foto obtenida de la Red |
A cualquier edad es una suerte enamorarse.
Marina una compañera y gran profesional que pasaba de los cincuenta, vivía con su madre de 83 años. Su vida estaba por entero dedicada a la docencia y al cuidado de su madre.
Los achaques de la madre de Marina, requerían a menudo la visita de D. Manuel el médico, separado, con hijos mayores y al que le faltaba poco para jubilarse. Las visitas a su madre y su amistad con D. Manuel terminó en un enamoramiento que tanto Marina como el médico quisieron disimular durante un largo tiempo. No lo consiguieron. Todo el bloque en el que vivíamos sabíamos de las salidas de la maestra del edificio para dirigirse andando hasta una calle cercana donde la esperaba el doctor en su coche y se iban juntos.
El amor no se puede disimular y por fin por San Valentín dieron la campanada anunciando su noviazgo que todo el mundo conocía. A Marina le hacía ilusión contraer matrimonio, más también por su madre que por ella, por lo que al año se casaron.
Sí que poco antes de casarse D. Manuel tenía algunos despistes sonados como olvidarse del medicamento que debía recetar a la madre de Marina, pedir a Marina que condujera ella cuando habitualmente lo hacía él a se olvidaba del plato que había pedido en un restaurante... Marina achacaba todo a los nervios por los cambios recientes en sus vidas.
Tan solo pasó un año desde su unión y D. Manuel fue diagnosticado de Alzheimer. Cuando algún conocido le comentaba a Marina su mala suerte por la enfermedad de su marido y los achaques de su madre, ella siempre contestaba: "Nadie me podrá quitar la felicidad que me dieron".
Hace tiempo que no tengo noticias de Marina: "Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir para siempre" de Mahatma Gandhi.
Ya es mala suerte, pero al menos disfrutaron aunque fuese poco, de su relación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Alfred, nunca la oí quejarse. Abrazos.
Eliminarel dicho dice que es mejor sufrir por amor que nunca haber amado... algunos momentos de felicidad tendrá Marina, saludos...
ResponderEliminarPues sí JLO, mucho mejor sufrir que nunca haberse enamorado. Un saludo.
EliminarUn relato sencillo, sensible y bellamente cruel como la misma vida, Mara.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Enrique, la vida está compuesta de momentos sencillos a veces positivos y a veces negativos pero hemos de seguir adelante siempre. Abrazo.
Eliminar¡Qué bonita historia! Eso si que es amor de verdad. Me ha gustado muchísimo, y la reflexión de Gandhi también, es para tenerla siempre en cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo, Mara.
Sí, Rita, el amor de verdad siempre está a las duras y a las mduras. Gandhi nos recuerda que la vida es un momento. Un beso.
EliminarNo debería haber sido así, un poco mas de tiempo de disfrute hubiera estado bien, pero la vida va por libre. Un abrazo
ResponderEliminarPues no Ester, le llegó demasiado pronto la mala suerte con la enfermedad, pero lo aceptó como vino que es lo importante. Besos.
EliminarHistorias reales. En toda su crudeza y naturalidad. Y a la vez saber valorarla en su justo término.
ResponderEliminarAbrazo Mara.
Hola Ernesto así es la vida. Me encantó tu post del silencio. Silencio y ser consciente de todo lo que ocurre alrededor. Un abrazo.
Eliminareres genialmente mágica tu texto sagrado hace tiempo que no leía algo tan bello y diferente
ResponderEliminarGracias RECOMENZAR, tú que lo lees con tus cálidos y bellos ojos. Un beso.
EliminarHay que vivir día a día, especialmente cuando se cumple cierta edad.
ResponderEliminarSaludos
Toda la razón Emilio, como dice Gandhi "como si fuéramos a morir mañana". A esta edad estamos más cerca del final y valoramos mucho más los momentos felices. Un saludo.
EliminarUn bello relato este que seguro de no ser real seguro que la realidad se encarga de minimizar un caso igual.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Tomás, es muy real por desgracia o por suerte. Marina en el tiempo que fuimos vecinas la vi feliz y al llegar la enfermedad la aceptó con naturalidad. Un saludo.
EliminarBello y triste relato Mara, no hubo mucho tiempo para vivir con tranquilidad su amor.
ResponderEliminarBesos.
Sí Conchi, pero al menos lo vivió un tiempo breve pero la vida no nos pide permiso avanza para lo bueno y para lo malo. Un beso.
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