jueves, 7 de octubre de 2021

Monólogo de silencio (9)

 


¿Algo cambia por cambiar el nombre? "Viejo" no les gusta, prefieren anciano, señor mayor, persona con experiencia...Sandeces. ¿De qué te sirve aquí la experiencia? Como no sea para dar la murga a los demás con ella. Soy un viejo más entre viejos. Llegué con 83 años y ya he "celebrado" cinco cumpleaños aquí dentro. Ahí viene José, hace un año llegó sin  bastones y ya se apoya en dos, sólo le falta la nieve; de vez en cuando hay que echar una sonrisa para dentro. Leí hace tiempo, ahora ni prensa tenemos por la pandemia, leí una frase que me impactó: "Las residencias de ancianos son almacenes de frutos secos" no me la puedo sacar de la cabeza, tuvo que ser alguien que odia mucho a la gente como yo. Desde que murió Manuela, mi mujer, nada volvió a ser igual. Ya ves tú, de cáncer de pulmón sin haber fumado un puto cigarro en su vida. Me alegré de su muerte, verla sufrir sin esperanza es lo peor que puedes vivir. Estuve triste más por mí que por ella, pues al fin descansó. Viene una chica, parece nueva, endereza a María y a Joaquín, ¡pobres! atados a la silla porque se caen. Pero murió en nuestra casa y en su cama. Fui unos días con mi hijo para León a su piso, a mi piso, que yo se lo compré. Ayer vino una enfermera a informar sobre la tercera dosis, da igual, los vacunados caen a cuenta gotas, pero caen. Dijo que quizás nos la pongan con la de la gripe. Ya me lo imagino en vez de la otra mejilla; abuelo, ponga el otro brazo que esta es la de la gripe. y lo pones, ¡qué vas a hacer! Luego vendrá la cuarta dosis y la quinta, ¡será por dosis! Murió tranquila y serena. A la semana volví al pueblo, a mi casa, a mi huerta; me sentía feliz. Mis vecinos Felisa y Damián me ayudaron mucho durante la enfermedad de Manuela. Felisa siempre, hasta que ingresé, o mejor, me ingresaron aquí. Damián, falleció hace tres años en su casa, en su cama,  como debe ser, yo ya no tengo esa esperanza. Era como un hermano para mí. Hicimos la mili juntos, nos tocó para Ceuta y nos fuimos a La Legión a Sidi Ifni porque pagaban algo; con 19 años ni lo piensas. Lo que yo viví durante la primera ola de la pandemia aquí, se queda corto con lo que vivimos allí. Damián aún peor que yo. Un día estando de guardia, dio el alto, pidió el "santo y seña" y como no hubo respuesta, disparó. El chico ya no se levantó del suelo, era uno de los nuestros, murió aterrorizado, se le había olvidado el "santo y seña". Alguna vez Damián me dijo: Isidro, soy un asesino, ¡calla! le decía yo. Cuando yo le recordaba aquella chiquilla a la que yo...el que me mandaba callar era él. Los secretos de ambos morirán con nosotros. Mi hijo comenzó con el sermón unos dos años después de morir su madre: que si la casa no estaba en condiciones, que si un día me daba un infarto, que si el invierno venía muy duro...Nada de ir para su piso, mi piso, que es grande y no tienen hijos. Bueno, mejor así, son los tiempos. Al final claudiqué. Este verano vino diciendo que la casa se iba a caer. Viendo por donde iban los tiros, le di permiso para venderla. Tardé en sentirme libre dentro de esta cárcel pero ya lo soy. Aquí, oír, ver y callar. No espero nada ni de afuera ni de dentro, sólo el billete para el viaje de ida   . .  . "almacenes de frutos secos". . .


Sin esperanza: "Adiós, sombras queridas;

                     adiós sombras odiadas.

                     Yo nada temo en el mundo;

                     que ya la muerte me tarda" de Rosalía de Castro.


40 comentarios:

  1. Muy duro especialmente porque lo siento real, pero es ley de vida, antes los mayores (yo me llamo vieja) morían e sus casa pero mal cuidados, no había facilidad de higiene, comían lo que no debian, se aburrían igual, no se son cosas mías. Un abrazo

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    1. Como dices Ester, es ley de vida. Tienes razón en las condiciones a veces pero les cuesta mucho dejar su casa. Un beso.

