martes, 25 de septiembre de 2007

En la calle de Ordoño II







¡Yo soy!






Como sombra sigo a una mamá que empuja un carrito de bebé por Ordoño II. A su lado un pequeño de unos cuatro años, lame un helado. Al llegar al primer semáforo, el niño cruza entre la gente mientras su madre arropa al peque. Al levantar la vista, veo su cara de angustia buscando.

Yo, sigo al párvulo que va dando saltitos por la Calle Ancha. Al llegar a la plaza de la Catedral, acaba su helado, mira a su alrededor, echa a correr hacia una pareja de la policía y les espeta:

_ He perdido a mi mamá y a mi hermanina de cero años. Los policías se miran intentando disimular la risa. La mujer se agacha hasta su altura mientras le pregunta su nombre y dirección. El niño va contestando y el compañero policía, apunta los datos.

Yo me voy arrastrando la tripa a carcajada limpia. ¡Como no me oyen...!

En mis oídos resuena: He perdido a mi mamá...


Me vino a la memoria la frase de Ferdinand Louis: "Los niños son como los años, nunca se los vuelve a ver".




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