martes, 1 de junio de 2010

¡ Interrupción !





¡Yo soy!








Sólo tenía quince años cuando entró en la casa para cuidar a los niños. Tenía una mirada limpia y hermosa que a los tres años cambió cuando su jefe le pidió que era mejor que fuera su secretaria en la fábrica de legumbres que él dirigía.
 
Se les comenzó a ver juntos en el coche. Su jefe la recogía en su casa, según él le quedaba de camino, y la traía de nuevo al terminar su turno. Ella, no podía negar que bebía los vientos por su patrón.
 
Mi sombra la vio bajar del coche de su jefe, hace unos días con muy mal aspecto. Me lo contó sin preguntarle. Venían de una clínica. Su mirada ya no era tan transparente  pero seguía siendo hermosa.
 
_¡Me ha despedido, no quiere volver a verme! ¡Lo he pasado muy mal, he perdido mucha sangre. La consolé como pude.
 

Mi sombra muy triste pensó: "Hemos de proceder de tal manera que no nos sonrojemos ante nosotros mismos" de Baltasar Gracián.
 
 
 

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