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  2. Así es la vejez... Sabia, callada, sin que nada espante, sin que nada sorprenda. Ya se vio todo, ya se perdió todo, ya se sufrió todo. Claro, también ya se gozó todo. La mente y el corazón, siguen sirviendo y la gente dice al viejo de mil formas, casi todas irrespetuosas. El viejo calla y aguanta, no por sereno, ni por equilibrado, sino porque ya mo puedecmefir fuerza con nadie joven... Entonces echa mano de la fortaleza.
    Un abrazo.

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    1. Qué comentario tan bonito Sara. Así es la vida de los mayores por muchos cambios de nombre que se intenten. Besos.

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  3. * perdón, debe decir: ya no puede medir fuerza con. Desde el móvil cometo muchos errores...

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  4. Mejor no pensar en ello, pero es la cruda realidad, cuando la vida se acerca al final hay poco futuro.
    Un abrazo.

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    1. Sí, será mejor no pensar pero yo ya la siento a las puertas y la realidad de las residencias asusta. Un abrazo.

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  5. Lo de "almacenes de frutos secos", una metáfora de la leche.

    Saludos

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    1. Y tanto Emilio, no se puede ver más negativo, me costó escribirlo pero lo leí realmente.
      Un saludo.

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  6. Un texto real, en lo que tiene de vida de José, y que he podido ver reflejado en mil colores en mis vivitas a residencias de ancianos... Dicho lo cual, no puedo identificarme con el texto pues no me llamo José!

    Y tampoco tengo "previsto" semejante guion.

    Lo que la vida depare a cada quien de aquí en adelante, ¡cada quien y la vida!

    Abrazos Mara.

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    1. Hola Ernesto, yo sentiría no poder escribir mi propio guion, al menos, mientras mis sentidos funcionen bien. Me gustaría poder elegir cuando llegue el momento.
      Cariñoso abrazo.

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  7. Yo soy más de viejos que de ancianos o personas de la tercera edad. Eso si que suena extraño "personas de la tercera edad"... parece sacado de una novela de Orwell. Imagina que llamamos a los niños personas de la primera edad, que gilipolleces.

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    1. Hola Ra. Pues vete cambiando el término que ya ves lo que te pasó en el aeropuerto je, je.
      ¡Desde luego gilipolleces sobran!
      Megabesos.

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  8. Una triste realidad la que nos muestras.
    Vamos caminando a ese estadio de "frutos secos"
    Pero tampoco hace falta que empujen.

    Un abrazo.

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    1. Así es Alfred, pero a veces empujan y cuando alguien está en sus facultades ha de ser algo muy duro. Abrazos.

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  9. Eso es la realidad, que nos espera en un futuro. Las fuerzas no abandonan y ya no es conveniente estar solos. Hay residencias que realizan salidas, por distintos sitios de la ciudad, pero ahora desde que está lo del covid, ya no hacen salidas.
    Me consta que en Sevilla, hay una Residencia, a la que le cede una caseta, para pasar un día en la feria e incluso les prepara comidas y unos buenos platos de jamón y ellos se van contento con haber estado en la feria.

    Muchas van con su traje de flamenca y se ven bastante feliz. Esas salidas le dan la vida y eso ahora ya no se puede hacer.

    Besos

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    1. Así es Antonia, pero cuando aún se está bien a veces a los ancianos se les interna por comodidad de la familia y eso les causa mucha pena. Las salidas están bien, aquí en León ahora también lo hacen de vez en cuando. ¡Sevilla tenía que ser! Yo nunca he vestido un traje de flamenca pero con lo que me gusta el baile, solamente ponerlo me sentiría superfeliz.
      Abrazos.

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  10. Cuantas verdades amiga, y que pura realidad. Me has sacado una sonrisa con lo de los "frutos secos" todo no va ser triste.
    Lo principal llegado el momento es no sufrir, ojalá sea rápida y molestando lo menos posible.
    Pensemos de momento en algo agradable.
    Un abrazo y te deseo buen domingo.

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    1. Sí, Juan, por muchos nombres bonitos que le pongamos a la vejez no la hacemos mucho mejor ni la valoramos más. Pero como dices pensemos en algo más agradable. Gracias, un abrazo.

