martes, 4 de diciembre de 2012

¡Desahuciados!




¡Yo soy!



Diálogo entre la mula y el buey del Nacimiento: 


Buey: ¡Ya ves después de más de dos mil años nos desahucian! ¡Manda huevos!

Mula: ¡No hay derecho, no respetan nada!

B: No dicen que es el Señor de todo. Está visto que los más ricos son los peores. 

M: ¡Pero si sólo es un niño! Ya te decía yo que este parto nos iba a traer cola. ¡Nunca lo vi natural!

B: Natural es, porque el niño no es hijo de su padre, así que es un hijo natural.

M: Entonces ese viejo de las barbas no es el padre?

B: ¡Qué va, dicen que su padre es una paloma!

M: ¡Una paloma", lo que se inventan los humanos para tener hijos. ¡Qué no inventaría yo para poder tener  descendencia!. Y...ya ves, todo por ser hija de un caballo y una burra.

B: Desde luego tu madre, muy burra tenía que ser para dejarse convencer por un caballo.

M: Pues ya me dirás tú dejarse convencer por una paloma.

B: Bueno da igual. Vamos al grano. Tenemos que hacer algo, después de tantos años, tendremos algún derecho, ¡vamos digo yo!

M: Dicen que los pastores vendrán para evitar el desahucio.

B: Los pastores,  ¿tú te crees que van a conseguir algo?, yo no. Como se empeñe el Papa, nos ponen de patitas en la calle, con derechos o sin ellos. 
¿Tú te has fijado en los pastores que vienen todos los años? Son igual de pobres que nosotros, sólo hablan de que si les han ocupado las cañadas reales, que si no tienen pastos, que si el lobo les mata las ovejas... 
¡Los pastores siempre han estado en crisis! Los engañarán como a niños con castañas, les dirán que nos dejan estar en nuestro establo dos años más como mucho y luego... ¡A la puta calle!

M: No digas tacos que estamos en Navidad.

B: La verdad es que a mí el bebé me da pena, ¡no ves cómo nos mira!

M: Le gustamos, de eso no hay duda. ¡Tengo una idea! ¿Por qué no le escribimos a los Magos, esos que vienen todos los años, los que cumplen los deseos de los niños, ¿por qué no van a cumplir los de los animales?

B: ¡Me gusta tu idea! Debemos hacerlo pronto, no sea que se le ocurra al viejecito de Roma prohibirles también a ellos entrar en el portal. 

M: Sí, sí, le daremos la carta a los pastores para que la lleven al buzón. Nosotros no podemos salir, no sea que no nos vuelvan a dejar entrar.

B: Lo malo es que este año, el señor de blanco, ha dicho que vienen de Occidente no de Oriente como siempre. A lo mejor se pierden, ya están muy mayores para andar cambiando de ruta.

M: ¿Y él cómo sabe que vienen de Occidente? ¿Se escribe con ellos? Bueno, seguro que sí, porque me he enterado que ya le han traído un buen regalo, nada menos que un nuevo "papamóvil".

B: ¡Anda, no seas ingenua! ¿Tú crees como los niños que son los Reyes Magos los que traen los regalos? El "papamóvil" se los han regalado los alemanes, que son los más ricos de Europa, según  he oído. ¡Nada menos que un Mercedes-Benz Classe que debe valer un pastón! Y... bueno... es que los ricos se hacen regalos muy costosos entre ellos.

M: Y el Papa ¿qué les regala a los alemanes?

B: Pues se calla ante las injusticias que cometen con Europa, les hacen publicidad...  No sé, hay muchas cosas que los animales no comprenderemos nunca de los humanos.

M: ¿Tú crees que se perderán lo Magos? Pues entonces nuestro problema quedará sin solución.

B: Bueno por intentarlo, lo intentamos, no tenemos nada, nada que perder y a lo mejor...


Miro mi Nacimiento con su mula y su buey: "Pensar lo que es verdad, sentir lo que es bello, desear lo que es bueno: en todo esto reconoce el espíritu el fin de la verdad razonable"  del poeta alemán Graf von Platen.




4 comentarios:

  1. ¡¡Pobrines!! la putada es que a esta paso terminamos desahuciados todos, incluso de nuestras propias utopías.

    Manda huevos que diría el buey y seguimos sin hacer nada al respecto.

    Besines utópicos, Irma.-

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  2. Si ya "hablan" ahora, que dirán en Nochebuena donde dicen que todos los animales pueden hablar y expresarse como los humanos. Mejor no oírlos.
    Saludos

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  3. ¡No Ra, aún no lo he puesto, pero pronto lo haré! Megabesos.

    Irma, seguiremos con la utopía, no nos queda otra. Besotes.

    ¡Qué hablen, Fonsado, qué hablen! je, je. Un saludo.

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