martes, 17 de enero de 2012

La "Cortina"





¡Yo soy!







Vivía con su madre y sus tres hermanos. Todos, incluída ella, pasaban de los sesenta.
 
Todos, también ella, permanecían solteros. La madre falleció y ella, Emilia, la única hermana, siguió al cuidado de la casa y de sus tres hermanos. Cuando alguno de los tres hombres, se refería a su hermana siempre decían: Es que...Emilia es un poco "cortina".
 
Era verdad la mujer era un poco "corta" de entendimiento por lo que sus hermanos administraban las cuatro pensiones, incluída la suya. Ella limpiaba, cocinaba, planchaba, lavaba a mano y tenía siempre a punto la ropa de sus hermanos y la suya propia.
 
Los hermanos salían a pasear, jugaban la partida, de vez en cuando venían a León... Ella siempre en la casa ocupada. ¡Es que era algo cortina! Hacía años que no estrenaba ropa ni calzado. ¡Total para ir de la iglesia a casa y de casa a la iglesia...!
 
Cuando alguna vecina la veía lavando en el lavadero, le comentaba:
 
_Mujer, Emilia, con tanto hombre, a tu edad y con el frío que hace. ¿Cómo no te compran una lavadora? Ella se encogía de hombros y continuaba con su lavado.
 
Un día por la mañana, Emilia no se levantó a prepararle las sopas del desayuno a sus hermanos. Cuando el mayor la llamó sin oír contestación alguna, se acercó hasta la habitación y llamó a sus hermanos. A la "Cortina" le había dado un infarto.
 
Tan pronto terminó el duelo por su hermana, los tres ancianos comenzaron a echar de menos lo que "la Cortina" hacía. El mayor dijo:
 
_Dinero en el banco, hay, mejor metemos a una mujer para que nos eche una mano. Los otros dos hermanos estuvieron de acuerdo. La señora llegó y después de lavar dos días en el lavadero dijo que si no le compraban una lavadora, se iba.
 
El mayor volvió a decir a sus hermanos:
 
_Se la compramos porque sino se va y... dinero, en el banco, tenemos.
 
 Compraron la lavadora, un microondas, una batidora, la aspiradora... Porque... "Dinero en el banco había".
 
La "Cortina" desde el otro lado, verá su casa limpia y ordenada pero ganas le darán de regresar y decirle cuatro cosas a sus hermanos, sólo habrá para ella un consuelo. ¡Por fin descansó!
 
 
A mi mente de sombra asoma una frase lapidaria, aunque no la suscribo: "La mujer sólo es algo; pero el hombre es nada" de Tucídides.
 
 
 

2 comentarios:

  1. ¡Cuántos casos hay como el de la pobre "Cortina"!. Muchísimos. Todos conocemos alguno, ¿verdad?

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  2. Así es, Aorillasdelorbigo, lo peor es que los que disfrutan del trabajo de estas personas no se dan cuenta hasta que faltan. Un abrazo.

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