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  11. en las noticias, llaman anciano/a a cualquier persona de más de sesenta años. mi padre se lo toma con una mezcla de cabreo e ironía. ;)
    abrazos!

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    1. Sí, Chema, yo lo he oído y pienso: Entonces yo con 75 tacos... ¿Qué soy? Yo como tu padre pero más con cabreo que con ironía.
      Un abrazo grande.

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  12. Siempre se ha dicho que los años no pasan en balde, describes en tu relato la cruda realidad.
    Cuando llegamos a una edad avanzada todos esperamos llegar con salud para no depender de otras personas, pero las estadísticas reflejan la cruda realidad, solo una minoría llegan con buenas facultades para no depender de nadie.

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    1. Se dice con razón Helio, porque pasan a mi parecer demasiado rápido. De momento que permanezcamos mucho tiempo en esa minoría. La dependencia es lo que más asusta.
      Abrazote.

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  13. Hola Mara, un monologo tan real como la vida misma, mas o menos todos terminaremos en esos almacenes de frutos secos, aunque a veces es mejor estar en una residencia, que estar mal cuidados o ¨estorbando¨ en casa de los hijos, aun así que tarde el momento de tener que irnos.

    Besos.

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    1. Hola Piruja. Yo a veces pienso en los ancianos de hace siglos y según los libros eran muy respetados por su sabiduría. Hoy con Google no se escucha a nadie. Besos.

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  14. Muy bueno!!!! Te felicito.
    Me gustó tu blog, te sigo.
    Beso y feliz descanso.

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    1. Gracias Paula, visitaré tus tres blog con más detenimiento que de entrada me han gustado mucho. Gracias por seguirme.
      Un abrazo.

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  15. Un aplauso mi querida por tu maravilloso texto

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  16. Es hermoso tu texto, realmente me ha emocionado, porque es muy duro un hogar para ancianos cuando ellos están bien de razonamiento y solo tienen la lentitud del cuerpo por los años, es verdad que solo se envejece cuando se deja de tener sueños, es una dura realidad, una cosa es cuando necesitan atención permanente, porque no pueden valerse por sí mismos y otra cuando son una carga para sus hijos y allí simplemente los dejan, sencillamente para reflexionar, un abrazo. Patricia F.

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    1. Gracias Patricia. Sinceramente siento mucha pena ante algunos cuadros que se ven en las residencias y pienso lo mismo que tú, mientras se sientan bien tiene que ser muy duro que les dejen allí, porque yo he observado que envejecen mucho más rápido en las residencias. Al final es ley de vida.
      Un beso.

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    2. Es cierto Mara, es muy triste, sólo deberían terminar allí sin no son capaces de valerse por sí mismos, en fin. Un abrazo. Patricia

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    3. Así es mi deseo también, Patricia. Un abrazo.

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  17. Hola Mara!

    De casualidad me he parado a leer y cuánta realidad hay en tus letras, nunca me ha gustado la expresión de persona mayor, prefiero anciano o viejo, al final todos llegaremos a la vejez, pero eso no quiere decir que el ser viejo de edad,sea de espíritu joven (cuántos jóvenes hay con espíritu envejecido).. y de las residencias,las veo bien, para alguien de movilidad reducida y no tiene quien le cuide,(sería un caso excepcional),soy de las que opinan que las residencias te acortan años de vida, al verte solo y abandonado,sin el cariño de los tuyos...es muy triste terminar así.
    Un placer leerte

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  18. Hola A. Gracias por tu visita y por tus palabras. Yo pienso también que no sólo la edad determina la juventud. Pero para los ancianos que aún se valen y tienen su mente en buen estado ha de ser muy duro ir para una residencia porque allí se deterioran más rápidamente.
    Saludos.

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  19. Triste y tan real. La vida misma Mara. Y así casi sin darnos cuenta vamos caminando hacia ese mal llamado "Almacen de frutos secos".
    Buena noche.
    Un abrazo.

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  20. Así es, por desgracia Laura. Es una frase horrible y muy triste. Gracias. Abrazos.

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  21. Triste es llegar a viejo solo.
    Salu2, Mara.

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  22. Así es, Dyhego, a mí la vejez me parece triste cunado no se vale por sí misma principalmente te encuentres solo o acompañado. Un saludo.

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