar a ti desde Damasco. ¡Mereció la pena! Cuando apareciste ante mi sombra, Palmira... ¡Ni en sueños te podía imaginar así!
Eras una espectacular y hermosísima ciudad romana. ¡Qué ruinas! El Templo de Bel, el Arco del Triunfo, La Gran Columnata, el maravilloso Teatro... Ahí estabas, acariciada por un sol que te agobia y el roce de la arena que te besa empalagosa muchas horas al día desgastándote
Nuestro hotel construido junto a tus ruinas, Palmira. Aquí jamás hubieran dejado hacer algo así. No me gustó mucho, la verdad. Sus habitaciones de techo muy bajo y las paredes forradas con telas a rayas de colores, simulando una "jaima" resultaban un tanto agobiantes. Pero al salir al exterior y contemplarte todo se olvidaba. Iluminada por el sol, ocupada por hombres con turbante, algunos dromedarios que te miran cansados buscando un poco de sombra, pequeños grupos de turistas que como nosotros te descubren maravillados.
Quedamos con las otras dos parejas para pasear por tus calles de noche. ¡Qué pasada! Solos, en pleno desierto, con el aire caliente dándote en la cara, tú bella y discretamente iluminada, como una novia virgen y tímida. Apenas hablábamos, sólo te contemplábamos entusiasmados. De pronto un coche, luego otro y al rato una moto, interrumpieron tu silencio y el nuestro, atravesaron tus ruinas, lastimándote con su ruido y sus huellas.
¡Nadie lo prohibía! ¡Nadie te protegía de noche! Al regreso nos sentamos en la terraza contemplando el Templo dedicado a Afrodita. Todo parecía irreal. Los hombres pidieron un cubata. A pesar de estar prohibido por su religión, se lo sirvieron. No es difícil beber alcohol siempre que lo pagues muy caro en Siria. Tu contemplación merecía tomar algo lentamente, eso y mucho más.
Me impresionaron tus tumbas a pocos km de tus ruinas. ¿Serán capaces de destruír la tumba de los Tres Hermanos? ¿Respetarán a sus muertos?
¡Palmira! Siempre te llevaré en mi corazón de aquí nunca te arrancarán. "Concédeme la serenidad para aceptar aquello que no puede cambiar, el coraje para cambiar lo que sí puedo y la sabiduría para establecer la diferencia" de Epiceto.
Buenas noches Mara, has ido a visitarme a un blog al que quiero pero que no gestiono, solo colaboro en el, el mío es Autodidacta, http://presentaciones-ester.blogspot.com.es/
ResponderEliminaralli nos podremos seguir y comentar, vi que te habias hecho seguidora y tenia qye haber venido a conocerte pero, y no es excusa, llevo unos días mas liada que sandalias de un romano, pero en fin ya he venido y ahora cuando publique se me actualizara tu blog. Normalmente no soy tan pesada, ya lo verás. Un abrazo
Hola Ester, me di cuenta después, me ha encantado la expresión "que sandalias de un romano" nunca lo había oído. Gracias por la visita. Un beso.
EliminarHola Mara vengo a saludarte.
ResponderEliminarGracias Trini, por tu saludo. He mirado tus pájaros, tus bonsais y tus fotos superchulas. Un abrazo.
EliminarDichosa tu entre los mortales, que la visitastes.
ResponderEliminarHa sido un robo a la humanidad. Salvajes.
Dichosa tu entre los mortales, que la visitastes.
ResponderEliminarHa sido un robo a la humanidad. Salvajes.
Una gran atrocidad Marcos, esperemos que no vuelvan y acaben con lo que queda. Saludos.
EliminarQue me gustaría verla , antes que acaben con ella.
ResponderEliminarBesitosss
Mi mayor deseoo, Inma, es que mucha gente pueda hacerlo, señal de que la guerra allí se acaba. Un beso.
EliminarQué emoción! envidia de la buena =)))
ResponderEliminarbesitos
Gracias Liliana, la verdad es que fue mucha la que sentí, sobre todo en la noche. Un abrazo.
EliminarCuándo todo esté tranquilo, sin más remedio, tendré que ir a rendir mi particular homenaje a Palmira. Saludos.
ResponderEliminarMucho me alegraría que lo hicieras Marcos, yo nunca pensé que Siria guardara tantos tesoros y muchos abandonados. Un saludo.
EliminarQué pena, de verdad. ENtiendo que estuviste. Debe ser maravilloso.
ResponderEliminarBEsos, Mara.
Una lástima Crónicas, cuando escucho noticias sobre Siria se me ponen los pelos de punta. Un abrazo.
EliminarMe hubiera gustado verla como la viste tu, bella y espléndida. Nunca la veré del mismo modo y si las cosas no cambian de ningún modo.
ResponderEliminarBesos
La esperanza de que la violencia allí se termine, Ambar, tenemos que tenerla pero parece que cada vez se complican más las cosas en ese país. Un beso.
EliminarUn hermosos lugar que por desgracia tambien ha sido atacado y parte de su belleza ya no es visible.
ResponderEliminarBesos
No respetan nada, Ilesin, ni el arte ni los derechos de las personas que es peor aún. Abrazos.
EliminarEstupendo homenaje a ese patrimonio de la humanidad que ya solo veremos en todo su esplendor en antiguos documentales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espero, Helio, que respeten lo que queda, de lo contrario, será como tú dices y se perderá una gran joya patrimonio de todos. Saludos.
EliminarVivimos en un mundo dual... La belleza y la zafiedad mas increible conviven... Asi es el mundo
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Así es, Idelfonso, la pena es que en casos como éste no hay vuelta atrás. Un saludo.
EliminarEn ti quedar para siempre
ResponderEliminarFeliz eres
Cariños y buen domingo
Muchas gracias, Abuela, así es. Un beso.
EliminarEl gran atrazo cultural y su religión,hacen a muchas personas cometer esos echos
ResponderEliminarAgracedido por tu entrada a mi blog de fantasias
Saludos
Para mí que la religión es una excusa,Juan, pero... Seguiré visitando tus hermosas fantasías muy concretas, por cierto. Un saludo.
EliminarCon cuanto amor nos relatas tu paso por Palmira, con que dolor contemplas el poco cuidado a sus ruinas. Ha sido un placer conocer tu blog y tu apasionado modo de relatar.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias por tus palabras María Rosa. La verdad es que allí sentí alegría por un lado y dolor por otro al ver la poca valoración que hacían de sus tesooros culturales. Un abrazo.
EliminarGracias Marta, ya he visitado tu blog y seguiré haciéndolo el tema de la seguridad con los menores me preocupa. También soy ya tu seguidora. Saludos.
ResponderEliminarQuizás el pasado tan solo tiene cabida allí y en las historias que la hicieron memorable. Quizás la historia solo es importante cuando la vida real te permite el espacio para ello.
ResponderEliminarDichosa tú que la contemplaste.
Quizás Pilar, realmente no se puede pedir a las personas que viven la guerra preocupadas por subsistir que se ocupen de herencias por antiguas que sean. Un abrazo.
EliminarMuchas gracias por tu visita a mi blog y tu compañía.
ResponderEliminarMe alegra mucho me haya permitido llegar hasta aquí y leerte,
Un beso
Gracias a ti por tus palabras, seguiré visitándote. Un abrazo.
EliminarHola Mara.
ResponderEliminarSentida descripción de un lugar, un momento y unos sentimientos vividos.
Un abrazo.
Así es Ernesto, un lugar mágico como otros muchos pero que a veces sientes más cercano por los acontecimientos presentes. Saludos.
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