¡¡Feliz 2.016!! Año nuevo vida nueva.
Lo cierto es que volvemos a la rutina y hay pocas cosas nuevas. Una de las cosas que he renovado para este año es el muérdago.
Una amiga leonesa me dio a conocer esta tradición del muérdago hace un tiempo y llevo varios años cumpliendo con la misma. Según las antiguas creencias, el muérdago ya era planta sagrada para los druidas. Con ella curaban todo mal físico o mágico. Su poder mágico le viene de el lugar entre el cielo y la tierra en el que vive, ya que crece sobre las ramas de algunos árboles como el roble y la encina, nunca en la tierra. Su recogida para los Celtas, requería una bonita ceremonia en la que la planta nunca podía tocar el suelo.
El muérdago en nuestra provincia es escaso y está en peligro de extinción. Por ello hemos de respetar la planta y cuidarla, dejando siempre una parte importante sobre el árbol en el que se asienta.
Tuve la suerte de que una amiga, que la tiene en su finca, me regalara unas ramitas el día antes de Santa Lucía. Según la tradición te la tienen que regalar por estas fechas para tener suerte y salud durante todo el año. A continuación se ha de colocar sobre una puerta por la que pasen todas las personas que desees que sean afortunadas, así que la suelo colocar sobre la entrada principal de la casa.
La segunda parte del rito ocurrirá el 13 de diciembre de este año, día de Santa Lucía. Mi sombra cogerá las ramitas y la quemará en un recipiente para eliminar toda la negatividad. A continuación colocaré la nueva planta que protegerá la familia durante todo este año con mis deseos: salud, amor, dinero...
Queda un año por delante para quemar el muérdago. Cumpliré con el rito y durante el año pasaré con mi mente de sombra por debajo de la delicada planta, a cuantas personas deseo todo lo mejor incluídos, por supuesto, los seguidores y seguidoras de mi blog, ya que sé que no visitarán físicamente mi casa, pero lo harán virtualmente. Lo prometo.
Entretanto, viviremos este nuevo año con el muérdago como amuleto protector.
Mucha salud para el Planeta y sus habitantes bajo el muérdago, al menos, virtual: "Lo que nace tiene que morir. Lo que no muere es lo que no nace. Esto es lo que se ha de encontrar. La vida y la luz no deben luchar entre sí. La conducta no debe traicionar a la creencia. Fíjate en el "Yo soy" no hay camino más simple ni más fácil" de Nisargadatta Maharaj.
No conocía yo este rito, habrá que probarlo. Adoro el muérdago, su olor me recuerda a las procesiones de las vírgenes en el pueblo donde me crié, cuando era pequeña. La verdad es que huele a magia.
ResponderEliminarBesos, Mara.
¡Qué bonito que el olor de una planta nos traiga gratos recuerdos! Un beso Crónicas.
EliminarPues si no te importa voy a pasar un par de veces ;)
ResponderEliminarFeliz Año
Gracias Pilar, todas las que quieras. Un abrazo.
EliminarInteresantisimo lo que nos cuentas, todos los dias se aprende algo nuevo, te deseo a ti y a los tuyos un 2016 cargado de cosas buenas, espero que la renovacion del muérdago haga efecto,saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias Jesús, igualmente todo lo mejor para este año que estrenamos. Un saludo.
EliminarSabía que el muérdago daba suerte pero no sabía su historia, interesante. Gracias por tu invitación a pasar bajo esa tu puerta de la suerte.
ResponderEliminarPaz, salud y amor para ti y los tuyo para este año que comienza.
Un abrazo.
Si quieres saber mucho más, visita http://www.fonsado.com/2015/12/el-muerdago-o-la-rama-dorada.html
EliminarIgualmente Feliz Año.
Hola Mara, me hizo gracia tu comentario en el blog de Tesa sobre ese kilo y medio... He leído tu primera entrada, entretenida, y ojeado algo más. Te leeré con más tiempo en otro momento, tengo la mañana ocupada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Ernesto por leerme cuándo y como quieras, ¡faltaría más! Espero hacer desaparecer el kilo y medio sí o sí. Saludos.
EliminarHola, Mara, gracias por pasarte por mi loco "Almacén".
ResponderEliminarQué interesante lo que cuentas, no sabía que la planta crecía en los árboles, si había oído algo sobre las leyendas pero ahora ya lo sé con todo detalle.
Menos mal que he llegado a tiempo para pasar por debajo de tu puerta y acogerme a la protección y los buenos augurios, aunque sólo sea de manera virtual. No me viene mal, necesito un empujoncito.
Me encanta de tu ciudad el MUSAC. Claro que también la Catedral y la cecina y el chorizo... Vamos a dejarlo aquí, que estoy a dieta.
Un beso,
Gracias por tus palabras Tesa. Te daré ese empujoncito, no lo dudes. Mucho mejor pensar en la Catedral y el MUSAC que en la cecina y el chorizo pero bueno, sólo unas lonchitas o unas rajitas no nos van a hacer mal, je, je, es que no pienso dejarlas. Besitos.
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