jueves, 25 de septiembre de 2025

Viajando (14)




¡Cómo hemos cambiado!

Esta anécdota que voy a contar ocurrió hace 60 años. 

Las protagonistas fuimos: mi hermana, una amigo y mi sombra. Estábamos en una residencia en Cataluña, dirigida por monjas seculares, trabajando y estudiando, internas. Aquel septiembre del 65 decidimos irnos a pasar 15 días de vacaciones a Mallorca.

 No se nos permitía poner ningún tipo de pantalón, Por lo que esto da una idea de lo que nos permitían y lo que no. Realmente teníamos los ojos cerrados en cuanto a lo que ocurría en el mundo. Asi y todo decidimos que llevaríamos pantalones cortos a la playa. 

Las monjas de nuestra residencia nos buscaron alojamiento, en una residencia parecida, en Palma. Por la mañana cuando bajábamos a la playa más cercana, pasábamos por un bosquecillo donde cambiábamos nuestros vestidos o faldas por los short para que no nos vieran las monjas. 

En la playa lo primero que ocurrió fue quemarnos por querer llevarnos el sol en la piel de sopetón. Lo segundo pasó mucho tiempo, hasta que nos dimos cuenta de qué clase de playa era aquella. Había muchos chicos guapos y muy bien formados que aún estando muy cerca de nosotras jamás nos dirigieron la palabra. ¡Ni nos miraban! Lo que nos resultaba raro, ya que éramos jóvene y bien parecidas. 

Ya lo habrán imaginado. Era una playa abarrotada principalmente de homoxesuales. 
¡Por fin caímos del árbol! 

Unas ingenuas, eso es lo que éramos. Las astutas monjas sabían a qué lugar nos dejaban ir. Entonces, a pesar de tener 18 y 19 años, aún éramos menores de edad porque la mayoría se daba a los 21 años y las misioneras se quisieron asegurar que no tendríamos problemas con los chicos. 

Y...  nosotras "en Babia", aunque lejos de León.

 Hoy, cuando mis niet@s duermen con sus parejas recien cumplida la mayoría de edad o antes, me sale una sonrisa. 


El verano y el otoño nos invitan a viajar: "Un viaje es una nueva vida, con un nacimiento, un crecimiento y una muerte, que nos es ofrecida en el interior de la otra. Aprovechémoslo" de Paul Morand.


jueves, 11 de septiembre de 2025

¡Llegó septiembre!

 


  ¡Hola a todo el mundo bloguero! 

Un año más llegó septiembre  anunciando el final del verano y el comienzo de un nuevo curso.

Ha sido un verano sin viajes o mejor dicho con bonitos viajes a través de los libros. 

Ellos, los libros, fueron mis acompañantes de papel más entrañables de este verano. Algunos de los más apreciados han sido:

_"El verano que mi madre tuvo los ojos verdes" de Tatiana ?îbuleac. 

_"Las cenizas de Ángela" de Frank McCourt.

_"Caín" de José Saramago.

_Un clásico: "Los renglones torcidos de Dios" de Torcuato Luca de Tena: 

_"Las uvas de la ira" (otro clásico) de John Steinbeck.

_"La templanza" de María Dueñas.

_"Las frases robaddas" de Jose Luis Sastre. "La Biblioteca de la Medianoche" de Matt Haig.

_"Nuestra casa en el árbol" de Lea Vélez .

Alguno más, que no dejó huella. Y es que mi sombra cuando empieza un libro lo termina, le guste o no le guste.

Y... algunas actividades más que compaginé con  la familia, los amigos, el sol, la tumbona, el gym,  la casa, la compra, alguna comida pantagruélica. . .

¡Un verano de los más normal, sin sorpresas ni contratiempos!

¡A la bartola!

Ayer fui a la viña. En un momento voy a comer unas uvas con queso, pues según mi madre y un dicho popular: "Uvas con queso saben a beso".


Como todo lo que nace tiene que morir, el verano va feneciendo: «Y el plazo del verano un breve instante dura» de Wiliam Shakespeare.